Educación

La Fundación Bofill marca la hoja de ruta para alcanzar el objetivo europeo del 10% de abandono escolar en cuatro años

Establece como prioridad llevar a cabo un registro de los alumnos con alto riesgo de abandono escolar prematuro para su seguimiento, ofertar 11 mil becas salario, poner en marcha mejores recursos de orientación al alumnado y crear 27 mil nuevas plazas de formaciones alternativas al bachillerato

Cataluña se encuentra en la cabeza del ránking español y europeo de abandono escolar
Cataluña se encuentra en la cabeza del ránking español y europeo de abandono escolarlarazon

En Cataluña, la reducción del abandono escolar es uno de los grandes retos. El año pasado, el 14,8% de los jóvenes de entre los 18 y los 24 años no tenía ninguna titulación más allá de la ESO ni tampoco estaba cursando estudios, un porcentaje que se duplica en el contexto de los colectivos más desfavorecidos.Estas cifras, sitúan a Cataluña a la cabeza del ránking europeo en lo que respecta al número de jóvenes poco cualificados y sin estudios postobligatorios, solo por detrás de Rumanía, con una tasa de abandono del 15,3%.

Si bien es cierto que en los últimos años se ha logrado reducir el porcentaje de abandono escolar prematuro (AEP) de forma significativa con medidas como la disminución de la repetición, el aumento sostenido de la graduación en la ESO o la promoción de la Formación Profesional, para pasar del 32,9% en 2008 al 14,8% actual, éste se mantiene aún lejos del objetivo europeo, que establece que en cuatro años éste debe situarse en el 10%.

Y el gran problema es que el abandono escolar tiene un coste social, como corrobora el dato que señala que las personas sin estudios postobligatorios sufren el doble de paro y tienen cuatro veces más posibilidades de tener un empleo manual no cualificado. Además, está demostrado que estas personas experimentan mayores dificultades para pagar la vivienda y gozan de peor salud.

Pese a este contexto desfavorables, desde la Fundación Bofill aseguran que es posible alcanzar el objetivo europeo en 4 años, pero, dado que en la actualidad el sistema de educación catalán no dispone de herramientas para poder hacer frente a este problema, es imprescindible que el Departamento de Educación impulse una serie de medidas urgentes, las cuales deben estar dirigidas, prioritariamente, a reducir el abandono escolar entre los colectivos más vulnerables y que la entidad recoge en el informe Cero Abandono: Una agenda de choque contra el abandono escolar prematuro en Cataluña.

Cuatro pilares clave

Así pues, para empezar a trabajar en esta línea, el informe de la fundación propone elaborar un mecanismo de identificación de aquellos niños con un mayor riesgo de abandono escolar prematuro, especialmente de aquellos socialmente desfavorecidos y con necesidades educativas, para así poder actuar desde la prevención y apunta a la necesidad de compartir dicho registro con los centros escolares y Ayuntamiento para que éstos puedan contribuir también en esta tarea de atención y reorientación de los alumnos que ya han dejado los estudios o están cerca de ello.

Al respecto, Alejandro Montes, que ha participado en la elaboración de la agenda junto a Miquel Àngel Alegre y Elena Sintes, recordaba ayer durante la presentación de la misma que “en 2016 el Departamento de Educación creó el RALC, que es un registro de alumnos que, sin embargo, no se utiliza como instrumento de identificación, seguimiento y recuperación de aquellos estudiantes en riesgo de abandono escolar o que ya han dejado los estudios, así como tampoco se está facilitando el acceso al mismo a Ayuntamientos y centros escolares”.

Por su parte, Alegre indicaba al respecto que el registro que se propone desde la fundación, a diferencia del RALC, “debería incluir información extra del alumnado más allá de la estrictamente académica, como la situación de los padres, el absentismo, las características del barrio de residencia...”.

Con estos datos, sería más factible identificar a aquellos jóvenes con un mayor riesgo de abandono escolar e intervenir sobre estos casos para prevenirlo con medidas como las becas salario, un sistema de ayudas económicas que facilita el acceso a la educación postobligatoria y, en palabras de Alegre, “desincentiva la llamada del mercado laboral”. Esas ayudas podrían rondar los 570 euros al mes y de ellas se estima que se beneficiarían en torno a 11 jóvenes de entre 16 y 18 años en situación de privación material severa, de manera que se calcula que la medida tendría un coste anual cercano a los 62,6 millones de euros.

Otra de las medidas que, según la agenda de choque de la Fundación Bofill, ayudaría a mantener a los alumnos identificados como más proclives al abandono escolar dentro del sistema educativo sería la orientación y apoyo durante el proceso de transición entre la ESO y la finalización de los estudios postobligatorios, probablemente mediante un plan individualizado. En esta línea, se propone también la puesta en marcha de programas locales de mentoría en los municipios de más de 10 mil habitantes para alumnos de entre 10 y 18 años identificados como absentistas o en riesgo de serlo, especialmente en aquellos casos en los que es necesario suplir la falta de modelos de referencia con un mentor que ofrece ese modelo individual positivo.

En este contexto, cabe recordar las altas tasas de abandono en bachillerato y ciclos formativos de grado medio en Cataluña, que se sitúan en el 24% y el 40%, respectivamente, y es que, a día de hoy, el sistema educativo catalán no ofrece una orientación adecuada desde el principio de la educación secundaria, por lo que son numerosos los jóvenes que dejan los estudios por insatisfacción o falta de encaje entre lo que habían imaginado que sería la educación elegida y lo que realmente es, como tampoco cuenta con una oferta postobligatoria lo suficientemente amplia y bien planificada para garantizar plazas adecuadas a todo el alumnado.

Y es que en los últimos dos años, se ha incrementado la demanda para acceder a la formación profesional y la oferta existente a día de hoy en formaciones alternativas al bachillerato no da una respuesta a ese aumento y es del todo insuficiente, razón por la cual el informe apunta a la necesidad de incrementar la oferta con unas 27 mil plazas públicas más -15 mil de FP, 5 mil en Programas de Formación e Inserción y otras 5 mil en centros, escuelas y programas de nueva oportunidad-, una ampliación que debería llevarse a cabo asegurando un equilibrio en la distribución territorial de los recursos de FP y las plazas de FPI, algo que no sucede a día de hoy.

En definitiva, tal y como puso de relieve Sintes, “la lucha contra el abandono escolar ha de ser una prioridad de país”. “Sabemos que es posible reducirlo y sabemos las medidas que funcionan, porque otros países ya las están aplicando, así que solo se trata de aplicarlas rápidamente para que nadie deje los estudios por las carencias del sistema educativo, que expulsa a algunos alumnos”.

Es por ello, que la Fundación Bofill ha elaborado Cero Abandono, una agenda que, como recordó Alegre, “no habla de todo lo que es necesario hacer para combatir el abandono escolar, pero sí de lo más urgente, viable y eficaz” y ahora es el " Departamento de Educación el que debe liderar el plan de choque para reducir en los próximos cuatro años el abandono escolar, implicando siempre a los actores involucrados como los municipios y los centros escolares”, concluyó Montes.