Relevo en la cúpula de TV3 entre críticas por su politización: “El procés no se entiende sin su televisión”

“El procés no se entiende sin TV3″. Así ha resumido Lorena Roldán (PP) la trayectoria de la cadena en los últimos años en el debate para la renovación su cúpula aprobada este miércoles en el Parlament, con siete años de retraso y entre críticas por la politización de su nuevo consejo de gobierno pactado entre ERC, Junts y el PSC. A partir de ahora, tanto la televisión como la radio públicas estarán en manos de la publicista Rosa Romà a propuesta de Esquerra, la nueva presidenta de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, un acuerdo rechazado por PP, Cs, Vox, la CUP y los Comunes.

La vicepresidenta será la exconsejera de Cultura de Quim Torra, Àngels Ponsa, a propuesta de Junts, mientras que los miembros del organismo del que dependen los medios públicos de la Generalitat serán Lluís Garriga (PSC), Gemma Ribas (PSC), Carme Figueras (PSC) y Pep Riera (Junts), este último dirigente de la órbita de Carles Puigdemont. Se ha dado la coincidencia de que Riera es actualmente diputado posconvergente en la cámara, una circunstancia que la oposición ha afeado como muestra de la “politización” de los medios.

“Aquí lo único que primaba era colocar a los suyos”, han sentenciado desde las filas populares sobre una renovación cuestionada por toda la oposición en bloque, desde la CUP y los comunes hasta PP, Cs y Vox. Y es que las formaciones denuncian la vinculación directa de los distintos dirigentes con los grupos que les han escogido -PSC, ERC y Junts- y critican las fuertes influencias políticas para gestionar una empresa pública con un presupuesto anual de casi 300 millones de euros.

“Lo que ha habido aquí es un pacto entre los tres principales partidos de la cámara para repartirse las sillas de un organismo al servicio del independentismo y el progresismo”, ha denunciado Alberto Tarradas (Vox), quien ha pedido directamente el cierre de la cadena y la emisora públicas.

De hecho, PP, Cs y Vox han coincidido en cargar contra el trabajo de TV3 y Catalunya Ràdio en los últimos años y sus lazos con el independentismo: “Es un altavoz a través del que explicar su proyecto de ruptura” y “quieren continuar con su uso partidista”, un “uso doble”, para el reparto de sillas y para “promocionar el procés”, ha reiterado el PP.

Por su parte, desde la CUP y los Comunes también han clamado contra la “politización” de la nueva cúpula directiva y han advertido de que la “confluencia” y la transición de la que habla el acuerdo pueden implicar “recortes” en la plantilla.