Urbanismo
Así es el nuevo Port Olímpic de Barcelona: un balcón al mar con gastronomía y ocio más calmado
Barcelona transforma esta zona en un gran espacio público con 20.000 m² renovados
Barcelona sigue reinventando su fachada marítima. Y uno de los espacios que más ha cambiado en los últimos meses es el Port Olímpic, que tras décadas de abandono parcial, se ha convertido en un nuevo punto de encuentro para vecinos, turistas y amantes del mar.
Esta transformación no solo ha modernizado las instalaciones portuarias, sino que ha recuperado más de 20.000 metros cuadrados de espacio público para la ciudad.
El nuevo Port Olímpic es ahora un lugar para pasear, comer, hacer deporte y mirar al mar. Y todo ello sin perder su carácter náutico, ya que continúa albergando amarres, escuelas de vela y actividades marítimas, pero con una clara apuesta por la sostenibilidad, la economía azul y el urbanismo inclusivo.
[[H3:Una plaza de 8.000 m² abierta al mar]]
Uno de los grandes protagonistas de la transformación ha sido el Moll de Mestral, que se ha convertido en una gran plaza de 8.000 metros cuadrados abierta al mar. Este espacio, antes degradado, es ahora una explanada peatonal con zonas verdes, mobiliario urbano, miradores y caminos que conectan con la playa de la Nova Icària.
El objetivo ha sido claro: recuperar el Port Olímpic como un espacio público y accesible para todos, integrándolo con los barrios colindantes y haciendo del litoral un lugar de paso, ocio y disfrute diario.
Balcó Gastronòmic: el nuevo polo culinario de Barcelona
Uno de los grandes atractivos del nuevo Port Olímpic es el Balcó Gastronòmic, un conjunto de 11 restaurantes y 3 tiendas gourmet situados en el Moll de Gregal. Este centro culinario busca posicionarse como un referente de la gastronomía sostenible y de calidad en Barcelona, con cocinas de todo el mundo, propuestas de chefs reconocidos y espacios con vistas privilegiadas al mar.
Aquí no solo se puede comer, sino también vivir experiencias culinarias, maridar platos con vinos locales o tomar algo mientras cae el sol sobre el horizonte mediterráneo. Es, en definitiva, una apuesta por convertir el Port Olímpic en un punto clave de la gastronomía barcelonesa, que mira al mar pero con los pies bien plantados en la ciudad.
Sostenibilidad y economía azul como ejes del proyecto
La remodelación del Port Olímpic también responde a un plan de largo recorrido. Se han sustituido los antiguos pantalanes por estructuras flotantes, más resistentes a las inclemencias del tiempo y adaptadas al cambio climático. La infraestructura se ha rediseñado pensando en la eficiencia energética y la economía azul, una estrategia europea que busca fomentar actividades económicas vinculadas al mar de forma respetuosa con el entorno.
Según informa el Ayuntamiento de Barcelona, este espacio se prepara además para acoger eventos internacionales, como la Copa América de vela 2024, reforzando así su papel estratégico en el litoral barcelonés.
De puerto olímpico a icono urbano
El Port Olímpic de Barcelona nació en 1992 como uno de los proyectos estrella de los Juegos Olímpicos, pero durante años fue perdiendo atractivo. Ahora, con esta reforma integral, vuelve a ser un punto neurálgico de la ciudad, que conecta el mar con el Eixample y Ciutat Vella, y que ofrece un plan perfecto tanto de día como de noche.
Pasear, comer, navegar, contemplar, descansar. El nuevo Port Olímpic lo tiene todo. Y lo mejor es que ya no es solo un puerto, sino un balcón urbano al Mediterráneo.