Día Mundial del Niño Prematuro

"Quería tener bebés y sin el anclaje abdominal no hubiera podido ser madre"

Priscila perdió hasta cinco bebés por la debilidad de su cuello uterino. Tras haber fracasado el cerclaje vaginal que le realizaron en el quinto embarazo, se sometió a un cerclaje abdominal que le ha permitido ser madre por partida doble

Un bebé prematuro en una incubadora
En un 1% de los nacimientos prematuros, la madre ha sido sometida a un anclaje abdominallarazon

Priscila siempre tuvo claro que una de sus prioridades en la vida era ser madre, así que a los 25 años ya se quedó embarazada de su primer bebé, sin embargo lo perdió a las 12 semanas de gestación. Lo mismo sucedió en los tres embarazos siguientes. Debido a la debilidad del cuello de su útero, en cuanto el feto adquiría un cierto peso, éste se abría dejando salir al bebé, siempre poco después de cumplirse el tercer mes de embarazo, de manera que el neonato no estaba aún lo suficientemente desarrollado como para sobrevivir.

"En el CAP del pueblo donde vivía ya habían probado todo tipo de fármacos para intentar que mis embarazos llegaran a término, pero no había forma, así que en el quinto embarazo optaron por hacerme un cerclaje vaginal para impedir que el bebé saliera antes de tiempo", explica Priscila, nacida en Ghana pero residente en España desde hace 10 años. Sin embargo, esta estrategia tampoco funcionó y el bebé nació en la semana 24 de gestación sin posibilidad de sobrevivir.

Fue entonces cuando derivaron a Priscila al Servicio de Ginecología y Obstetricia de Vall d'Hebron, pionero en España en la realización de cerclajes abdominales, una técnica que está indicada para "aquellas mujeres que han perdido uno o más bebés pese a haber usado el cerclaje vaginal". "En estos casos, el cuello del cérvix es tan débil que un cerclaje a 2 o 3 centímetros del cuello no es suficiente y, entonces, es necesario hacerlo más arriba pero con el anclaje vaginal eso no es posible y hay que recurrir al anclaje abdominal", explica la doctora María Goya, responsable de la Unidad de Prevención del Parto Pretérmino del Servicio de Obstetricia de Vall d'Hebron.

Una técnica novedosa

Esta técnica consiste en "colocar una banda reabsorbible de un lado a otro del istmo del cuello uterino, apretarla y realizar cinco nudos con la misma" y de esta manera se consigue cerrar el cuello del útero desde su parte superior, evitando así que el feto pueda desprenderse por el mismo cuando alcanza cierto peso. Empezó a aplicarse en España en el 2016 y desde 2019 Vall d'Hebron la realiza con tecnología robótica, lo cual garantiza una mayor precisión de la intervención, menos complicaciones y una más rápida recuperación de la paciente. "El operar con el robot nos permite acceder directamente a la zona y disecar el útero con mucha más precisión en poco tiempo", constata la doctora, quien al respecto comenta que, tras la intervención, la paciente puede regresar a su casa al día siguiente y a los dos o tres meses puede quedarse en estado.

Eso sí, esta técnica debe llevarse a cabo antes de la que la mujer se quede embarazada, porque durante la gestación se pierde la anatomía y hay más riesgo de dañar alguna arteria u órgano cercano al istmo, y a la hora de dar a luz, es necesario programar una cesárea, ya que el cerclaje no se retira. En cualquier caso, tal y como asegura la doctora Goya, "con el cerclaje abdominal, todas las gestantes llegan a la semana 34 como mínimo"

Deseo cumplido

Ese fue precisamente el caso de Priscila, que en enero de 2021 se sometió a esta intervención para en febrero de 2022 dar a luz a Víctor, su sexto hijo, el primero que lograría sobrevivir tras el parto. "Nació en la semana 38 y por cesárea y, en esta ocasión, no tuve ningún problema en el embarazo, mientras que en las anteriores sufrí muchas pérdidas de sangre y tuve que guardar reposo absoluto". Y lo mismo sucedió con Lucas, que vino al mundo la semana pasada tras 37 semanas de gestación. "En mi caso, es necesario programar una cesárea semanas antes de llegar a término, porque con el anclaje abdominal no hay que apurar para no correr el riesgo de ponerse de parto", comenta Priscila, que con 29 años ha cumplido su sueño de ser madre por partida doble.

"Yo quería tener bebés. Mis hijos son mi vida y sin el anclaje abdominal y la doctora Goya, que para mí es como un dios, no hubiera podido ser madre", señala para a continuación recordar que "esta técnica en mi país no existe, en Ghana no hacen estas cosas". "Estoy muy contenta y muy agradecida a España".

Al respecto, la doctora recuerda que éstas mujeres que, por las características de su cuello uterino no logran llevar a término su embarazo, "no sufren un aborto, sino que pierden un hijo". "Cuando ello sucede, el cuello del útero se abre sin que ellas apenas tengan síntomas. Pueden notar algo más de flujo o sangrado, pero no tienen contracciones, sin embargo el bebé sale y ellas pasan por un parto. En ocasiones, el neonato puede vivir unos días, pero habitualmente no sobrevive", de manera que la experiencia puede ser realmente traumática.

Desde 2019, han sido un total de 16 mujeres que se han sometido a esta intervención en Vall d'Hebron, centro que cuenta con uno de los pocos grupos a nivel estatal que han incorporado este técnica. Cabe recordar que, en 2022, en Cataluña, nacieron un total de 3.081 niños prematuros, que representan un 10% del total. De éstos, un 3% fueron por insuficiencia cervical, que en ocasiones se puede resolver con un cerclaje vaginal, pero en un 1% de los casos es necesario un anclaje abdominal.