Neurociencia
Adiós a los cinco sentidos: un experimento descubre que los humanos tenemos un 'séptimo sentido' que no aprovechamos
Científicos revelan una nueva habilidad presente en gran parte de la población
Un grupo de investigadores de la Queen Mary University of London ha demostrado que los seres humanos poseemos un "séptimo sentido" que permite percibir objetos ocultos bajo materiales como la arena sin llegar a tocarlos. Esta capacidad denominada tacto remoto redefine los límites conocidos del sentido del tacto e inaugura una nueva etapa en el mundo de la robótica.
Una capacidad demostrada en directo
Presentado en la 2025 IEEE International Conference on Development and Learning (ICDL), en el experimento se mostró que los sujetos de prueba fueron capaces de identificar un objeto enterrado en la arena con una precisión del 70,7%.
Los voluntarios movieron los dedos suavemente sobre la arena con el objetivo de encontrar un pequeño cubo enterrado. Lo sorprendente es que muchos lograron detectar su presencia sin llegar a tocarlo, tan solo interpretando ligeras alteraciones en la presión de la arena.
Este fenómeno, bautizado como "tacto remoto" demuestra que la piel humana puede registrar desplazamientos mecánicos extremadamente sutiles en su entorno.
De acuerdo con los investigadores, esta habilidad no es inherente al ser humano sino que es comparable a la que poseen algunas aves costeras, como los chorlitos o las agachadizas, capaces de localizar presas bajo la superficie gracias a las vibraciones del terreno.
Los resultados demuestran que los humanos somos capaces de captar señales físicas mínimas. “Es la primera vez que el tacto remoto se estudia en humanos y cambia nuestra concepción del mundo perceptivo”, afirmó Elisabetta Versace, directora del Prepared Minds Lab y principal autora del estudio.
¿Es mejor un sensor natural que robótico?
En contraste con el rendimiento humano, los científicos emplearon un brazo robótico equipado con sensores táctiles y entrenado mediante un modelo de long short-term memory.
Pese a la sofisticada tecnología la maquinaria no logró superar el sentido natural humano. Si bien es verdad que logró detectar objetos desde una distancia ligeramente mayor, está cometió más errores en la identificación, alcanzando un 40% de acierto frente al 70,7% conseguido por los sujetos.
"Los experimentos humanos guiaron el aprendizaje del robot, y este, a su vez, aportó nuevas perspectivas sobre la interpretación de los datos humanos" cuenta Lorenzo Jamone, profesor de Robótica e Inteligencia Artificial en la University College London.
Un paso más para la robótica
Este descubrimiento puede fomentar al desarrollo de tecnologías asistivas y robots de exploración capaces de operar en entornos de visión limitada o imposible contacto directo. “El descubrimiento abre posibilidades para diseñar herramientas que amplíen la percepción táctil humana”, explicó Zhengqi Chen, investigador del Advanced Robotics Lab.
Entre las posibles utilidades se incluyen la exploración de suelos planetarios, la búsqueda de objetos arqueológicos o la inspección de fondos marinos sin causar daños.