Biodiversidad

Científicos descubren cómo identificar el ADN del aire: ¿Cuáles podrían ser sus aplicaciones?

Analizando la composición del aire es posible identificar el ADN de las especies que habitan en un ecosistema concreto

Analizando la composición del aire, sería posible identificar el ADN de las especies que habitan en un ecosistema concreto | Fuente: Dreamstime
Analizando la composición del aire, sería posible identificar el ADN de las especies que habitan en un ecosistema concreto | Fuente: DreamstimeDREAMSTIMEDreamstime

Según los datos que ofrece la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (el organismo más reconocido sobre este tema a nivel global), a día de hoy existen alrededor de 5.200 especies animales, que están en peligro de extinción.Evitar que finalmente estas especies desaparezcan no es una tarea para nada sencilla.

Ejemplar de lince ibérico Fuente: EFE/Ismael Herrero
Ejemplar de lince ibérico Fuente: EFE/Ismael HerreroIsmael HerreroAgencia EFE

Lo primero que habría que hacer es parar la destrucción y la degradación de sus hábitats. Pero eso es algo tremendamente engorroso, porque implica priorizar la supervivencia de una especie frente a los intereses y las necesidades de un gobierno, de una comunidad o de una empresa... y no todo el mundo está dispuesto a dar su brazo a torcer.

Pero también hay que monitorizar el número, el estado de salud y el movimiento de cada grupo; así como tomar todo un abanico de medidas para favorecer su supervivencia y reproducción. Y en todas las fases de este proceso, lo que se trata de conseguir es evitar cualquier tipo de interacción de estas especies con el ser humano... al menos en la medida de lo posible. Porque, de no ser así, el proceso podría resultar contraproducente. Lo que se pretende conseguir es que se sientan lo suficientemente seguros como para quedarse en una zona, reproducirse, (...).

Normalmente, los investigadores utilizan cámaras, microchips, (...) o los observan directamente. Aunque también persiguen pistas como huellas o heces. Sin embargo, estos métodos están lejos de ser perfectos. Primero, porque es necesario que los animales estén presentes; y segundo, porque pueden resultar técnicas bastante invasivas en el ecosistema.

Manada de lobos
Manada de lobosUCAV

Es decir, que -tristemente- para cuidarles, hay que acercarse. No tenemos una forma de supervisar el desarrollo de un grupo de animales de forma no invasiva... ¿O sí la tenemos?, ¿Y si diéramos con una técnica que nos permitiese mantener bajo control la población de una zona, sin necesidad de acercarnos más de la cuenta?

Eso es lo que se preguntaron unos investigadores que postularon que, analizando la composición del aire, sería posible identificar a las especies que habitan en un ecosistema concreto. Y es que todos los animales dejamos nuestra huella en el aire cuando respiramos, comemos, interactuamos y nos reproducimos. Es una técnica que ya ha sido ampliamente utilizada para mapear especies en ambientes acuáticos.

Sin embargo, analizar el aire es mucho más complejo que analizar el agua. Las huellas que un animal deja en el aire se diluyen mucho más rápido, y eso lo hace mucho más difícil de “capturar”. Por eso las dos nuevas investigaciones son un avance en este campo:

Unas pruebas muy esperanzadoras

Los experimentos se realizaron en diferentes zoológicos de Dinamarca, Reino Unido y Canadá. Y consistieron en el emplazamiento de una serie de aspiradoras de aire en varios puntos; que analizarían las muestras de aire que obtenían, con la esperanza de identificar lo que llamaron “ADN ambiental” o “e-ADN”. Que no son otra cosa que los rastros de ADN que deja la presencia de un ser vivo en el aire.

“Nos quedamos asombrados cuando vimos los resultados”, dijo en un comunicado Kristine Bohmann, profesora de genómica evolutiva en la Universidad de Copenhague. En total, consiguieron identificar el ADN ambiental de una gran variedad de las especies de los zoológicos. Entre ellos había mamíferos, aves, anfibios, peces, reptiles, e -incluso- algunos animales que ni siquiera estaban en el interior del zoo.

“La naturaleza no invasiva de este enfoque lo hace particularmente valioso para observar especies vulnerables o en peligro de extinción, así como aquellas enentornos de difícil acceso, como cuevas y madrigueras”, explicaba Elizabeth Clare, profesora en la Escuela de Ciencias Biológicas y Químicas en la Universidad ‘Queen Mary’ de Londres.

El reto de los investigadores es trasladar ahora su técnica a ambientes menos controlados, como en una reserva o en un parque natural. El reto ahora será conseguir tomar muestras del ADN ambiental de unas especies que -a diferencia de las que están confinadas en los zoos- caminan con libertad por estos ecosistemas y solamente están de paso. Si lo consiguen, “el muestreo de aire podría revolucionar el biomonitoreo terrestre y brindar nuevas oportunidades para rastrear la composición de las comunidades animales, así como para detectar la invasión de especies no nativas”, defendía esperanzada la profesora Elisabeth Clare.

Analizando la composición del aire, sería posible identificar el ADN de las especies que habitan en un ecosistema concreto | Fuente: Dreamstime
Analizando la composición del aire, sería posible identificar el ADN de las especies que habitan en un ecosistema concreto | Fuente: DreamstimeDreamstimeLa Razón

Sin embargo, la técnica que están desarrollando podría tener otras muchas aplicaciones, y no solo en el terreno de la monitorización de biodiversidad, sino que también podría aplicarse en otros campos como en el de la salud pública... imagine el lector los muchos usos que podríamos haber dado a esta técnica durante los dos años de pandemia.