biotecnología

Este invento revolucionario en biotecnología ni es revolucionario, ni es un invento

La mayoría de las investigaciones se están centrando en mejorar y optimizar procesos conocidos en lugar de entender los comportamientos anormales con los que sorprende la biología.

A veces la chispa de la innovación exige tomar el camino menos transitado
A veces la chispa de la innovación exige tomar el camino menos transitadoThomas GorochowskiUniversidad de Bristol

Siempre que hablamos de biología tenemos que nombrar excepciones . Ningún mamífero pone huevos excepto el ornitorrinco y los equidna. Todos los mamíferos tienen placenta excepto los marsupiales. Todos los mamíferos son capaces de controlar de forma eficaz su temperatura corporal excepto la rata topo denuda. Siempre, siempre, siempre hay una excepción, un animal, un tipo de células, o un gen que no funciona siguiendo las normas establecidas. Aunque estas excepciones se pueden convertir en fantásticas preguntas para juegos de mesa, lo cierto es que también ponen de manifiesto un gran problema que tiene la ciencia a la hora de plantear las preguntas correctas.

¿Por qué?

En el caso de los animales nombrados en el párrafo anterior las excepciones se pueden explicar mediante la taxonomía y la biología evolutiva . Dichos animales han evolucionado a partir de ancestros que sufrieron ciertas presiones evolutivas, por tanto, su estrategia de supervivencia era suficientemente eficaz para reproducirse. De esta forma transmitían sus peculiares características a la descendencia y, durante cientos de miles de años, asentaron estos rasgos que siguen presentes en el mundo actual.

Sin embargo, en la actualidad hay organismos que no tienen evolución detrás, ya que los científicos están dando los primeros pasos en una rama conocida como “ biología sintética ”. La biología sintética plantea nuevos horizontes en la reprogramación de organismos, ya que permite añadir o quitar material genético para hacer ciertos procesos más eficientes. Es decir, en la biología sintética los organismos que ha nacido se han creado a partir de un diseño humano para cumplir con un cometido. Ahora bien, según se establecen las bases de este tipo de biología, aparecen nuevos problemas. Así como en la ingeniería la estandarización es la clave del éxito, la biología, de nuevo, es una excepción.

Los estándares de biología

Imaginemos por un momento un mundo en el que no se hubiesen estandarizado las tuercas y los tornillos. Cada fabricante tendría un tipo de tornillo de un ancho especial, con una cabeza con un número extraño de lados y con herramientas específicas para cada tornillo. Este mundo sería un auténtico desastre para aquellas personas que necesitasen construir cualquier mueble o aparato electrónico. Por este mismo motivo, sin una forma estandarizada de modificación de organismos, la biología sintética avanzó muy lenta durante sus primeros años. Sin embargo, durante la última década todo ha cambiado radicalmente, y algunos expertos se cuestionan si ha sido a peor.

En la actualidad hay disponibles piezas genéticas comerciales que únicamente hay que añadir a un microorganismo para que funcionen. De este modo, montando las piezas como si se tratase de un puzle, se puede conseguir que una bacteria modelo conocida como Escherichia Coli produzca prácticamente cualquier compuesto de interés, como insulina. Las investigaciones actuales tratan de optimizar esta pieza o adaptarla para otros organismos, como levaduras o plantas, para así obtener nuevas fuentes de insulina. El resultado, al final, es la misma pieza con unas pocas modificaciones y, por tanto, con los mismos beneficios, pero también con los fallos y limitaciones que pueda tener. Aun así, en demasiadas ocasiones, estos descubrimientos se tratan como revolucionarios.

La ciencia cómoda

La “comodidad” en la ciencia es un gran problema a la hora de realizar grandes descubrimientos. Al centrarse en mejorar lo existente en vez de tratar de crear nuevas soluciones, los investigadores saben que van a obtener resultados, algo necesario para poder continuar con sus carreras. En cambio, las ideas revolucionarias formalizadas en proyectos normalmente quedan apartadas en un cajón a la espera de brotes verdes en el equipo de investigación. En ocasiones, esta espera es eterna, y los científicos nunca pueden asumir los costes y el riesgo de estas investigaciones revolucionarias. Lamentablemente, el resultado son cientos de cajones repartidos por todo el mundo es donde suelen quedar los estudios excepcionales en el campo de la biología sintética.

Según explica el Dr. Thomas Gorochowski, investigador de la Royal Society University en la Facultad de Ciencias Biológicas de Bristol, las mejores soluciones biológicas suelen venir en la dirección más inesperada, porque las personas que estudian biología no siempre entienden el conjunto del organismo. En estas ciencias hay muchas incógnitas, lo que pone de manifiesto la necesidad de tener un conjunto de herramientas lo más amplio y variado posible para encontrar nuevas soluciones.

Con todo, existen ejemplos recientes de laboratorios que están tratando de sortear los mecanismos biológicos para crear organismos puramente sintéticos. Hace apenas 3 meses, y tras 17 años de trabajo, un equipo internacional reveló la primera levadura con más de la mitad de su ADN completamente sintético. En el genoma de la levadura se observaban nuevas formas de organizar la información jamás vistas en la naturaleza y, como habían sido completamente diseñadas desde 0, eran más eficientes que sus contrapartes naturales. El ADN restante está diseñado y listo para ser introducido en lo que será la primera célula eucariota puramente sintética.

Con ella se abre un nuevo camino mucho más eficiente para la fermentación de alcoholes, la producción de químicos o la síntesis de nuevos medicamentos. Pero los expertos insisten: la ciencia cómoda está destrozando la creatividad de los nuevos investigadores. En la actualidad, empujar los límites y explorar de lo desconocido, las excepciones, puede ser lo único que necesita la biotecnología y la biomedicina para darnos ese futuro que “por ahora” solo nos promete la ciencia ficción.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Muchos llaman a esta rama de la biología la “segunda revolución industrial”. Como sucede con todas las ramas nuevas de la ciencia, es muy fácil ver las posibilidades, pero mucho más complicado ver sus límites, aunque estén a la vuelta de la esquina.

Referencias (MLA):