Macabra investigación
El hermano de una desaparecida convivió 10 años con su cadáver y no denunció el caso
La benemérita de detuvo el 3 de marzo como un presunto autor de un homicidio
La Guardia Civil investigó el hermano de la desaparecida en Olesa de Montserrat (Barcelona) hace diez años porque vivía con ella y no denunció su falta, informa en un comunicado este lunes.
La benemérita le detuvo como presunto autor de un delito de homicidio con agravante de parentesco el pasado jueves 3 de marzo, tras encontrar en la parcela en la que él residía los restos de la desaparecida “con signos de haber sufrido una muerte violenta”.
El hermano “había mantenido una estrecha relación de manera interrumpida” con la mujer hasta el momento de su desaparición.
Los otros familiares --residentes en distintas localidades de España-- “habían perdido el contacto con ella mucho antes de su desaparición y desconocían por completo lo que podría haber sido de ella desde entonces”.
Tras descartar una desaparición voluntaria, la benemérita planteó una posible muerte violenta de la mujer, cuyos restos hipotetizó que podrían encontrarse ocultos en la parcela de la finca en la que ambos convivían en Olesa de Montserrat.
La investigación se inició “meses atrás”, cuando la Guardia Civil obtuvo información sobre la posible desaparición forzosa de una mujer de 53 años.
Las primeras indagaciones revelaron que no existía ninguna denuncia por la desaparición, pero los agentes no encontraron ninguna señal de actividad de la mujer desde el 2012 después de buscar en diferentes puntos del Estado y otros países.
Los investigadores descubrieron que los familiares de la víctima, que vivían en diferentes localidades del estado español, habían perdido el contacto con ella mucho antes de la desaparición y desconocían por completo qué se había hecho de su vida desde entonces. No obstante, uno de estos familiares, a raíz de la investigación, decidió formalizar ante la Guardia Civil la denuncia por la desaparición de J.S.
Los agentes, sin embargo, encontraron que sí que había un familiar que había mantenido una relación estrecha de manera ininterrumpida con la mujer hasta que ya no se supo nada de ella, el hermano. Los dos habían convivido en una finca de Olesa de Montserrat hasta que la mujer desapareció, pero el hermano no lo denunció.
Los agentes habían ido descartando otras líneas de investigación, como la de un cambio de identidad y de vida en otro lugar o que hubiera muerto y el cadáver no hubiera sido identificado. La hipótesis final y sobre la cual se centraron los investigadores fue la muerte violenta cuyo autor podría ser el hermano.
En esta línea, los agentes determinaron que los restos podrían encontrarse escondidos en algún lugar de la finca, de manera que el 3 de marzo empezaron a registrarla. En primer lugar, el Grupo Especial de Desactivación de Artefactos Explosivos (GEDEX) descartó la posibilidad de un entierro, a través de la prospección del terreno con un georradar.
Después de desestimar esta posibilidad, dos guías y sus perros del servicio canino –un detector de restos biológicos humanos y el otro especializado en la localización de restos cadavéricos– marcaron una zona cubierta de escombros en el interior de un cobertizo anexo a la vivienda.
Después de desescombrar esta zona, observaron una cavidad, que descubrió un subsuelo inferior profundo y negado de agua. Agentes del Grupo de Rescate Especial de Intervención a la Montaña (GREIM) y del de Actividades Subacuáticas (GEAS) descubrieron al interior los primeros restos de huesos humanos. Las pruebas de ADN confirmaron que correspondían a la mujer desaparecida.
Los investigadores detuvieron al hermano de la víctima como presunto autor de un delito de homicidio con agravante de parentesco. El hombre pasó a disposición judicial el 6 de marzo y el juez ordenó prisión provisional sin fianza.
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