
Espacio
El extraño mundo infernal que está viviendo su propio apocalipsis: es realmente sorprendente
Un exoplaneta gigante provoca erupciones estelares masivas que devoran su propia atmósfera en un ciclo destructivo sin precedentes

Durante décadas, los astrónomos han considerado que las estrellas eran entidades prácticamente independientes, inmunes a cualquier influencia externa procedente de objetos tan pequeños como los planetas. Sin embargo, las observaciones más recientes están comenzando a cambiar esta perspectiva de manera radical.
A día de hoy, nuevos descubrimientos están revelando que la interacción entre planetas y sus estrellas anfitrionas puede ser mucho más compleja e intensa de lo que se pensaba hasta ahora. De hecho, algunos mundos parecen estar provocando auténticas tormentas cósmicas que alteran por completo la dinámica de sus sistemas estelares.
En este contexto, los investigadores han documentado por primera vez un fenómeno que desafía todas las teorías establecidas sobre la relación entre planetas y estrellas, revelando un proceso que podría estar ocurriendo en numerosos sistemas a lo largo de toda la galaxia.
Un planeta que provoca llamaradas masivas en su propia estrella
Un exoplaneta gigante está desencadenando erupciones colosales en su estrella anfitriona debido a su proximidad extrema, según recoge ScienceAlert. Esta interacción está causando que el planeta pierda su atmósfera a un ritmo acelerado, convirtiéndolo en el protagonista de su propio apocalipsis.
HIP 67522b, un mundo con el tamaño de Júpiter pero apenas el 5% de su masa, orbita alrededor de su estrella cada 6,95 días a una distancia vertiginosa. Durante este proceso, el campo magnético del planeta interactúa con el de la estrella, acumulando energía que posteriormente libera de forma explosiva hacia el astro.
Según explica la astrofísica Ekaterina Ilin, del Instituto Holandés de Radioastronomía, se trata de la primera evidencia clara de interacción magnética estrella-planeta. "Esta interacción ha persistido durante al menos tres años, permitiéndonos estudiarla con detalle", señala la investigadora.
No obstante, las consecuencias para el exoplaneta son devastadoras. Durante cinco años de observaciones, los científicos han catalogado 15 llamaradas dirigidas hacia el planeta, cada una de ellas liberando una energía mucho mayor que las ondas que las provocan. En este sentido, el planeta actúa como un detonador que activa explosiones que ya estaban esperando a ocurrir.
Como resultado de este bombardeo constante, HIP 67522b recibe seis veces más radiación de la que recibiría normalmente. Tal cantidad de energía está calentando su atmósfera gaseosa y provocando que se escape al espacio como un globo que se desinfla lentamente.
Además, los cálculos indican que este proceso podría reducir el tamaño del planeta hasta dimensiones similares a las de Neptuno en tan solo 100 millones de años. Por tanto, los investigadores están presenciando un proceso de erosión atmosférica sin precedentes causado por la propia actividad del planeta.
Paralelamente, este descubrimiento abre nuevas líneas de investigación para localizar sistemas similares en la Vía Láctea y comprender mejor este fenómeno hasta ahora desconocido.
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