
Sant Jordi
"¡Viva Sant Jordi!", dijo el poeta
María Dueñas y Javier Cercas comienzan a dibujarse como los dos autores que más venderán hoy

Sant Jordi no ha empezado el 23 de abril sino que lo hizo ayer, por la noche, cuando Luisgé Martín rompió su silencio para hablar por televisión del libro más comentado este año y que no se puede leer. Pero eso hoy es otra historia.
¿Riesgo o riego? Esa es la cuestión en este Sant Jordi, según apunta Enrique Vila-Matas al autor de estas líneas entre firma y firma, con Ignacio Martínez de Pisón haciendo de notario que remata con una sentencia a enmarcar: “En Sant Jordi uno no es propietario del tiempo”. Sí, el 23 de abril arrancó temprano y es un ejercicio de riesgo por la gran afluencia de público que está colapsando el centro de Barcelona. La parte del riego, por otro lado, este año brilla por su ausencia porque no hay noticias de chubascos de ningún tipo.
Sant Jordi no se acaba nunca, cogiendo el título de Vila-Matas, como han demostrado los madrugadores que desde las ocho de la mañana esperaban la llegada de María Dueñas para que firmara su último libro “Por si un día volvemos”, aunque ella no empezaba a rubricar hasta las once. Eso es lo que hace sospechar que probablemente sea su libro, según apuntan varios libreros a este medio, el más vendido en lengua española en el terreno de ficción. En la no ficción todo apunta a que será Javier Cercas y su crónica papal “El loco de Dios en el fin del mundo” el título más solicitado.
Que a Cercas lo persiguen los lectores hoy lo apuntan las numerosas colas que lo persiguen mientras su editor Miguel Aguilar lo anima, a la manera de un entrenador de fútbol, al grito de “¡dale, Javier, dale!”. Y, se produce un hecho curioso, no solamente se le pide la foto de rigor sino que incluso se graba con el móvil, como si fuera un proceso de autentificación, el momento de la rúbrica.
Quien sabe mucho de esto es Javier Sierra. Acude a sus encuentros con los lectores con una libreta en la que anota todo aquello interesante que le cuentan. En el momento de hablar con este diario aún no había empezado a usarla, pero había descubierto que “muchos de los que vienen a verme no solamente traen la novedad sino también ejemplares de mi obra anterior, siempre en primera edición. Así que se puede decir que tienen paladar gourmet”.
Por su parte, Paloma Sánchez-Garnica, pese a ganar el último Premio Planeta, pese a las colas, pese al reclamo de sus lectores, se confesó “nerviosa. Es que este día es una explosión de sentimientos y de diversión. Lo que me está llamando la atención es que no tengo lectores de un solo libro porque me traen mi obra anterior. Así que hoy lo importante es no defraudar”.
Hay de todo en este día. Es fácil hoy tropezarse en la calle Mallorca con la vicepresidenta del Gobierno Yolanda Díaz mientras le pide a Mar García Puig que le dedique su último ensayo. Casi en el otro extremo de la calle, Martín Berasategui y David de Jorge a cambio de una firma ofrecen un pequeño bocadillo al lector/comensal.
Luis García Montero no puede evitar definir la jornada como “un día lleno de recuerdos y sentido”. Para el poeta y director del Instituto Cervantes “es un milagro poder hablar con los lectores. ¡Viva Sant Jordi!”
Eso mismo, ¡que viva Sant Jordi!
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