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¿Adónde fue el agua de Marte? Tal vez se la «bebieron» sus rocas

Un estudio ha propuesto una nueva solución a la aparente pérdida de agua que ha experimentado el planeta rojo.

El casquete polar del polo norte marciano, fotografiado por el telescopio espacial Hubble en 1999. NASA HubbleNASA Hubble

Todo apunta a que por la superficie de Marte llegó a fluir agua líquida hace miles de millones de años. El terreno marciano posee estructuras que parecen ser los lechos secos de antiguos ríos y lagos y en algunos puntos del planeta se han encontrado montones de rocas que sólo pueden haber sido desplazadas por olas inmensas.

Además, las misiones robóticas que pululan por la superficie de Marte también han encontrado minerales que sólo se forman en presencia de agua. Entonces, ¿por qué hoy en día el planeta rojo es un secarral espacial? ¿Cuánta agua llegó a tener y adónde ha ido?

Estimando reservas de agua

Estimar la cantidad de agua que llegó a albergar Marte en el pasado es complicado, pero se cree que pudo llegar a contener suficiente líquido como para sepultar su superficie bajo una capa de entre 100 y 1 500 metros de profundidad. Las observaciones sugieren que el planeta rojo aún posee bastante agua como para producir un océano global de entre 20 y 40 metros de profundidad, pero, en la actualidad, todo ese líquido descansa en forma de hielo en los casquetes polares y en las cantidades ínfimas de vapor de la atmósfera.

De estas cifras se puede deducir que Marte ha perdido una gran cantidad de agua desde que el planeta se formó. Una manera de explicar esta pérdida es un fenómeno llamado escape atmosférico.

La fórmula química del agua es H2O. Esta combinación de letras y números refleja que cada molécula de agua está hecha de dos átomos de hidrógeno unidos a uno de oxígeno. Ahora bien, la luz ultravioleta más energética del Sol es capaz de separar los átomos de oxígeno de los de hidrógeno cuando incide sobre una molécula de agua. Como el hidrógeno es un gas tan ligero, los átomos recién liberados de este elemento tienden a ascender hasta las capas altas de la atmósfera y a escapar al espacio interplanetario (ya sea porque su temperatura aumenta mucho o porque los arrastra el viento solar).

Este mecanismo de destrucción de las moléculas de agua no es hipotético: la atmosfera marciana sigue perdiendo hidrógeno a un ritmo de entre 0,16 y 1,8 kilos por segundo. Sin embargo, incluso a este ritmo, Marte sólo debería haber perdido una capa de agua global de entre 3 y 25 metros de espesor a lo largo de su historia. Esta cifra es insuficiente para explicar la gran cantidad de líquido que parece haber perdido el planeta rojo desde que se formó. Por eso un nuevo estudio ha planteado una nueva posibilidad.

Hidratación de minerales

Las moléculas de agua también son «destruidas» cuando reaccionan químicamente con las sustancias que nos rodean, como por ejemplo los diferentes compuestos que conforman las rocas. Pongamos un ejemplo del mundo mineral.

La hematita es un mineral muy común en nuestro entorno y está hecha de óxido de hierro. Cuando la hematita se expone el agua, las moléculas del líquido reaccionan lentamente con las de óxido de hierro y producen una sustancia distinta llamada hidróxido de hierro. Durante el proceso, los átomos de oxígeno e hidrógeno del agua se combinan con los de hierro y el conjunto forma una sustancia nueva, de modo que las moléculas de agua dejan de existir como tales. De esta manera, el agua acaba «fijada» en la roca y deja de existir en estado líquido.

Teniendo esto en cuenta, un nuevo estudio ha propuesto que el verdadero motivo por el que Marte es tan seco hoy en día es que gran parte del agua de sus océanos reaccionó químicamente con las rocas de la superficie y quedó «atrapada» en ellas en forma de minerales hidratados. La gran absorción de agua en las rocas marcianas ha quedado grabada en su superficie, donde hoy en día se pueden encontrar grandes cantidades de minerales que contienen agua, siendo los más comunes los que componen las arcillas (silicatos de aluminio hidratados). Y, según sus autores, este mecanismo podría absorber suficiente agua como para explicar el secado que ha experimentado Marte.

Aunque este mismo también fenómeno ocurre en la Tierra, el movimiento de las placas tectónicas ha impedido que nuestros océanos se sequen: cuando los minerales hidratados son sepultados hacia las profundidades del planeta, el intenso calor vuelve a separar el agua que contienen y esta sustancia acaba expulsada de nuevo a la atmósfera en forma de vapor a través de los volcanes. En cambio, este sistema de «reciclaje» del agua no perduró durante mucho tiempo en Marte porque su actividad geológica se debilitó muy deprisa. Como resultado, nuestro vecino cósmico dejó de ser un planeta azul… Para convertirse en el planeta rojo.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Aunque hoy en día se han encontrado evidencias de movimiento de agua líquida en Marte, se trata de pequeñas cantidades de un líquido muy salado que rezuman por las laderas de algunas montañas durante el verano marciano. Es decir: nada que se parezca ni siquiera remotamente a un riachuelo.

REFERENCIAS (MLA):

  • E. L. Scheller et al. “Long-term drying of Mars by sequestration of ocean-scale volumes of water in the crust”. Science (2021).
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