
Investigación médica
Identifican marcadores que determinan qué personas con RIS tienen mayor riesgo de desarrollar esclerosis múltiple
Este hallazgo permitiría identificar a los candidatos a someterse a un tratamiento precoz frente a la EM con el fin de retrasar la aparición de los síntomas de la enfermedad

Existe un perfil de paciente al que, al someterse a una resonancia magnética por cualquier motivo, se le detecta de forma fortuita lesiones que son típicas de la Esclerosis Múltiple, sin embargo esa persona se encuentra bien y no manifiesta síntomas claros de la enfermedad. Es lo que se conoce como Síndrome Radiológico Aislado (RIS) y la transcendencia del mismo es que, tal y como han puesto de manifiesto estudios previos, un 34% de las personas con RIS acaban desarrollando síntomas de esclerosis múltiple a los cinco años del diagnóstico, mientras que a los diez años ese porcentaje alcanza el 51%
Sin embargo, a día de hoy no hay una evidencia científica lo suficientemente importante como para que estas personas que son diagnosticadas de RIS reciban un tratamiento para hacer frente a la esclerosis múltiple, principalmente porque se trata de terapias asociadas a efectos secundarios, y tampoco hay unas directrices claras acerca de qué personas con esta entidad deben ser tratadas.
En este contexto, se puso en marcha un estudio, que ha contado con la participación de profesionales de más de 30 hospitales e institutos de investigación a nivel internacional y ha sido coordinado y liderado por Vall d'Hebron, "para intentar identificar una serie de marcadores en el momento de diagnóstico del RIS para establecer un pronóstico de cuáles de estas personas tienen un mayor riesgo de acabar desarrollando los síntomas de esclerosis múltiple", tal y como explica el doctor Manuel Comabella, del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña, el Servicio de Neurología de Vall d'Hebron y el grupo de Neuroinmunología Clínica de Vall d'Hebron Instituto de Investigación, que, junto al doctor Xavier Montalbán, ha coordinado esta investigación.
Así, en el marco de este trabajo, se realizó un seguimiento a 273 pacientes durante más de cinco años para identificar una combinación de marcadores de proteínas detectadas en el líquido cefalorraquídeo y en sangre que permiten establecer un pronóstico a cinco años de las personas con RIS.
"Vimos que había una combinación de marcadores que aumentaba el riesgo de acabar desarrollando síntomas de EM, que iba desde el 34% hasta el 81% en función de la combinación", indica el doctor Comabella, quien al respecto comenta que todo indica que estos parámetros "se podrían emplear en la práctica clínica para identificar entre las personas con RIS cuáles son los mejores candidatos a empezar un tratamiento de esclerosis múltiple porque tienen un mayor riesgo de tener la enfermedad". Y es que se ha comprobado en estudios previos que, tras el diagnóstico, el inicio del tratamiento de forma precoz en personas con mayor riesgo retrasa la aparición de síntomas de EM.
Identificar para actuar
Esos marcadores que combinados indican un mayor riesgo de desarrollar síntomas de esclerosis múltiples son unas proteínas presentes en el líquido cefalorraquídeo, las bandas oligoclonales de IgG, sobre todo si se suman a la presencia de bandas oligoclonales de IgM, que reflejan una activación inmunológica dentro del cerebro; un nivel elevado en sangre de neurofilamentos de cadena ligera (sNfL), una proteína muy conocida en el ámbito de la EM que está presente en las neuronas y se libera cuando hay un daño en las mismas, la cual se puede detectar tanto en líquido cefalorraquídeo como en sangre, y, por último, un índice elevado de cadenas ligeras Kappa libres (KFCL) en el líquido cefalorraquídeo.
"Vimos que si la persona con RIS tenía la proteína de los neurofilamentos elevada y tenía bandas oligoclonales de tipo IgG, el riesgo de presentar síntomas de esclerosis múltiple era del 58,3% y éste aumentaba hasta el 78,1% si además se sumaba la presencia de bandas oligoclonales de tipo IgM. Además, si era joven, de 37 años o menos, el riesgo alcanzaba el 81,6%", explica el investigador.
Así pues, los resultados de este trabajo proporcionan a "los neurólogos una herramienta que podría aplicarse en la práctica clínica para determinar, en función de estos marcadores, el riesgo de que una personas con RIS tenga síntomas de esclerosis múltiple a corto plazo y, por lo tanto, pueda considerarse candidato a iniciar un tratamiento precoz contra la esclerosis múltiple para retrasar la aparición de síntomas de esta enfermedad", concluye Comabella, quien recuerda que "en la EM el tiempo es clave y cuanto antes se empiece el tratamiento, mejor porque se retrasa la progresión de la enfermedad"
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