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Entrevista

En el amor y en el espacio, no hay edad. “Cada vez podemos llevar a más personas al espacio de forma segura y con menos requisitos de salud”

Entrevistamos a Adrianos Golemis, cirujano de vuelo principal y servicios de atención médica de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Adrianos Golemis, "el médico de la Agencia Espacial Europea" ESA/NASAESA/NASA

Unos 7 años atrás hice una promesa. Una de esas inadvertidas e ingenuas que no solo hacemos a la ligera, sino que sabemos, sin lugar a duda, que jamás podremos cumplir. Por algún motivo paternalmente egoísta, le prometí a mi hija, entonces 5 años, que podría ir a Marte. Por suerte contaba con la ventaja de la edad: tenía que pasar años, quizás décadas, formándose para llegar a tener esa posibilidad. Y esto solo hasta cierta edad. Porque en aquel entonces, cuando hice la promesa, ser mayor de 45 años era un obstáculo casi insalvable para convertirse en astronauta.

Desafortunadamente, ya no cuento con esa ventaja. Unos pocos días atrás, Suni Williams y Butch Wilmore regresaron de la Estación Espacial Internacional (EEI) después de 9 meses. Esto fue una sorpresa no solo por el largo período, sino también por su edad: 59 y 62 años. De modo que… ¿Cuán relevante es la edad en el espacio?

“El espacio es un entorno extremo – nos explica Adrianos Golemis, cirujano de vuelo principal y servicios de atención médica de la Agencia Espacial Europea (ESA) -. En cualquier entorno extremo, nuestro cuerpo puede sufrir un poco y luego adaptarse. Una edad avanzada puede significar una menor reserva de oxígeno para el cuerpo, al menos para la persona promedio”.

De modo que a mayor edad, menos posibilidades dicta la lógica… Pero nunca es tan sencillo.

“Los astronautas cuidan su salud física y psicológica y reciben el apoyo necesario, por lo que generalmente tienen un mejor rendimiento que la persona promedio – añade Golemis -. Recordemos que el astronauta estadounidense Don Petit se encuentra actualmente en una misión de larga duración, a los 69 años, y se encuentra bien. El apoyo médico que se brinda a los astronautas ha mejorado, se ha optimizado y, en algunos casos, también se ha personalizado. También observamos mejoras en las contramedidas que ayudan a mantener a los astronautas en buen estado de salud: por ejemplo, mejores equipos de ejercicio para preservar los músculos afectados por la gravedad cero. Por lo tanto, la edad es un factor menos importante hoy en día”.

Obviamente que sea un factor menos relevante, no quiere decir que se pueda descartar. La ingravidez, la radiación, el aislamiento tienen consecuencias en nuestra salud física y también en la mental. Lo primero que hay que comprender entonces es cuan diferente es el envejecimiento en el espacio en comparación con la Tierra

“Cuando te mueves a gran velocidad, como es el caso de los astronautas en la Estación Espacial Internacional, el tiempo pasa una fracción de segundo más lento – afirma Golemis -. Así que, en teoría, envejecemos un poco menos… aunque sea una fracción mínimamente menor. En realidad, eso es insignificante. La realidad es que las adaptaciones fisiológicas del cuerpo en el espacio son, en algunos casos, similares al envejecimiento en la Tierra: nuestra masa muscular disminuye, la densidad y la arquitectura ósea cambian, somos más propensos a las fracturas y podemos tener problemas de visión. La diferencia con el envejecimiento real en la Tierra es que la mayoría de estos efectos se revierten gradualmente cuando el astronauta regresa a la Tierra”.

Todo esto me acerca cada vez más a la inexcusable necesidad de cumplir mis promesas como progenitor. A menos que recurra a la edad como factor de riesgo. Generalmente, pensamos que la juventud es algo positivo en el espacio, ¿existen ventajas para las personas mayores de 50 años como astronautas?

“¡Sí las hay! – afirma entusiasmado Golemis -. Con la edad viene la experiencia, por lo que los astronautas mayores que han volado más veces pueden saber cómo usar mejor su cuerpo en el espacio para minimizar el impacto de este entorno extremo. Yo añadiría que todos tendemos a idealizar la juventud y a demonizar la vejez. Diría que, en realidad, se trata simplemente de un cambio de cualidades: la juventud y la vejez presentan diferentes ventajas y desafíos, y todos simplemente pasamos de una a otra”.

Recurramos, por lo tanto, a la opción B: ¿Existe un límite de edad o apenas estamos empezando a explorarlo?

“El acceso al espacio se está abriendo a cada vez más personas. El estudio FLY de la ESA, para lanzar al primer astronauta con discapacidad, John McFall, a un vuelo espacial, es un excelente ejemplo – señala Golemis desde la ESA -. Con la ciencia que realizamos en el espacio, aprendemos cada vez más. De este modo, avanzamos en la medicina espacial y el apoyo a las misiones, y por lo tanto, podemos transportar personas al espacio de forma segura con menos requisitos de salud antes de la misión. La vejez entra en esa categoría: ahora podemos transportar con seguridad a astronautas mayores y brindarles el apoyo adecuado. Pensándolo bien, es una tendencia general: los campeones deportivos ahora pueden competir hasta bien entrados los treinta, mientras que hace un par de décadas su carrera terminaba incluso a finales de los veinte”.

Aún hoy, la ESA y la NASA siguen explorando el límite de edad como todos los demás límites: John Glenn voló al espacio a los 77 años en 1998, mientras que, más recientemente, William Shatner y Ed Wight realizaron un vuelo espacial suborbital a los 90. Y es que, debido a la ausencia de gravedad, las habilidades físicas no son tan importantes, pero la función cerebral sigue siendo esencial. Por lo tanto, ¿podemos esperar astronautas mayores en las misiones a la EEI?

“Diría que las habilidades físicas siguen siendo importantes, pero en realidad el cerebro tiene que "recrear" patrones de movimiento en gravedad cero. Esto podría estar relacionado con lo que llamamos "neuroplasticidad", nuestra flexibilidad cerebral para adaptarse – concluye Golemis -. De hecho, las funciones cerebrales son cruciales para salvar la misión y a la tripulación en caso de un percance. Los dos principales desafíos para el rendimiento son los efectos agudos del Síndrome de Adaptación Espacial al inicio de la misión, que desaparecen después de 2-3 días, y el efecto latente de vivir en un entorno confinado con mucho trabajo y poca estimulación externa o variedad. Estos desafíos no son diferentes para las personas jóvenes o mayores. Mientras los astronautas mayores cuiden su salud, incluyendo su salud cerebral y mental, y nos aseguremos de que descansen lo suficiente, podemos esperar astronautas mayores en la EEI, sí. Don Petit es un ejemplo viviente”.

Mi gozo en un pozo: ya no tengo opción y debo cumplir mi promesa.