Aragonès sitúa la legislatura en el abismo: exige a Sánchez un “cara a cara” para aclarar el espionaje

Nuevo amago de ruptura de Esquerra con el Gobierno. Con la legislatura rumbo a la recta final (Pedro Sánchez sitúa las elecciones a finales de 2023), Pere Aragonès ha querido lanzar este miércoles un aviso más a la Moncloa, que va más allá de la “congelación” de las relaciones entre administraciones: si no hay una “investigación independiente” impulsada desde Madrid que aclare el presunto espionaje a los líderes independentistas, ha asegurado que será “muy difícil” seguir confiando en el Gobierno. El president ha situado la legislatura en el abismo, aunque evitando, por ahora, que ERC rompa definitivamente con el ejecutivo nacional en el Congreso, y ha pedido una reunión “cara a cara” con Pedro Sánchez para abordar esta cuestión.

Las relaciones están ahora “extremadamente dañadas”, según ha expuesto Aragonès en “Rac1″. “El depósito de la confianza está a cero”, ha señalado. Ha explicado que ha intercambiado mensajes con Sánchez y el presidente del Gobierno le ha trasladado su voluntad de “reconducir la situación”, pero ha dicho que es insuficiente y se debe traducir en hechos. “Si quiere reconducir la relación con la Generalitat debe tomar medidas y esto no se despacha con unas declaraciones”, ha afirmado.

Lo cierto es que, en todo caso, las presiones sobre Aragonès para que rompa con el Gobierno se han multiplicado en las últimas horas (procedentes tanto de JxCat como de la CUP), pero el president evita dar el paso y trata de dar una oportunidad más al Gobierno. Su exigencia es que el Gobierno inicie una “investigación interna” con una “supervisión independiente” sobre el presunto espionaje y, una vez haya transparencia, se depuren responsabilidades. De momento, en todo caso, ha evitado cerrar la puerta a temas candentes, como dar continuidad a la mesa de diálogo, o a seguir tratando con Moncloa cuestiones “técnicas”, como la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno.

“Las reuniones a nivel técnico debe continuar, porque es administrativa. Las de carácter político, cada conseller debe valorar”, ha señalado. “No se pueden mezclar las cosas de carácter sectorial o técnico con cuestiones mas políticas”, ha añadido. “Si esta investigación no se lleva a cabo, ERC debe debatir si debe continuar como ahora o cambiar. Soy partidario de no continuar igual”, ha avisado, en referencia al apoyo al Gobierno. “Es de los hechos más graves desde la investidura de Sánchez”, ha catalogado.

Lo cierto es que pese a que la legislatura esté tomando rumbo hacia al final, quedan todavía muchas cosas por aprobar y Esquerra continúa siendo un socio imprescindible para el Gobierno. Los republicanos han sido más o menos fiables hasta ahora y son conscientes de que esa imagen les favorece (de hecho, les ha catapultado hacia la presidencia de la Generalitat en Cataluña), pero el presunto espionaje podría dar un vuelco a su estrategia negociada porque ha generado mucho revuelo político en la autonomía catalana. También es cierto que habrá que ver cuánto perdura a medida que la situación económica y social se vaya imponiendo en la agenda.

Aragonès ha estado visiblemente irritado con el Gobierno y ha explicado que, en su caso, recibió tres mensajes sospechosos: durante la semana de la sentencia del “procés” a mediados de octubre de 2019; en enero de 2020; y, un poco más adelante, cuando se celebra la investidura de Sánchez. En este sentido, también hay que decir que, en aquellos momentos, hubo una corriente en Esquerra que apostó por seguir adelante en las relaciones con el Gobierno porque atribuía a ciertos sectores del Estado maniobras para dinamitarlo todo (como la inhabilitación de Quim Torra, en aquellas semanas).

El president ha evitado cargar todo el peso sobre el Gobierno y ha apuntado esencialmente al CNI porque “compró” el programa Pegasus para espiar. En este punto, reclama explicaciones al Ministerio de Defensa porque es de quien depende el CNI.