Memoria rescatada
Barcelona guarda el vestido de Bernarda Alba
El Institut del Teatre conserva la pieza que usó Margarita Xirgu para la tragedia de García Lorca
Hay objetos que nos gustaría que nos hablaran, que nos contaran las historias que han vivido. Eso es algo que se piensa con uno de los muchos vestidos que se guardan en las colecciones del Institut del Teatre de Barcelona. Se trata de una prenda, la que usó Margarita Xirgu para el estreno de «La casa de Bernarda Alba», la tragedia de Federico García Lorca y que llegó a los escenarios póstumamente en 1945 en Buenos Aires.
La pieza es uno de los muchos tesoros que conserva el Institut del Teatre, algunos de ellos precisamente relacionados con la Xirgu, como también lo es el vestuario que la intérprete usó en otras obras lorquianas estrenadas en vida de su autor como son «La zapatera prodigiosa» y «Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores». Pero Bernarda Alba es especial, es el símbolo de una derrota, de una pérdida, de aquello que pudo haber sido y no fue por culpa de la guerra y del exilio. El vestido de dos piezas y manto, definido en su ficha como «de ambiente rural», fue donado por los herederos de la gran actriz en octubre de 1972.
No se indica en ningún momento quién fue el responsable de este vestuario, aunque podría haber intervenido en los diseños Santiago Ontañón, responsable de los decorados. Ontañón fue uno de los grandes amigos y confidentes de Lorca, como demuestra en su delicioso y hoy inencontrable libro de memorias «Unos pocos amigos verdaderos». El artista tomaba el relevo de José Caballero, otro pintor e íntimo del granadino que pensaba en él para que realizara los vestuarios y decorados de «La casa de Bernarda Alba» si se hubiera podido estrenar en el otoño de 1936 en Madrid. Lorca había quedado muy satisfecho con la labor de Caballero para la versión de «Bodas de sangre» que subió la Xirgu a los escenarios barceloneses en 1935. La guerra acabó también con esa puesta en escena y la tragedia tardó bastante en levantar el telón.
Margarita Xirgu era la actriz soñada por Lorca para que interpretara a Bernarda Alba, un personaje que tenía mucho que ver con sus recuerdos y vivencias en la Vega de Granada. La misma actriz le había pedido que escribiera para ella un «papel de mala». Y quería, como indica en el manuscrito, que fuera como «un documental fotográfico». «¡Ni una gota de poesía! ¡Realidad! ¡Realismo puro!», le dijo a su amigo Adolfo Salazar mientras redactaba el texto que dio por concluido el 19 de junio de 1936. Aún pudo realizar unas pocas lecturas públicas de la obra entre sus más cercanos en Madrid y Granada. Luego vino el asesinato.
Esa tirana, esa mujer de luto profundo –tanto por fuera como por dentro– y que hace la vida imposible a sus cinco hijas, hasta el punto de acabar con todas las esperanzas de la menor de ellas, de Adela, se estrenó finalmente en el Teatro Avenida de Buenos Aires el 8 de marzo de 1945. En enero de ese año, la familia García Lorca, a través de Julio Fuensalida, puso por fin aquel drama en manos de Margarita Xirgu. Se cerraba así la trilogía creada por Lorca y de la que formaban parte «Bodas de sangre» y «Yerma». A la par del estreno, «La casa de Bernarda Alba» llegaba por primera vez esos días a las librerías gracias a la Editorial Losada.
El vestido del Institut del Teatre nos recuerda todo eso y es casi un icono porque puso las bases de las muchísimas producciones que se han realizado de la gran obra teatral.
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