Opinión
Club de Mar de Sitges
El Club de Mar hace años tiene un problema de concesión administrativa
Aunque la piscina María Teresa fue inaugurada en 1934 por don Manuel Azaña, como tal el Club de Mar de Sitges tiene setenta y tres años de historia. Más de ciento veinte jóvenes semanalmente aprenden deportes náuticos, cuatrocientas familias somos socios, trabajan más de treinta personas, se desarrollan todo tipo de deportes marítimos desde natación en mar abierto hasta patín de vela donde en más de una ocasión se ha conseguido el campeonato del mundo.
El Club de Mar hace años tiene un problema de concesión administrativa y es cierto que en el año 2003 hubo una sentencia en la que se ordenaba su derribo, pero esa sentencia nunca se ejecutó, y si en una sentencia no se insta la ejecución en cinco años, caduca.
Caducó y en el año 2014 el Club fue declarado Bien de Interés local y siguió y sigue batallando por regularizar la concesión administrativa. En el año 2018 se le impuso una sanción de 60.000€ (que se ha pagado) y se negó la concesión, lo que fue ratificando posteriormente y se ordenó el cese de la actividad (en ningún caso la demolición).También se recurrió y, entre otras cuestiones, el Tribunal Supremo designó ponente para unos de los recursos el 15 de abril de este año. Otra acción civil ejercida en el juzgado de Primera Instancia número 30 de Barcelona, lo que se llama prescripción adquisitiva ordinaria puesto que se pagaba el Ibi, tiene ya fecha para la audiencia preliminar, el 5 de julio de 2026. En el juzgado Contencioso Administrativo número 11 de Barcelona hay señalamiento para el dos de junio de 2027 relativo a una solicitud de protección de la Generalitat.
En definitiva, quedan abiertos hasta siete procedimientos, y solicitudes por responder.
A ustedes sin ser juristas ¿no les parece lógico que se espere a lo que decida la justicia para derribar sus instalaciones?
Pues no. Hace unos días se envió una nota sin resolución ni derecho a recurso diciendo que el día 2 de junio vendrán a derribar las instalaciones y han otorgado dos contratos para el derribo: uno de 199.334´33€ (casi llega a los 200.000 euros) y otro de 5.217´81 euros a una empresa.
Hasta aquí los hechos. Ahora mi análisis propio de los motivos. ¿Por qué el derribo? Porque a un señor le ha salido de los cataplines, porque hay quien piensa en este país que los jueces no son quienes deben decidir en última instancia las cosas, y el pueblo son ellos.
En toda mi vida profesional he participado en varias causas que afectaban a los políticos ¿saben qué tienen en común? La prepotencia en las actuaciones. No se tiene consciencia de lo que se hace y como lo pueden materialmente hacer, lo hacen.
Luego más de uno me ha venido quejándose: yo hice lo que me dijeron, esto, lo otro, y me ordenaron, se excusan.Yo no quería hacerlo, pero me lo impusieron, me han dejado tirado, etc.
Una última reflexión, si se derriba el Club de Mar (previo pago de más de 200.000euros) y luego un tribunal da la razón al Club ¿Quién lo pagará?, ¿Quién asumirá las consecuencias? Lo que no hay duda es que si hay que indemnizar el dinero saldrá de los bolsillos de todos.