Entrevista
Coco: «Siento más miedo en mi vida personal que dibujando»
La artista francesa, superviviente del atentado contra la revista «Charlie Hebdo», convirtió su experiencia en un libro
El 7 de enero de 2015, dos terroristas disparaban a quemarropa contra la redacción de la revista «Charlie Hebdo». Corinne Rey, conocida como Coco, fue una de las supervivientes de aquella matanza. La humorista gráfica ha tratado de superar todo aquello a través de lo que mejor sabe hacer: lápiz y papel. Eso es lo que encontramos en un impactante libro llamado «Seguir dibujando» (Bang Ediciones) del que habló esta semana en encuentro organizado por CaixaForum Barcelona. La artista mantuvo la siguiente entrevista con este diario.
¿Qué ha sido más doloroso para usted: recordar o dibujar lo recordado?
Cuando empecé recordar lo que había ocurrido no lo dibujé. Por mi mente pasaban muchísimas metáforas. Incluso si son fuertes esas impresiones, de alguna manera, el dibujo la suaviza tal y como las recuerdo. Siempre es muy duro recordar y repensar esos momentos porque la tragedia y las impresiones que quedaron grabadas son instantes que acaban irrumpiendo bruscamente en la realidad.
¿Se puede sobrevivir a algo así?
Sí, hubo un antes y un después. Todo esto algún día se digerirá del todo y se cerrará la herida. Aún no lo sé. A veces tienes momentos en los que todo vuelve y vives ese terror. Me dicen que con el proceso judicial y el libro se han hecho grandes avances, pero por ahora vamos andando paso a paso. Para intentar convivir con toda esa carga, prefiero no hablar de superación sino de vivir con ese dolor, de esa convivencia que ha quedado en nosotros.
Muchos de sus compañeros en «Charlie Hebdo» que superaron el atentado han explicado su experiencia en libros. Pienso, por ejemplo, en «Catharsis» de Luz o «El colgajo» de Philippe Lançon. ¿«Seguir dibujando» está en esa línea?
No había pensado que haría un libro sobre el atentado con un proceso judicial a las puertas. Quería reforzar mis recuerdos y quería que los acusados asumieran sus responsabilidades. Pensé que había llegado el momento y que era el momento de coger el toro por los cuernos. La de «Charlie Hebdo» es una historia colectiva formada por dibujantes, editores, es decir, por todos... No es algo sorprendente sino singular. El atentado golpeó a una redacción que tiene por oficio narrar, contar historias. Creo que todos estos libros pueden ayudar a una mejor comprensión de lo que era «Charlie Hebdo». La historia la hacen los testigos de ese atentado y, de alguna manera, hay que saldar una cuenta pendiente en relación al periodismo y a ese terrible suceso.
Usted sigue trabajando en «Charlie Hebdo». ¿Cómo es esa redacción?
Lo más importante es que después del atentado «Charlie Hebdo» continúa. Fue muy duro volver a reunirse en una mesa con tantos asientos vacíos. Hizo falta apretarse el cinturón y los dientes y seguir remando. Nosotros hemos seguido luchando y riendo juntos. Esa es la respuesta que quisimos dar. Hoy la revista sigue con medidas de seguridad. Es raro que una publicación esté tan autoprotegida en una democracia, pero seguimos, intentamos seguir adelante. Es una paradoja que una revista libre tenga que estar protegida por la policía. En los números que hacemos cada semana y en lo que narramos está la libertad. Debo decirle que el servicio de protección que tenemos es muy majo y se lo está diciendo alguien de «Charlie Hebdo».
¿Siente miedo cuando dibuja en la redacción de la revista?
No es miedo lo que se siente. Cuando dibujo me siento como en una burbuja de creación. Siento más miedo en mi vida personal cuando, por ejemplo, alguien me reconoce o me mira de forma extraña. Por un dibujo, en absoluto. Cuando dibujas te zambulles en el trabajo y te sientes en un entorno muy protegido, en el que haces a la gente reflexionar y reír. Tendría más miedo de que alguien me agrediera que cuando estoy en mi escritorio dibujando.
¿Por qué los dibujos de «Charlie Hebdo» eran peligrosos?
Los terroristas hablan de un mundo cerrado y privado de libertad. Un dibujo es todo lo que odian porque está en las antípodas de lo que cree el terrorista. A los políticos, en general, no les gusta ser caricaturizados, pero es un pilar de la democracia. Forma parte del juego democrático dejarse caricaturizar. El dibujo supera las barreras cuando es mudo y puede ser entendido por todo tipo de culturas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar