Sequía
Barcelona alerta de que faltará agua potable en 2050 y lanza un plan de choque
Invertirá hasta 2.400 millones en una nueva planta potabilizadora y mejoras en las instalaciones para garantizar el suministro en el peor escenario, con un déficit de 43.000 millones de litros
Barcelona y su área metropolitana -la capital y los 35 municipios de su entorno, que suman más de cinco millones de habitantes en estos momentos- pueden quedarse sin suficiente agua potable para su población si no se actúa antes de 2050. Este es el escenario más pesimista, de sequía, que vaticina el Plan Estratégico del Ciclo Integral del Agua (Pecia), un documento de diagnóstico y actuación presentado este miércoles con el fin de garantizar el suministro en los próximos años.
El plan del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) parte de un diagnóstico: en 28 años, la capital catalana y su cinturón metropolitano necesitarán hasta 43 hectómetros cúbicos de agua -43.000 millones de litros- en situación de sequía, algo que la infraestructura actual no cubre. ¿De dónde sale el déficit? Actualmente, Barcelona y su conurbación disponen de unos recursos hídricos anuales que doblan la demanda: hay 800 hectómetros cúbicos disponibles al año y se necesitan 400.
El problema aparece en menos de tres décadas y si sigue el actual escenario de sequía creciente como efecto del cambio climático: en 2050 la disponibilidad de agua se desplomará a la mitad y descenderá hasta los 476 hectómetros -contando agua que se puede potabilizar y agua aprovechable para otros usos- y la demanda total se mantendrá más o menos como ahora, en 395 hectómetros, por lo que faltarán 43 de agua potable.
Saliendo del escenario más pesimista y en caso de que la sequía no sea tan galopante, también habrá escasez de recursos: faltarán 11 hectómetros cúbicos, 11.000 millones de litros.
Con este telón de fondo en el horizonte, el Área Metropolitana de Barcelona plantea construir una planta potabilizadora, una estación de regeneración de agua en el río Besòs (similar a las del Llobregat) y una conducción de aguas regeneradas entre los cauces de los dos ríos para garantizar la disponibilidad del agua.
Para ahorrar agua, el plan también contempla instalar aireadores en los grifos, sistemas de recirculación para el agua caliente, aprovechar aguas grises y agua en el mantenimiento de piscina, y optimizar las presiones de los sistemas.
En el ámbito no doméstico, se apuesta por aprovechar las aguas fluviales para el riego, la reducción de pérdidas en las redes de abastecimiento, entre otras; medidas con las que, en conjunto, tienen el potencial de ahorrar 22,7 hectómetros cúbicos de agua anuales.
A este paquete de medidas se destinará un presupuesto total que oscila entre los 2.100 y 2.400 millones de euros, de los que 132 se destinarán a la construcción de las tres grandes infraestructuras.
La noticia coincide con las alertas por la falta de lluvias y el estado de los embalses en Cataluña, especialmente en la zona metropolitana. De hecho, esta misma semana la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) ha declarado el estado de prealerta por sequía en los embalses del sistema Ter Llobregat (Barcelona y Girona), entre otros.
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