Municipal

El nuevo instrumento de Colau para asfixiar al coche en Barcelona

La alcaldesa pondrá a prueba una nueva iniciativa para tratar de reducir la contaminación acústica

Túnel de Glòries de Barcelona
Túnel de Glòries de BarcelonaDavid ZorrakinoEuropa Press

Ada Colau despliega todavía más artillería contra el coche. Tras la avalancha de cámaras de velocidad que tiene previsto instalar a lo largo de este año por toda Barcelona para ir castigando la movilidad en vehículo privado, ahora se dispone a probar radares de sonido para detectar a los coches con exceso de ruido. La prueba empezará con dos radares a partir de julio, aunque, de entrada, no habrá multas.

Es una prueba que se prolongará durante tres meses para recabar datos y compartirlos después con la Dirección General de Tráfico (DGT) para ver si autoriza finalmente el uso de estos dispositivos y, a partir de ahí, también le otorga la capacidad de poner multas. La intención del Ayuntamiento es imponer sanciones a todo aquel vehículo que supere entre los cinco y los diez decibelios el límite fijado.

Si bien, el Ayuntamiento da por hecho que todos los vehículos salidos de fábrica cumplen con los límites de ruido permitido y, por lo tanto, fijará como objetivo a todos aquellos coches con el tubo de escape modificado. Según señala el consistorio, su meta es reducir el ruido por el tráfico ya que está considerada como la principal fuente de contaminación acústica.

En todo caso, los radares de sonido se convierten en un nuevo arma para Colau para tratar de reducir el tráfico en un momento en que el caos de la movilidad en la ciudad se ha convertido en un tema muy debatido en Barcelona. Colau empezó con la supresión de los carriles en determinadas arterias importantes de la ciudad (como Aragón, Via Laietana o Diputación) y ha continuado con la implementación de un reguero de radares o con el plan de “superilla” en el Eixample para eliminar el asfalto y la circulación de coches y entregar todo el espacio a los peatones: todo ello ha tenido como objetivo minimizar el uso del coche, aunque sea a costa de provocar más incomodidad entre los ciudadanos y más caravanas.

Colau ya tiene previsto implementar 21 radares de velocidad ante de que concluya este año, de los cuales cuatro de ellos son de tramo, que empezarán a multar en agosto. Los otros 17 radares se pondrán en marcha en septiembre, pero no multarán hasta enero de 2023. Además, también se van a poner otros 30 radares pedagógicos: es decir, no multan, pero sí indican al usuario la velocidad para que se ajusten a los límites.