Un nuevo episodio de tensión política ha tenido lugar en Cataluña, esta vez en la ciudad de Berga. Aliança Catalana ha denunciado públicamente un acto de violencia simbólica contra una de sus paradas informativas, en lo que consideran una muestra más de la hostilidad que, según afirman, reciben por parte de sectores de la izquierda independentista.

Los hechos ocurrieron cuando un grupo de tres jóvenes se acercó a la parada instalada por el partido que lidera Sílvia Orriols. En un vídeo difundido en redes sociales se observa cómo uno de los jóvenes propina una patada a un cartel con la imagen de Orriols, tras lo cual se produce un breve enfrentamiento verbal con uno de los simpatizantes del partido y un breve forcejeo.

Desde Aliança Catalana han reaccionado con contundencia. El dirigente Oriol Gès ha asegurado en sus redes que “el odio, las agresiones y los insultos solo evidencian su miedo. ¡Saben que el próximo ayuntamiento se teñirá de azul!”. Por su parte, Sílvia Orriols ha acusado al “islamoizquierdismo” de no tolerar la presencia de su partido.

Berga es, junto a Girona, uno de los principales bastiones de la CUP, formación de la extrema izquierda independentista catalana. En este contexto, la presencia creciente de Aliança Catalana, que está desplegando una estrategia para ganar peso a nivel municipal, ha incrementado la tensión política en la ciudad.

Aliança Catalana, a menudo situada en la órbita de la extrema derecha, ha sido señalada por su discurso abiertamente contrario a la inmigración y al islam. El partido defiende la deportación de inmigrantes y acusa al Estado español de utilizar la inmigración como herramienta para diluir la identidad catalana.

Sílvia Orriols, además, ha manifestado públicamente su rechazo al islam, al que considera una ideología “incompatible con los valores occidentales”. El partido ha iniciado campañas contra el uso del velo islámico y contra las mezquitas que consideran fundamentalistas, argumentando que promueven la opresión de mujeres y personas LGTBI. Esta línea de discurso ha sido una constante en las intervenciones de Orriols en el Parlament.

Además de su discurso sobre inmigración e islamismo, Aliança Catalana también hace bandera de un catalanismo identitario. Aunque independentista, Orriols se desmarca del llamado “procesismo” y critica con dureza a los partidos que lideraron el referéndum del 1-O, a los que acusa de haber traicionado a la ciudadanía. Su proyecto político apuesta por una Cataluña fiel a sus raíces occidentales, cristianas y tradicionales.