Cerebro

PMO, el trastorno que te hace ver gente con cara de demonio

The Lancet publica la primera visualización precisa y fotorrealista de las distorsiones faciales experimentadas por un individuo con PMO.

Imágenes generadas por computadora de las distorsiones de un rostro masculino (arriba) y un rostro femenino (abajo), tal como las percibió el paciente en el estudio.
Imágenes generadas por computadora de las distorsiones de un rostro masculino (arriba) y un rostro femenino (abajo), tal como las percibió el paciente en el estudio. A. Mello et alEurekalert

Si alguna vez has visto un demonio por la calle es posible que padezcas una enfermedad conocida como PMO, la versión abreviada y fácilmente pronunciable de “prosopometamorfopsia”. Se trata de una patología poco frecuente, aunque los expertos creen que está infradiagnosticada y que podría haber muchos más casos de los que pensamos, pero que no suelen contactar con profesionales por miedo a ser tachados de “locos”. Y es que, aunque pueda sorprender, la PMO no es una enfermedad psiquiátrica, nada tiene que ver con la salud mental, sino con la neurociencia, con nuestra capacidad para interpretar lo que captan los órganos de nuestros sentidos, en concreto, en este caso, los ojos.

Prosopometamorfopsia viene del griego “prosopon”, que significa “cara” y “metamorphopsia”, que se refiere a distorsiones en la percepción. Los pacientes que la sufren no ven distorsiones en los objetos inanimados, ni en los cuerpos, solo en las caras y la mayoría solo en una mitad de la cara. En algunos casos concretos de PMO, solo está alterada la percepción en las caras de otros seres humanos de carne y hueso. Por desgracia, hasta ahora se han podido estudiar poco porque más allá de los testimonios, no podíamos hacernos una idea de cómo veían realmente las caras. Al menos, hasta ahora, donde un paciente muy particular ha permitido generar los primeros retratos fotorrealistas de lo que ve un paciente con PMO y la Universidad de Darthmouth lo ha publicado en The Lancet.

PMO un poco selectiva

Normalmente, los pacientes con PMO ven los rasgos distorsionados tanto en las caras de carne y hueso frente a ellos como en sus versiones fotografiadas. Esto hace difícil que transmitan, exactamente, de qué manera está alterada su percepción. Sin embargo, el paciente del que hablan en este estudio publicado en The Lancet es un caso extraño. Su percepción de las caras fotografiadas está preservada. Eso significa que, si fotografía a una persona que facialmente le parece “demoníaca”, en la foto la verá como si no tuviera PMO, como la vemos todos.

Esto ha permitido a los investigadores poner al paciente frente a un programa de edición de fotografías, con el modelo de la fotografía en carne y hueso frente a él y la fotografía del modelo en una pantalla. El programa le permitía realizar todo tipo de deformaciones y modificaciones sobre la foto para que encajara con lo que el mismo paciente veía en la cara del modelo al natural. El resultado fue bastante inquietante, pero ha convertido a esta investigación en la primera en proporcionar visualizaciones precisas y fotorrealistas de las distorsiones faciales experimentadas por un individuo con PMO.

El giro fusiforme

Esto nos proporciona nueva información muy experiencial sobre lo que ya habíamos empezado a conocer desde una perspectiva más neurológica. Sabemos, por ejemplo, que reconocemos caras con una estructura muy concreta de nuestro cerebro, el giro fusiforme, que se extiende por la base del cerebro, desde el principio del lóbulo temporal, que empieza justo detrás de nuestros ojos hasta el final del lóbulo occipital, en nuestra nuca. Concretamente, dentro de este giro hay una parte que se especializar en el reconocimiento de caras, mientras otras subestructuras se dedican a identificar objetos en general o incluso textos.

Sabemos también, por ejemplo, que, aunque normalmente relacionemos esta estructura con el reconocimiento de caras, en realidad tiene la potencialidad de reconocer patrones muy complejos, proporciones y distribuciones de objetos que, bien pueden ser los rasgos de una persona repartidos de un modo concreto sobre su cráneo, o las piezas de ajedrez distribuidas por un tablero. Todo depende de qué entrenemos, pero algunos estudios parecen mostrar que los ajedrecistas profesionales analizan los tableros como si fueran caras, reconociendo jugadas que han visto del mismo modo que nosotros reconocemos el rostro de un amigo entre la multitud.

Y es que, en palabras de Brad Duchaine, autor principal del artículo, profesor de ciencias psicológicas y cerebrales e investigador principal del Laboratorio de Percepción Social en Dartmouth: "Hemos escuchado de varias personas con PMO que han sido diagnosticadas por psiquiatras como esquizofrénicas y les han recetado antipsicóticos, cuando su condición es un problema con el sistema visual". Cuanto mejor conozcamos esta patología mejor podremos ayudar a quienes la padecen y más lejos quedarán esos tiempos donde toda rareza era psiquiatrizada, con las implicaciones sociales y los estigmas que eso conlleva.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Históricamente ha habido muchas patologías que se han confundido con trastornos mentales sin serlo. En este caso, el paciente es consciente de lo que ve y no tiende a construir explicaciones fantasiosas. Suelen aceptar el diagnóstico y no hay rasgos psicóticos que nos hagan entender que estamos ante una enfermedad psiquiátrica.

REFERENCIAS (MLA):

  • A. Mello et al., “Visualising facial distortions in prosopometamorphopsia” The Lancet (2024) http://dx.doi.org/10.1016/j.tig.2024.01.009