
Papeles desclasificados
La CIA sospechó que el asesino de Martin Luther King podía estar en Barcelona
Documentos desclasificados señalan la ciudad como posible escondite de James Earl Ray

El 4 de abril de 1968, un hombre se asoma al balcón que tiene su habitación del Motel Lorraine, en Memphis, donde se hospeda. Tiene 39 años y el día antes había llegado a la ciudad para apoyar a los trabajadores negros en huelga. Había pronunciado uno de sus discursos más emocionantes, donde hablaba de una tierra prometida que él había podido imaginar, aunque sabía que nunca la podría ver, como si fuera una fatídica premonición de lo que iba a suceder a continuación. El líder de los derechos civiles y Premio Nobel de la Paz, Martin Luther King jr., se tomaba un breve descanso cuando de repente un certero disparo lo derriba y cae el suelo. Son las seis de la tarde y una bala del calibre 30.06, disparada con un rifle Remington 760, ha entrado por la mejilla derecha del reverendo, provocando una fractura en su mandíbula hasta acabar en el hombro. King queda herido de gravedad. Una hora más tarde, ya en el hospital, es declarado oficialmente muerto.
Lo que siguió a continuación fue una de las grandes persecuciones policiales de todos los tiempos. El FBI, quien había dedicado en los últimos años, no pocos esfuerzos en tratar de dañar la trayectoria de King espiándolo ilegalmente, comenzó a buscar al principal sospechoso. Este fue identificado pronto como James Earl Ray, un delincuente de poca monta, fue acusado de un asesinato que impactó al mundo entero. Un hombre de paz había muerto y era necesario apresar al posible autor para que acudiera ante la justicia.
Entre los informes desclasificados hace unos días relacionados con el asesinato de John F. Kennedy hay unos pocos referidos a lo ocurrido en Memphis. Son documentos de la investigación llevada a cabo por la CIA y donde se señala, al menos en tres ocasiones, que Barcelona podía ser el lugar en el que se escondía Ray. No era una teoría disparatada. Tras el asesinato de King, Ray huyó hasta Toronto donde permaneció oculto por un mes. Una vez conseguido un pasaporte falso, partió en mayo a Europa donde permaneció en Lisboa hasta poder viajar hasta Londres donde trató de convertirse en mercenario en África. Cuando se disponía a tomar un avión con destino a ese continente fue arrestado. El 10 de marzo de 1969 confesó ser el autor material de los hechos. Se desconoce si pudo tener algún apoyo en Barcelona, pero posiblemente pronto, gracias a los documentos desclasificados que quedan por llegar, sepamos más del tema.
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