Cataluña

Licencias por edad: el Parlament permite a cuatro funcionarios más cobrar sin trabajar

Durante el mandato de Laura Borràs, se han concedido 16 en menos de un año, dos menos que en la legislatura anterior

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, tras una comparecencia reciente
La presidenta del Parlament, Laura Borràs, tras una comparecencia recienteToni Albir Toni AlbirAgencia EFE

Este 2022 arrancó con un terremoto en el Parlament: trascendieron los privilegios que hay establecidos en la cámara catalana desde 2008 para determinados funcionarios. En concreto, las licencias por edad, lo que permite a los trabajadores públicos cobrar sin ir a trabajar durante tres años si tienen más de 60 años y llevan 15 trabajando en el Parlament. Y, según trascendió, desde 2008 se han concedido 62, a las que hay que sumar cuatro más ahora.

En total, por tanto, son 66, de las cuales 18 se concedieron en la pasada legislatura con Roger Torrent y 16 con Laura Borràs. Estas últimas cuatro ya estaban concedidas anteriormente y, según han informado desde la Mesa del Parlament, hasta ahora los beneficiados no habían podido disfrutar de ellas. En todo caso, podrán beneficiarse hasta el 17 de junio, al menos, ya que es cuando termina el plazo para negociar con los trabajadores la situación de quienes las tienen concedidas: es decir, para acordar eliminarlas ya o mantenerlas hasta que venzan las prerrogativas adquiridas (son tres años de beneficios).

El Parlament, eso sí, ha acordado ya eliminar estos privilegios para que no se continúen concediendo más (tan solo queda por decidir qué sucede con las personas a quienes ya se les habían concedido). En la Mesa mantienen la voluntad de eliminar las licencias por edad, ya que es «una decisión colectiva de la Mesa» (se votó en el órgano rector de la cámara catalana), pero insisten en hacerlo bien y evitar pleitos judiciales o generar malestar entre los propios funcionarios con un tema tan sensible y que ha levantado tanta polvareda.

«Se debe evitar los mínimos costes posibles para el Parlament, evitando entrar en procesos que pueden ser judicialmente perjudiciales para la cámara. Hay que cortar la rueda, con la eliminación del artículo 79 del Estatut de Règim de Govern Intern (Ergi), y que no se puedan conceder más», añaden desde la Mesa. Defienden que se debe seguir negociando con el personal de la cámara, y recuerdan que el plazo máximo para alcanzar una decisión será el 17 de junio, por lo que estas 4 personas podrán disfrutar las licencias hasta esa fecha, y a partir de ahí «ya se verá cuál es la decisión» que se toma.

Lo cierto es que este caso golpea con contundencia a Borràs, ya que se ha convertido ya en la segunda presidenta del Parlament en conceder más licencias por edad: 16 en apenas un año de mandato. Torrent concedió 18 en tres años de mandatos, mientras que Carme Forcadell aprobó 11 y Marta de Gispert, 14. Ernest Benach, que fue el presidente que puso en marcha estas prerrogativas para los funcionarios, activó tan solo siete en dos años.

Borràs, que está tratando de usar la presidencia del Parlament como plataforma para volver a intentar aspirar a la Generalitat tras el fiasco del 14-F, está teniendo que lidiar con esta nueva crisis nacida a principios de este 2022, que puede ser el año de su declive político. Y es que el degaste que está sufriendo tanto por las licencias por edad como por la retirada del acta de diputado al parlamentario de la CUP, Pau Juvillà, obedeciendo al Estado, se suma su situación judicial y la pugna por tratar de conseguir poder en JxCat.

Por un lado, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) podría abrir juicio oral a Borràs pronto (ha alargado el proceso 15 días más) y el riesgo de que acabe condenada es muy alto tras la presunta adjudicación irregular de contratos públicos cuando dirigía la Institución de las Letras Catalanas. Por otro lado, también tiene el reto de recolocarse en JxCat y adquirir mayor poder: la incógnita es saber si relevará a Carles Puigdemont como presidente del partido en el Congreso de junio. El expresident, muy probablemente, dará un paso al lado para que se renueve la dirección del partido tras la salida de Jordi Sánchez, pero queda por ver si hay consenso entre familias en JxCat, un partido con muchas turbulencias internas.