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Cambio climático

Estas son las zonas que más megatormentas producirán en el futuro. Y España está entre ellas

Este tipo de eventos, responsables de hasta el 90% de las lluvias del planeta y con un área que cubre al menos la mitad de Cantabria, serán cada vez más frecuentes.

Riesgo de lluvias y tormentas en varias zonas de España La RazónLa Razón

La reciente DANA de Valencia ha hecho que ciertas palabras técnicas fueran más conocidas. Una de ellas es la expresión sistemas convectivos de mesoescala (SCM), también conocidos como megatormentas. Se trata de un tipo de tormenta vinculado a inundaciones extensas y otros peligros destructivos en muchas regiones del mundo. Entre el 50 y el 90% de las lluvias del planeta se deben a estos eventos y, para ser consideradas como tales, deben tener un tamaño superior a los 2.500 km².

Hasta ahora, el pronóstico de tormentas se basaba en el estudio de las condiciones atmosféricas, pero un nuevo estudio señala que también es necesario analizar las condiciones de la superficie terrestre. Esto permitirá a las zonas afectadas adaptarse mejor a los impactos destructivos del cambio climático.

El estudio, dirigido por el Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido (UKCEH), ha demostrado que un gran contraste en los niveles de humedad del suelo a lo largo de cientos de kilómetros provoca cambios atmosféricos que aumentan la superficie y la cantidad de lluvia en varios focos de megatormentas a nivel mundial. Este aumento oscila entre el 10 % y el 30 %, dependiendo de la región y el tamaño de la tormenta.

La investigación se centró en los sistemas que provocan graves inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra en zonas de África, Asia, América y Australia, que en conjunto albergan una población de casi cuatro mil millones de personas. Y, por si fuera poco, pueden recorrer cientos de kilómetros

“Los sistemas convectivos de mesoescala se encuentran entre las tormentas eléctricas más intensas del planeta y su severidad está aumentando debido al cambio climático – explica Emma Barton, líder del estudio -. El aumento de las temperaturas podría incrementar el contraste entre las zonas húmedas y secas del suelo, intensificando aún más las tormentas eléctricas en regiones ya gravemente afectadas. Comprender cómo la humedad del suelo influye en la actividad de las tormentas y cómo esto podría cambiar en el futuro será esencial para realizar pronósticos más precisos a corto plazo que alerten a las comunidades sobre la llegada de tormentas, así como para realizar proyecciones a largo plazo”.

El año pasado, se informó que África sufrió su peor temporada de tormentas en varios años. Entre junio y septiembre, graves inundaciones en África Occidental y Central, asociadas a fuertes lluvias, causaron la muerte de más de 1000 personas, desplazaron a más de 500 000 y destruyeron más de 300 000 hogares. En Argentina, en marzo de 2025, una fuerte tormenta causó la muerte de 13 personas, desplazó a más de 1000, arrastró vehículos y destruyó carreteras y puentes. En Bengala, India, en marzo de 2024, una tormenta eléctrica dañó alrededor de 800 viviendas, hirió a 300 personas y causó la muerte de cinco.

El estudio incluyó un análisis detallado de 20 años de datos satelitales relacionados con la actividad de tormentas y las condiciones de humedad del suelo en África Occidental, África Austral, India y Sudamérica, así como modelos informáticos.

El equipo de Barton descubrió que las condiciones de la superficie que influyen en las precipitaciones pueden observarse de dos a cinco días antes de que llegue una tormenta, lo que permitirá advertir con antelación sobre posibles tormentas repentinas.

“Los meteorólogos tienden a centrarse en las condiciones atmosféricas para predecir los patrones climáticos – añade Cornelia Klein, coautora del estudio -. Sin embargo, como demuestra una cantidad creciente de evidencia, también deberíamos considerar lo que sucede en la superficie terrestre para mejorar la predicción”.

El estudio concluye que un mayor contraste de humedad entre zonas más húmedas y más secas a lo largo de una gran distancia resulta en un mayor contraste en las temperaturas del aire, lo que provoca cambios más pronunciados en la dirección y/o velocidad del viento a medida que se asciende en la atmósfera. Esta turbulencia favorece el crecimiento de las tormentas, produciendo más precipitaciones en un área más extensa.

Además de su análisis en África Occidental y Meridional, India y Sudamérica, los investigadores observaron la misma conexión entre los contrastes de humedad del suelo y las circulaciones del viento en China, Australia y las Grandes Llanuras de Estados Unidos. Por lo tanto, si bien no se contaba con suficientes datos sobre tormentas para realizar un análisis completo, confían en que los contrastes de humedad del suelo también están exacerbando las precipitaciones en otras regiones afectadas por sistemas convectivos de mesoescala.

La creciente desertificación en España, en contraste con la presencia de regiones húmedas, también sería un área a tener en cuenta a medida que las temperaturas continúan aumentando debido al calentamiento global. Lo que queda claro es que no se tratará de fenómenos aislados, sino recurrentes. Y cada vez más intensos.