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Guerra de las terrazas: la Justicia tumba las restricciones horarias de Colau en Barcelona

El fallo deja en el aire las limitaciones en otras zonas de la capital catalana

Varias personas sentadas en la terraza de un bar en Barcelona David ZorrakinoEuropa Press

El Juzgado Contencioso Administrativo número 12 de Barcelona ha emitido una sentencia que anula las restricciones horarias impuestas a las terrazas de la Plaza del Sol, ubicada en el barrio de Gràcia. Este fallo, que favorece al Gremio de Restauración, pone en el centro del debate la tensión entre los derechos vecinales al descanso y la actividad económica del sector hostelero. Sin embargo, la medida sigue vigente mientras el Ayuntamiento recurre la decisión judicial.

El conflicto legal y los argumentos enfrentados

La sentencia, notificada el pasado 5 de febrero de 2025, surge tras un recurso presentado por el Gremio de Restauración, que cuestionó la legalidad de las restricciones. Según el gremio, el Ayuntamiento no logró demostrar que las terrazas fueran responsables directas del exceso de ruido en la zona. Además, señalaron que las mediciones acústicas realizadas no cumplían con los estándares normativos establecidos. Por su parte, el Ayuntamiento sostiene que las mediciones fueron correctas y revelaron que los niveles de ruido nocturno superaban los límites permitidos en más de tres decibelios, lo que justificaba la necesidad de limitar los horarios.

Restricciones vigentes y medidas compensatorias

Desde octubre de 2022, las terrazas en la Plaza del Sol y otras ubicaciones del barrio de Gràcia deben cerrar a las 23:00 horas de domingo a jueves y a medianoche los viernes, sábados y vísperas de festivos. Estas medidas forman parte de un plan más amplio para reducir la contaminación acústica en áreas declaradas como Zonas Acústicamente Estresadas (ZARE). Para mitigar el impacto económico sobre los negocios afectados, el Ayuntamiento permitió a cada establecimiento añadir dos mesas adicionales desde las 20:00 horas hasta el cierre.

Reacciones del sector y los vecinos

El Gremio de Restauración celebró la sentencia como un paso hacia la defensa del sector hostelero y criticó lo que consideran una falta de evidencia sólida por parte del Ayuntamiento para justificar las restricciones. Roger Pallarols, director general del gremio, destacó que Barcelona ya tiene uno de los horarios más estrictos para terrazas entre las grandes ciudades españolas y lamentó que estas limitaciones afecten negativamente a la vida social y económica4.

Por otro lado, asociaciones vecinales como la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona (FAVB) han expresado su preocupación por el ruido nocturno y su impacto en la calidad de vida. La FAVB ha liderado iniciativas ciudadanas para modificar la ordenanza municipal y reforzar las restricciones horarias en zonas con alta presión turística.

Un debate más amplio: ocio vs descanso

El conflicto entre vecinos y restauradores no es nuevo en Barcelona. Desde hace años, ambos grupos han estado enfrentados por cuestiones relacionadas con el ruido, la ocupación del espacio público y el cumplimiento de la Ordenanza de Terrazas. Este debate se intensificó durante la pandemia, cuando se permitió ampliar las terrazas al asfalto para apoyar al sector hostelero. Ahora, con esta sentencia judicial, se reabre un frente que podría tener implicaciones para otras áreas donde también se aplican restricciones similares.

El futuro legal y político

El Ayuntamiento ha decidido recurrir la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), lo que mantiene vigentes las restricciones horarias mientras se resuelve el recurso. Además, está trabajando en nuevos planes contra el ruido para Ciutat Vella y otras zonas afectadas por contaminación acústica. Estos planes incluyen medidas como instalar más sonómetros y aumentar las inspecciones para garantizar el cumplimiento normativo.

Por su parte, tanto el gremio como las asociaciones vecinales continúan movilizando apoyo ciudadano. El gremio ha recogido más de 35.000 firmas en defensa de las terrazas bajo el lema “¡Nos vemos en las terrazas!”, mientras que la FAVB presentó 18.000 firmas para exigir una normativa más restrictiva.