Ciencia y cine

Cuando Einstein conoció a Buzz Lightyear

Una espectacular exposición en CosmoCaixa nos permite ver de otra manera el mundo de Pixar

GRAFCAT400. BARCELONA, 16/05/2023.- Aspecto de la exposición interactiva creada por el Museo de la Ciencia de Boston (EEUU) que este martes se ha presentado en el CosmoCaixa de Barcelona, donde se muestra la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas que hay tras las exitosas películas de Pixar. EFE/Marta Pérez
Una de las salas de la exposición en CosmoCaixaMarta PérezAgencia EFE

Los personajes de Pixar hace años que se convirtieron en parte de nuestra vida, para todos los públicos porque tienen la habilidad de hablarnos de todo tipo de temas, incluso los más trascendentales, como el paso del tiempo, nuestros sentimientos o si hay vida más allá de la muerte. Además de lo que podría entenderse como filosófico, personajes como Buzz Lightyear, Carl Fredricksen o Rayo McQueen, tienen otra virtud y es que nos pueden ayudar a comprender algunos de los aspectos más complejos del mundo de la ciencia. Son unos buenos maestros en la materia en cada una de las películas que protagonizan.

Esa afirmación es uno de los grandes ejes de una exposición que acaba de abrir sus puertas en CosmoCaixa Barcelona. Es una introducción en el mundo de Pixar, pero desde una perspectiva educativa con la ciencia como apoyo. Es una invitación a ver películas como la saga «Toy Story», «Los increíbles», «Up» o «Salvando a Nemo» con otros ojos, una posibilidad única de adentrarnos en los estudios desde que el proyecto es solamente una idea en un papel hasta que se convierte en una película que, en ocasiones, es incluso ganadora de un Oscar.

Se trata de una iniciativa creada por el Museum of Science de Boston en colaboración con Pixar Animation Studios. Pero esta no es una exposición convencional. Aquí se puede tocar y se puede interactuar con todos los personajes de este universo. De esta manera, aunque sea por un rato, también podemos ser animadores y podemos iluminar la habitación del viejo cascarrabias de Carl Fredicksen, dar densidad a las profundidades del mar en el que nada Dory o atrevernos a peinar la melena rizada de princesa Mérida de DunBroch.

Como dijo ayer, durante la presentación de la muestra, Elisa Durán, la directora general adjunta de la Fundación La Caixa, «CosmoCaixa invita a observar, a tocar y a conocer formatos, movimientos y escenarios», añadiendo que serán los hijos los que pidan a los padres ir a ver esta exposición. Desde luego hay motivo como se puede constatar los ocho ámbitos de que consta una exposición que es, a la vez, una experiencia inmersiva en Pixar.

En una primera parte podemos ver cómo el diseño de personajes comienza con artistas que crean bocetos y esculturas de arcilla (maquetas) para que cada personaje quede bien definido. Luego, un modelador digital crea un modelo 3D virtual del personaje, a veces escaneando digitalmente la maqueta, como puede verse en la exposición a través de un vídeo de la creación de Lotso en «Toy Story 3». El modelo final es una estructura alámbrica digital de puntos y bordes que los conectan, algo que puede entenderse mejor gracias a un módulo interactivo que permite aprender cómo se usan las coordenadas matemáticas para presentar un espacio tridimensional en la animación por ordenador.

Otro de los ámbitos está dedicado al trabajo de los riggers, encargados de generar la sensación de movimiento de los huesos, las articulaciones y los músculos virtuales de los personajes. Cada músculo que se mueve tiene su propio control virtual. Un vídeo nos muestra que Mike Wazowski (de «Monstruos, S. A.») tiene unos 7.000 controles de rig, lo que equivaldría a una marioneta con 7.000 cuerdas. Los visitantes podrán jugar con el movimiento de los brazos de los personajes o con sus expresiones faciales viendo en directo, por ejemplo, el modo en que un cambio en la forma de las cejas o de las pupilas genera una emoción distinta en el personaje.

Los decorados y la posición de las cámaras son dos aspectos clave en cualquier película. El decorado de cada escena y la forma en que se enmarca cada imagen transmiten el contexto, la historia y la emoción. Los escenógrafos son arquitectos que construyen entornos virtuales desde cero. Para crear el castillo de DunBroch en la película «Brave (Indomable)», el equipo de producción visitó y estudió numerosas fortificaciones y luego los diseñadores lo construyeron completamente en 3D. En esta sección encontramos vídeos de los técnicos de la cinta que nos ayudan a entender cómo contribuye cada guijarro, cada árbol y cada edificio a convertir los guiones gráficos en un mundo creíble que conecte con los espectadores.