Novela

Cuando desaparece el protagonista

El escritor Aro Sáinz de la Maza publica la última entrega de la saga protagonizada por Milo Malart

El escritor Aro Sáinz de la Maza
El escritor Aro Sáinz de la Maza Europa Press

¿Cómo hacer una novela en la que el protagonista de la saga sigue siendo la estrella, pero brilla por su ausencia en las páginas del libro? Ese es el reto al que se enfrenta el novelista Aro Sáinz de la Maza en su nuevo trabajo, la que es por ahora la última entrega de la serie que tiene como estrella al comisario Milo Malart. Pero «Malart», que es como se titula la novela que acaba de publicar Destino, es el retrato de una ausencia, la del propio protagonista. ¿Por qué sucede esto?

La trama tiene mucho que ver para que esto ocurra. En la madrugada barcelonesa, en un barco en alta mar, una pareja perteneciente a la burguesía de la capital catalana, aparecen muertos en un barco. Todo apunta a que el culpable del crimen es Milo Malart. Los dos asesinados habían podido librarse de ser condenados de un asesino, algo a lo que el inspector prometió contestar con venganza. Pero el héroe –mejor dicho, el antihéroe– ha desaparecido. Eso hará que el misterio tenga que resolverlo su compañera, la subinspectora Rebeca Mercader. Tendrá poco, muy poco tiempo para poder resolver un caso demasiado turbio.

El escritor, en conversación con este diario, reconoció que en «Malart», la cuarta entrega de la serie, ha querido implicar al lector de manera muy activa. «Planteo varios retos al lector. Es una novela sobre el personaje, pero no está personaje. En esta ocasión me sedujo enfrentar a Milo contra su peor enemigo que es él mismo. Milo no atraviesa buena época. Así que el lector lo descubrirá impredecible, más autodestructivo, pero también más oscuro», comentó Aro Sáinz de la Maza.

En «Malart» el protagonismo pasa a algunos de los personajes secundarios de la saga, especialmente Rebeca Mercader, sobre quien recae la responsabilidad de aclarar un misterio aparentemente sin explicación. En este sentido, el escritor aseguró que «una de las intenciones era dar mayor protagonismo a los personajes secundarios, sobre todo Rebeca Mercader. He querido crear algo que se podría definir como un juego de perfiles porque en muchas ocasiones ella actúa como Milo y se produce mimetismo. La manera de trabajar de Milo es la única manera de llegar a resolver al caso, algo de lo que se da cuenta Rebeca. Ella crece en esta novela y adopta los vicios y neuras del personaje, del comisario. Es una manera de que ella comprenda por qué Milo Malart es así».

Después de cuatro novelas con las que el escritor Aro Sáinz de la Maza ha logrado el respaldo del público, es el momento de hacer balance de su relación con su criatura de papel. Cuando se le preguntó sobre este particular, el narrador contestó que mantiene «una relación cordial con Milo, pero es una relación de amor y odio. Al dejarlo libre ocurre la magia de una novela y te esta te lleva a un lugar al que no podías llegar. Por eso lo que ha pasado en esta cuarta entrega es un subidón y ha sido tremendo. La empecé poco después del confinamiento. Quería hablar de la pandemia sin hablar de la pandemia. Así que hablo de una pandemia peor contra la que no hay vacuna como es la violencia contra las mujeres, algo contra lo que no se está buscando ningún tipo de cura. También quise reproducir en mi libro la falta de espacios abiertos, salvo en el mar que en este caso he querido cubrir con mucha niebla».

El escritor tiene ya algunas ideas para el que será el quinto episodio de las andanzas del inspector. Por ahora, solamente quiso anunciar que pasará fuera de su querida Barcelona, en un escenario tan complejo como es la ciudad de Oslo, la capital noruega, y que se ha convertido en uno de los decorados más destacados de la llamada novela nórdica, con Jo Nesbo a la cabeza.

Todo ello le hizo reconocer que sigue conviviendo con Milo Malart, a veces a contracorriente. «Para que sea creíble debe ser un personaje que conozcas a fondo. A veces mi familia me pide que lo deje. Mi hija me dice muchas veces que basta ya de Milo. Pero es que él es un tipo que es muy escurridizo. Pasar con él 24 horas al día es realmente complicado. Es alguien que no tiene nada que ver conmigo, aunque hay cosas que me gustan más de él que las mías. Si quieres que tu personaje salte del papel, que el lector empatice tiene que ser así», concluyó.