Fénix, el pastor belga rescatado por la Policía Local que se prepara para ser perro antidrogas

La Policía Local de Sant Boi de Llobregat, en la provincia de Barcelona, respondió hace algunas semanas a una llamada que alertaba sobre un caso de maltrato animal. Al llegar al lugar, los agentes se encontraron con una escena desgarradora: un joven pastor belga Malinois, de apenas seis meses de edad, gravemente herido, víctima de un intento de asesinato por parte de su propio dueño.

Según recogen medios locales, el dueño presuntamente intentó degollar al animal y luego lo arrojó desde el balcón. El individuo, actualmente bajo custodia y a la espera de juicio, fue arrestado el mismo día en que los agentes allanaron la residencia, donde se descubrió una katana y restos de sangre en el suelo.

El perro, al que ahora conocemos como Fénix, fue trasladado de inmediato a un hospital veterinario, donde recibió la atención necesaria. Ferran, uno agentes de la Policía Local, decidió acogerlo en su hogar y brindarle el cuidado y la protección que necesitaba mientras se recupera de sus heridas. Fue el mismo agente quién se encargó de ponerle nombre. A pesar de sus heridas, en ese momento el pastor belga ya corría y saltaba.

Su historia no termina ahí. La Unidad Canina de la Policía Local de Sant Boi ha identificado en Fénix potenciales habilidades para convertirse en un perro policía. Raúl Carrillo, agente de esta unidad, ha destacado su energía y vitalidad, características esenciales para desempeñar funciones dentro del cuerpo de policía. Hace varias semanas, aseguraban que "una vez que haya recuperado completamente su movilidad, se le hará la prueba para ver si puede convertirse en perro de la Unidad Canina de Sant Boi, porque ya demuestra ciertas habilidades".

Actualmente, Fénix está siendo sometido a un riguroso entrenamiento para convertirse en un perro especializado en la detección de drogas. A través de juegos y recompensas, los adiestradores están enseñándole a distinguir los olores del hachís, la heroína y la cocaína. "Le mostramos dos botes. Uno tiene marihuana y el otro no. Cada vez que se acerca a lo que tiene droga, obtiene un premio. Y si se acerca al otro, no. Así el perro empieza a relacionar el olor de la droga con el premio", ha explicado uno de los agentes en el programa 'Todo se mueve'.

Además de su preparación como perro policía, Fénix participa en iniciativas comunitarias como charlas en centros educativos, donde la Policía Local busca sensibilizar a la población sobre la importancia de la tenencia responsable de mascotas y la lucha contra el maltrato animal.