Geología

Geólogos y sismólogos desconcertados: la tierra late cada 26 segundos

Este pulso sísmico plantea un enigma aún sin resolver sobre el comportamiento interno del planeta

Geólogos y sismólogos desconcertados: la tierra late cada 26 segundos
Geólogos y sismólogos desconcertados: la tierra late cada 26 segundosLa Razón

Cada 26 segundos, el planeta vibra. Un temblor leve, rítmico, regular. No lo sientes bajo tus pies. No lo escuchas. Pero está ahí. Y lo ha estado durante décadas, marcando un compás invisible que los humanos no percibimos, pero que los sismógrafos de todo el mundo detectan con precisión quirúrgica.

Un microseísmo constante, surgido del océano Atlántico frente a África, late como si la Tierra tuviera corazón. Y sin embargo, nadie ni los geólogos, ni los sismólogos más experimentados puede explicar exactamente por qué ocurre.

Misterios de la ciencia

Es uno de esos misterios que incomodan a la ciencia: no amenaza, no destruye, no se detiene pero persiste, desafiando nuestro entendimiento del planeta que habitamos. Y como ha recordado recientemente la divulgadora científica Lady Science, doctora en Biomedicina y Bioquímica, en un vídeo en su perfil de Instagram @ladyscienceofficial el latido sigue ahí, imperturbable, esperando respuesta.

Un fenómeno detectado en los años 60 que aún no tiene explicación

Este pulso sísmico fue observado por primera vez en los años 60 por equipos de geólogos que estudiaban la actividad sísmica global. Su origen se situó en la costa occidental de África, concretamente en el Golfo de Guinea, donde cada 26 segundos se genera una leve vibración que se propaga por el planeta como una señal constante.

A esta vibración se le ha llamado técnicamente microseísmo: un tipo de movimiento telúrico de muy baja intensidad que no es perceptible por las personas, pero sí deja rastro en los sismógrafos, desde estaciones locales hasta centros sísmicos a miles de kilómetros. Lo más desconcertante no es su existencia, sino su ritmo perfecto, regular, repetido como un metrónomo.

¿Una ola gigante? ¿Un volcán escondido?

A lo largo de los años, han surgido varias hipótesis para explicar este “latido de la Tierra”. La más citada sugiere que podría estar causado por la interacción constante entre las olas del océano Atlántico y la plataforma continental africana. El choque repetido de las olas, especialmente en ciertas zonas geológicas, podría estar generando una vibración que se transmite a través del fondo marino.

Otra teoría apunta a una posible actividad volcánica submarina no del todo comprendida en esa región. El Golfo de Guinea se encuentra cerca de una zona conocida por su complejidad geológica, lo que podría justificar cierta actividad constante en las profundidades.

También se ha considerado que este fenómeno esté vinculado a procesos tectónicos poco conocidos o incluso al modo en que el planeta disipa energía interna. Pero lo cierto es que ninguna de estas explicaciones ha sido confirmada, y el fenómeno sigue sin una causa concluyente.

Lo que este latido puede enseñarnos

Lejos de ser un simple capricho geológico, este fenómeno tiene implicaciones reales para la ciencia. Entender su origen podría ayudar a los investigadores a afinar los modelos sobre el comportamiento del manto terrestre, la dinámica entre corteza y océano, o incluso mejorar la predicción de ciertos eventos sísmicos.

Además, deja al descubierto lo mucho que aún ignoramos sobre el funcionamiento interno del planeta. En plena era de satélites, inteligencia artificial y exploración espacial, hay fenómenos básicos de nuestro propio mundo que todavía no comprendemos.

Un fenómeno que se hace viral

Gracias a contenidos divulgativos como el de Lady Science, este fenómeno ha vuelto a captar la atención del público. En su vídeo, explica con claridad por qué este microseísmo sigue desconcertando a los científicos, y cómo este tipo de investigaciones pueden revelar aspectos fundamentales sobre el interior de la Tierra. Más allá del dato curioso, recuerda que la ciencia avanza también preguntando por lo inexplicable, no solo respondiendo lo evidente.