¿Por qué tenemos cinco dedos?

El cuerpo humano suele ser retratado como una pieza de ingeniería donde todos sus componenetes encajan a la perfección y donde todos ellos cumplen un objetivo muy concreto y esencial. Sin embargo... y aunque en su mayoría es cierto, la verdad es que en el cuerpo humano hay muchos elementos que no tienen absolutmanete ninguna utilidad para nosotros, como el apéndice, los músculos extrínsecos del pabellón auricular, el coxis, el tercer párpado, el músculo palmar largo o el músculo piramidal.

Estos vestigios del pasado no son precisamente útiles para nuestra supervivencia. Pero, como tampoco molestan… el cuerpo simplemente los ha conservado a lo largo de su evolución. Ahora bien, estas “sobras evolutivas” no habrían sido posibles en otras zonas del cuerpo mucho más importantes. Buen ejemplo de ello son los dedos de nuestras manos. No habría sido posible un dedo adicional o un dedo de menos. Si tenemos cinco dedos es porque existe un motivo para ello. De hecho, es un rasgo que compartimos con otros muchos mamíferos, como los primates, los úrsidos, los felinos, cocodrilos… e incluso ballenas. Pero, ¿Por qué?

¿Por qué cinco?

Lo cierto es que todos los tetrápodos (es decir, todos los animales de cuatro patas) tienen cinco dedos durante su fase embrionaria. Así que, quizás la pregunta no sea por qué nosotros tenemos cinco dedos… sino por qué otras especies no tienen cinco dedos. Entre los tetrápodos con menos de cinco dedos podemos mencional a los rinocerontes (que tienen tres dedos); a los ciervos, las vacas o los camellos (que tienen dos dedos) o a los caballos (que tienen un solo dedo), por ejemplo.

En este caso lo que ha ocurrido es que a medida que se iban desarrollando en el vientre de su madre, sus cinco dedos se iban fusionando hasta quedar únicamente el número determinado por la evolución de su especie…. determinada a su vez por el entorno y las circunstancias que marcaron la vida de sus ancestros. Ahora bien, eso no cambia el hecho de que el patrón original de los tetrápodos sea de cinco dedos. Esto sucede porque todos ellos descienden de un mismo ancestro común:

Durante el periodo Devónico (entre hace 417 y 354 millones de años), una clase de peces conocidos como sarcopterigios empezaron a transformar sus aletas para poder arrastrarse por el fondo. Con el paso del tiempo, los radios de la aleta se fueron endureciendo y fusionando hasta configurar la estructura que tendrían las patas del Acanthostega, uno de los tetrápodos más antiguos que se conoce. Esta especie de salamandra primitiva tenía 8 dedos en cada mano.

A medida que los descendientes de este anfibio se fueron adaptando a las grandes marchas, el número de dedos se fue reduciendo hasta quedar únicamente cinco de ellos. Era el número perfecto de dedos para permitir que la mano mirase hacia delante y no estorbara durante el viaje. Y lo que es más importante, si podía desempeñar las mismas tareas con cinco dedos en lugar de con ocho. Los linajes con un número de dedos distinto de cinco se extinguieron, y de aquellos primeros tetrápodos pentadáctilos descenderían los actuales animales de cinco dedos, entre ellos los seres humanos.