Perseverance

5 razones por las que necesitábamos viajar a Marte (aunque haya costado 2.700 millones de dólares)

No es fácil entender cómo puede ser que poner un vehículo en Marte mejore nuestro día a día, pero existen buenos motivos para haber costeado una exploración así.

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En plena pandemia, cuando escasean vacunas y tantos negocios se han ido a la bancarrota, parece especialmente sangrante que nos gastemos 2.700 millones de dólares en colocar una máquina en Marte. Casi tres millardos de dólares que podrían haber sido destinados a combatir el hambre en el mundo, a retirar plásticos de nuestros océanos o a luchar contra el cambio climático. Y, sin embargo, la fiebre espacial parece haber nublado las prioridades de algunos dirigentes. O al menos esto es lo que piensa buena parte de la población, pero ¿y si estuviéramos equivocados? ¿Y si existieran buenos motivos para invertir tanto dinero y esfuerzos en una misión como la que ha puesto a Perseverante sobre el planeta rojo? Porque lo cierto es que no hay un solo motivo, sino cinco.

1) Acabar con nuestra soledad

Uno de los argumentos que más se escuchan estos días es el de la vida extraterrestre. El rover Perseverance tiene, entre sus principales misiones, encontrar indicios de vida en Marte, ya sea a través de moléculas orgánicas o de diminutos fósiles de antiguos microorganismos. En cierto modo se trata de buscar una aguja en un pajar, aunque a decir verdad este es el pajar con, probablemente, más agujas de todos los que conocemos.

Más allá de responder a la eterna pregunta acerca de si estamos solos en el universo, encontrar microorganismos marcianos nos ayudaría a entender nuestro propio origen e incluso a aclarar si la vida pudo venir de Marte. No obstante, hay a quien esta razón le parece poco robusta, pero por suerte todavía quedan otras cuatro.

Escudo término de Perseverance (NASA)
Escudo término de Perseverance (NASA)DPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

2) Encontrar un nuevo hogar

La búsqueda de otras formas de vida puede parecer irresponsable cuando tantas que ya conocemos están pasando por un aprieto. Lo cierto es que abordar una cuestión no invalida la otra, pero dejando a un lado la falsa dicotomía, cabe decir que Marte podría ser una alternativa a nuestros problemas planetarios.

Hay quienes piensan que Perseverance es un primer intento de hacer habitable (terraformar) Marte usando su dispositivo de producción de oxígeno. En realidad, la terraformación está todavía muy lejos de nuestro alcance, pero la exploración Marciana es necesaria para que en unas décadas podamos establecer las primeras colonias en el planeta rojo. Nuestro futuro como especie puede depender de estas misiones, pero hay más, porque nuestro futuro como planeta también puede salir beneficiado.

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3) Conocer nuestro futuro

Ahora mismo conocemos un planeta, el nuestro. Creemos saber cómo fue su pasado y poder predecir su futuro y en cierto modo es así, pero la ciencia necesita ejemplos, tantos como sea posible, y nosotros solo hemos podido estudiar a fondo uno, a la Tierra. Hubo un tiempo en que Marte era un vergel, el agua líquida recorría su superficie y su atmósfera era densa y profunda, perfecta para que la vida prosperara.

Ahora es una roca aparentemente inerte, superficialmente seca y con una atmósfera delgada y 100 veces más densa que la terrestre. Venus parece haber seguido un camino parecido pasando de paraíso a infierno planetario. Lo que les sucedió a ellos podría ocurrirnos a nosotros, pero para entenderlo necesitamos seguir explorando allí mismo, sobre el terreno y para eso necesitamos nuevas tecnologías.

Descenso del Rover visto desde (1) la cámara superior del Rover, (2) la cámara inferior del Rover, (3) la cámara inferior de la grúa (NASA).
Descenso del Rover visto desde (1) la cámara superior del Rover, (2) la cámara inferior del Rover, (3) la cámara inferior de la grúa (NASA).NASA/jplNASA/jpl

4) Una revolución tecnológica

Suele decirse que la exploración espacial es una inversión altamente rentable, ya que, a pesar de su coste, ha empujado el desarrollo de tecnologías revolucionarias que han cambiado el mundo tal y como lo conocemos. Ha sido esa transferencia tecnológica la que nos ha traído los paneles solares, los escáneres TAC, trajes para bomberos, nuevas prótesis, el GPS, la telefonía por satélite, sistemas de potabilización de agua e incluso la telemedicina que permite llevar asistencia sanitaria de urgencia a poblaciones del geográficamente aisladas.

Sin duda, todo esto podría haberse conseguido con una inversión dirigida y por lo tanto más barata, pero el argumento es otro. Los 2.700 millones dan muchos más frutos que el simple viaje a Marte, y eso hay que tenerlo en cuenta al valorar el coste: la fertilidad del proyecto en cuanto a las posibilidades de transferencia tecnológica. Hecho al que se suma que, muchas veces, no sabemos qué investigar hasta que se presenta un problema, y en eso último la exploración espacial es experta.

Paracaídas de Mars 2020 durante el aterrizaje.
Paracaídas de Mars 2020 durante el aterrizaje.NASA/JPL-Caltech HANDOUTAgencia EFE

5) Unirnos bajo la maravilla científica

Sobrevivir como especie, salvar el planeta y desarrollar tecnologías que mejoren la sociedad son buenas razones para invertir en la exploración espacial, pero hay una última que merece la misma atención: el conocimiento en sí mismo. Gastamos miles de millones de euros anuales en blockbusters que tampoco combaten directamente el cambio climático ni el hambre en el mundo. Los equipos de fútbol mueven billones en todo el mundo y todos entendemos que su valor está en el ocio mismo.

En la antigua Grecia la ciencia se enorgullecía de ser valiosa en sí misma, al margen de la aplicación, y tal vez debamos volver a esos tiempos en que primero entendíamos y luego, en todo caso, intentábamos aplicar lo que sabíamos. Porque, aunque no lo parezca, si hay una bandera bajo la que todos podemos identificarnos para construir un mundo mejor, esa es la de la exploración espacial.

Equipo del Jet Propulsion Laboratory de Pasadena (California) contemplando las primeras imágenes de Marte enviadas por el Perseverance.
Equipo del Jet Propulsion Laboratory de Pasadena (California) contemplando las primeras imágenes de Marte enviadas por el Perseverance.Bill IngallsAgencia AP

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Aunque nos pueda parecer mucho dinero, los 2.700 millones invertidos en Mars 2020 son una nimiedad a escala planetaria. La ONU calculó que haría falta 267.000 millones de dólares anuales para acabar con el hambre en el mundo en unos 15 años. Estamos hablando de 1500 misiones como la de la Perseverance. Para hacernos una idea, el Centro de Estudios Internacionales Estratégicos (CSIS) estima que la corrupción nos cuesta, anualmente y a escala mundial, cerca de 1 billón de dólares (hay estudios que calculan casi cuatro veces más). Asumiendo este dato, si cortáramos la corrupción de raíz podríamos acabar con el hambre en el mundo en tan solo 4 años. A su lado, la Perseverance palidece bastante.

REFERENCIAS (MLA):