Animales

¿Por qué los peces tienen la cola vertical y las ballenas horizontal?

La cola de los animales marinos puede contarnos muchas cosas, especialmente sobre sus antepasados

La cola de una ballena
La cola de una ballena Andrea HolienPexel

La historia de la vida terrestre surgiendo de las profundidades marinas hace millones de años es un clásico. Así empieza, de hecho, la canción de la famosa serie de dibujos animados “Érase una vez… el hombre”.

Millones de años de evolución permitieron a los mamíferos adaptar su fisionomía a todo aquello que les esperaba en la superficie. Generación tras generación, consiguieron evolucionar para, por ejemplo, obtener una buena capa de pelo con la que resguardarse del frío, adaptar su sistema digestivo para alimentarse de los alimentos terrestres y proveerse de extremidades y vértebras que les permitiesen correr en este nuevo medio.

Pero, parece ser que un grupo de mamíferos no acabaron de estar de acuerdo con este nuevo estilo de vida, por lo que decidieron volver al mar. Sí, la indecisión no es solo un defecto del ser humano.

Aunque en este caso, no fuera por capricho, sino por supervivencia. Estamos hablando de los cetáceos. Mamíferos que, tras millones de años de evolución, consiguieron emprender el camino de regreso a las profundidades marinas.

La sirenita no es mitad pez, es mitad ballena

O mitad delfín, eso lo dejamos a elección del lector. Lo que sí que es seguro es que estos seres no fueron el cruce entre un ser humano y un atún. Y esta afirmación, aunque esté basada en un personaje mitológico, tiene una explicación científica fundamentada.

Si recordamos la estructura de las sirenas, la cola se encuentra paralela a su torso. O sea que, al nadar, el movimiento que realizan es “de arriba hacia abajo”. Ahora piensa en un delfín y en un tiburón ¿hacia dónde mueven su cola?

El tiburón, como los otros peces, mueve su cola de lado a lado. En cambio, el delfín, igual que el resto de los cetáceos, la mueve de arriba abajo. Esta direccionalidad inversa entre unos y otros animales se debe a la “herencia genética” que los cetáceos arrastran de su anterior vida en la superficie.

Cetáceos y órganos vestigiales

Actualmente existen unas 130 especies de mamíferos marinos. Específicamente, las ballenas, delfines y orcas pertenecen a los denominados cetáceos.

Estos animales presentan una forma parecida a la de los peces debido a la evolución convergente. ¿Y en qué consiste este tipo de evolución? Pues son aquellas adaptaciones evolutivas que hacen que algunos animales del mismo medio se parezcan sin estar emparentados. Por lo tanto, tiene sentido que cetáceos y peces tengan estructuras similares sin ser parientes. Pero por mucho que se hayan camuflado, aún podemos distinguir varias características de sus antepasados terrestres.

Por ejemplo, estos animales no respiran por branquias, sino que tienen un agujero en su lomo llamado “espiráculo”. Eso quiere decir que no son capaces de respirar bajo el agua, sino que tienen que tomar el oxígeno de la superficie. Por suerte para ellos, han evolucionado hasta tal punto que pueden permanecer horas bajo el mar.

Por otra parte, sus extremidades superiores tomaron la forma de dos aletas. Sin embargo, los huesos siguen teniendo forma de manos. Del mismo modo, las extremidades inferiores fueron haciéndose cada vez más pequeñas hasta quedar de forma residual en su esqueleto. A estos restos evolutivos, como en nuestro caso sería el apéndice, se les llama “órganos vestigiales”.

Sorprendentemente, si observamos un feto de ballena durante las primeras semanas de gestación, veremos cómo se forman estas pequeñas extremidades que, finalmente, quedan ocultas por el resto del cuerpo.

De perrito con pezuñas a delfín

El origen de los cetáceos ha sido un misterio durante muchos años. No por nada Aristóteles les nombró “kētos”, monstruo marino en griego. Parecía imposible que esos seres acuáticos tuviesen algo en común con los terrestres. Hasta que aparecieron los restos del denominado “Pakizetus”, considerado el primer proto-cetáceo. Los primeros fósiles de este animal extinto se encontraron en el Mar de Tetis (Pakistán) y su estructura recuerda a la de un perro, pero con pezuñas y cola. Se cree que la necesidad de estos animales a buscar comida fue llevándolos a vivir cada vez más en medios acuáticos. Y, finalmente, unos cuantos millones de años de evolución devolvieron a este mamífero al mar.

Pero, volviendo a la pregunta inicial, pensemos en la espina dorsal de un perro. Cuando corren, el movimiento de los perros se asemeja bastante al que hacen los cetáceos al nadar. Esto es debido a que, igual que conservan los pulmones y las extremidades de un mamífero terrestre, los mamíferos acuáticos siguen teniendo la espina dorsal adaptada del mismo modo. Además, este tipo de impulso, aunque no los hace tan rápidos como a los peces, les permite emerger a la superficie para tomar aire con mayor facilidad. Por lo tanto, aunque nos resulte extraño, estos animales tienen más en común con nuestra especie de lo que creemos.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • No todos los mamíferos marinos son cetáceos. Este grupo engloba también los sirenios (como los manatíes), los pinnnipedos (como las focas) y las nutrias. Algunas clasificaciones incluyen también al oso polar.

REFERENCIAS (MLA):

  • Berta, Annalisa, James L. Sumich, and Kit M. Kovacs. Marine mammals: evolutionary biology. Elsevier, 2005.
  • Marx, Felix G., Olivier Lambert, and Mark D. Uhen. Cetacean paleobiology. John Wiley & Sons, 2016.