23-J

¿Por qué Pere Aragonès ha remodelado ahora el Govern de la Generalitat?

Evitar una nueva debacle y taponar las fugas antes de las generales, uno de los objetivos

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, comparece en el Palau de la Generalitat para anunciar cambios en el Govern. EUROPA PRESS-KIKE RINCÓN 12/06/2023
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, comparece en el Palau de la Generalitat para anunciar cambios en el GovernEUROPA PRESS-KIKE RINCÓNEuropa Press

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, forzó ayer una remodelación de parte de su Govern para evitar otra caída de Esquerra en las elecciones generales del próximo 23 de julio. El republicano relevó a tres de sus consejeros, los más cuestionados, tras la debacle de ERC en los comicios municipales –pasó de primera a tercera fuerza, por detrás del PSC y Junts– y en medio de la legislatura. De hecho, los nervios son evidentes en ERC tras perder 300.000 votos en los comicios locales del 28-M, una debacle importante teniendo en cuenta que solo el PSOE superó su caída con 400.000 papeletas menos que en 2019.

En concreto, la remodelación del Ejecutivo de Esquerra ha implicado la salida de Teresa Jordà (Acción Climática), Juli Fernández (Territorio) y Josep González-Cambray (Educación), relevados por David Mascort, Ester Capella y Anna Simó, respectivamente. El objetivo es llegar "a febrero de 2025", admitió ayer el presidente sobre el teórico fin de legislatura en Cataluña.

Por tanto, el presidente de la Generalitat prescinde de los consejeros que más suspicacias han levantado para evitar otra debacle en las generales del mes que viene. El propósito del republicano es cerrar filas y taponar una nueva fuga de votos hacia Junts y el PSC, sus principales rivales en las urnas el 23-J. Es más, en 2019 los republicanos ganaron en Cataluña, una victoria en un escenario completamente opuesto al de ahora.

Uno de los cambios ejecutados, el de Teresa Jordà, era obligado y ha sido el pretexto de Aragonès para provocar su primera crisis de Govern tras la marcha de Junts. Este fin de semana pasado, la dirección de ERC anunció que concurrirá a las elecciones del 23 de julio con un tándem formado por Gabriel Rufián, actual portavoz de los republicanos en el Congreso, y la hasta ahora consejera de Acción Climática, fuera de la Generalitat en plena crisis por la sequía en Cataluña. En este departamento, Aragonès ha optado por el continuismo y ha dado entrada David Mascort, quien hasta ahora era la mano derecha de la propia Jordà en la consejería.

Sin embargo, el relevo de más peso político ha sido el de Josep González-Cambray. El republicano ha sido el consejero que se ha negado a aplicar el 25% de castellano en las escuelas pese a la orden judicial del Supremo avalada por el TSJC. Además, ha chocado frontalmente con la comunidad educativa de Cataluña, que en el último año ha ido a la huelga en diversas ocasiones en protesta por los cambios unilaterales que ha querido introducir el consejero de Educación, por ejemplo, en el calendario escolar.

Cambray fue relevado una histórica de ERC, Anna Simó. Ex miembro de la Mesa del Parlament bajo el mandato de Carme Forcadell, ingresa en el Ejecutivo después de cumplir la pena de inhabilitación que pesaba sobre ella al haber sido condenada por tramitar las leyes de desconexión en 2017.

La oposición había reclamado en reiteradas ocasiones la dimisión de González-Cambray, a quien Aragonès había blindado hasta ahora pese a las múltiples polémicas que ha coleccionado a lo largo de estos últimos dos años. La más sonada fue precisamente la del acoso a la familia de Canet de Mar por haber solicitado el 25% de castellano para su menor en la escuela. En este sentido, Anna Simó es licenciada en Filología Catalana y ha trabajado en el Consorcio para la Normalización Lingüística. Su nuevo puesto como consejera coincidirá previsiblemente con la decisión del Tribunal Constitucional sobre los recursos contra la ley catalana que ha permitido a la Generalitat esquivar la sentencia del 25% de español en las aulas.

El relevo más sorprendente ha sido de Juli Fernández, titular de Territorio quien apenas llevaba ocho meses en el Ejecutivo al haberse incorporado para sustituir a Jordi Puigneró, dirigente de Junts que ejercía esa función cuando los posconvergentes estaban en la Generalitat. En este corto periodo de tiempo, Fernández también ha sido protagonista de varias controversias, como cuando ERC firmó un acuerdo con el PSC que incluía el compromiso de construcción de la B-40, el Cuarto Cinturón entre Sabadell y Terrassa al que el dirigente se había opuesto históricamente.

Ahora, Aragonès escoge a Ester Capella, ex consejera de Justicia y delegada del Govern en Madrid, con dos objetivos a medio plazo: insistir con el traspaso de la gestión de Cercanías y abordar la ampliación del aeropuerto de El Prat, pactada con el PSC también en el marco del acuerdo presupuestario en el Parlament.

Hay que tener en cuenta que tras la caída en las municipales, el propio Aragonès redibujó la estrategia y trazó un importante cambio de rumbo en ERC y el Govern: viró hacia Junts y reclamó la reunificación independentista para marcar distancias con los socialistas después de cuatro años pactando con el PSOE. Ayer, tanto el resto del independentismo como el PSC criticaron los cambios de un Govern en crisis permanente, según su diagnóstico.