¿Cuál es el animal con la esperanza de vida más corta?

Los seres humanos siempre han soñado con la inmortalidad. En ocasiones, ese miedo a la muerte (endémico para nuestra especie) ha inspirado a las diferentes religiones a dar su propia versión de la vida eterna del alma a través de la idea del cielo, del valhalla o de la reencarnación. La ciencia, por su parte, ha tratado de preservar el cuerpo físico y evitar la “muerte natural” más allá de los límites. Límites que han venido determinados por la calidad de la alimentación, la higiene o las condiciones sanitarias a las que el ser humano ha tenido acceso en función de la época que le ha tocado vivir.

A día de hoy, la esperanza de vida de los ciudadanos españoles ronda los 82 años. Concretamente, en el caso de las mujeres asciende hasta los 85 años y en el caso de los hombres es de algo menos de 80. Es decir, que a pesar de todos los avances.. conseguidos después de años de investigación científica, todavía estamos muy lejos de alcanzar la vida eterna... o nada que se le parezca. Pero, si lo ponemos enperspectiva y lo comparamos con el resto de seres vivos del planeta, ¿podemos decir que los seres humanos vivimos poco?... ¿o mucho?

La realidad es que, en función de con qué animal nos comparemos, podemos considerarnos muy afortunados… o muy desgraciados. Si nos comparamos con la “Turritopsis nutricula”, somos una existencia tremendamente fugaz. Aunque parezca increíble, esta medusa es técnicamente inmortal. No sólo es capaz de renovar sus células como lo haría cualquier otro tipo de medusa; sino que -además- puede volver a un estadio anterior de madurez sexual. Es algo así como si una mariposa volviese las veces que necesitase a su estado de oruga. Lo que -en la práctica- funciona como un mecanismo capaz de invertir su ciclo de vida y -por lo tanto- dotarle de una vida eterna. Esta regresión a la forma de pólipo es lo que se conoce como “transdiferenciación celular”.

Otro animal que también tiene una larga esperanza de vida son las tortugas. Tanto es así que, a día de hoy, el quelonio y -en consecuencia- el animal terrestre más anciano del planeta es una tortuga gigante que nació en las Islas Seychelles -nada más y nada menos que- en el año 1832, de acuerdo con la página oficial de los récords Guiness. Es decir, que Jonathan (así se llama el animal) tiene 190 años. No es inmortal, pero no deja de ser impresionante... y a su lado, nosotros somos bastante poco longevos.

Ahora bien, si nos vamos al otro lado del ranking y nos comparamos con el animal que está catalogado como el que menos tiempo vive… entonces podemos sentirnos muy afortunados. Se trata de los insectos de la familia de los efemerópteros, comúnmente conocidos como efímeras. Y la verdad es que el nombre les viene al pelo, porque esta especie no tarda ni 24 horas en morir. Su etapa larval (cuando se denominan ninfas), sin embargo, puede llegar a durar varios años. Afortunadamente, las efímeras dedican la mayor parte de sus pocas horas de vida a copular.

Las hembras -por su parte- son capaces de gestar entre 400 y 3.000 huevos en este corto periodo. Así, el ciclo se repite una y otra vez... y la vida continua. De hecho, la forma de vida de las efemerópteros les ha permitido conquistar todos los continentes (menos la Antártida) y convertirse en el orden de insectos alados más antiguos que existe en la actualidad.