
Memoria histórica
¿Qué editorial de Barcelona fue la primera en publicar "Mi lucha" de Hitler?
El libro de apología del nazismo fue publicado en castellano en 1935

En 1935, Europa empezaba a estar sumida en el caos que se materializaría cuatro años más tarde con el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Esos vientos de guerra empezaban a notarse en el ambiente especialmente por la proliferación de los autoritarismos en Italia y Alemania. Adolf Hitler se había convertido en el gran villano del continente, ganando adeptos más allá de las fronteras germanas. Por eso, no resultaba extraño que el único libro escrito por aquel pintor mediocre con ínfulas dictatoriales fuera publicado por algún editor que veía negocio en su divulgación. Eso es lo que sucedió con “Mi lucha”, la biblia del nazismo y que llegó por primera vez a las librerías españolas de la mano de una editorial de Barcelona.
Hitler había publicado el primer volumen de su obra el 18 de julio de 1925, un texto que había ideado en la cárcel con la participación de Rudolf Hess como negro literario. El futuro verdugo de Europa había acabado entre rejas tras el fallido golpe de Estado de Múnich en noviembre de 1923. El libro, pese a que los palmeros del nazismo dijeron lo contrario, se vendió lentamente y mal. No fue hasta 1933, una vez que Hitler alcanzó el poder, que se empezó a convertir en cierto fenómeno editorial.
Dos años más tarde, en 1935, aparecía en Barcelona la primera traducción española de la obra. El editor, probablemente con intenciones comerciales, cambió el título en la portada de “Mi lucha” por el de “Autobiografía”, aunque en el interior volvía a recuperar la denominación original de Hitler. Fue la Casa Editorial Araluce la responsable de esa primera aparición en nuestro mercado del libro con un precio de diez pesetas. El sello contaba con una larga carrera al haber nacido a finales del siglo XIX gracias a la experiencia que había logrado Ramón de San Nicolás Araluce en otra editorial llamada De la Fuente Parres. Curiosamente Araluce estaba especializada en literatura pensada para el lector infantil y juvenil, algo que demostró en una serie de colecciones centradas en novelas, cuentos y fábulas, un catálogo con autores tan diversos como William Shakespeare, Emilio Salgari, Jaime Balmes o María Luz Morales, entre muchísimos otros.
Araluce optó por una versión abreviada de “Mi lucha” en la que se incluía una introducción escrita por su traductor, además de una breve biografía como prólogo. El responsable de pasar el texto del alemán al castellano fue un personaje muy peculiar llamado Federico Nielsen Reyes. De origen boliviano, con 19 años entró como secretario auxiliar en el Ministerio de Instrucción Pública, para acceder en 1926 con 23 años, a la legación diplomática boliviana en Berlín. En 1932 fue ascendido a cónsul general de Bolivia en la capital alemana, además de inspector de los consulados en Europa. Reyes nunca disimuló su entusiasmo por todo aquello que tuviera tufo a nazismo hasta el punto de ser uno de los grandes divulgadores de Hitler en la España de Franco. No es extraño que estuviera encantado con traducir “Mi lucha” en 1935. Igualmente fue responsable de la organización de la delegación boliviana a la olimpiadas del 36, y posteriormente presidente del Comité Olímpico boliviano. Más adelante estuvo envuelto en un escándalo al vender su hijo Roberto el título de cónsul Bolivia en Frankfort, a inicios de los años 70. De vuelta a su país de dedicó a actividades relacionadas con la hípica y la promoción de todo lo que tuviera que ver con la ideología neonazi.
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