Educación

La concertada pide a Educación sensores de CO2, “por 30 euros se pueden prevenir contagios”

FSIE reclama una alternativa para evitar que los alumnos pasen todo el invierno con las ventanas abiertas

Preparativos vuelta a clase
La Conselleria de Educación señala que los protocolos están funcionandoBIEL ALIÑOEFE

Ventanas abiertas en pleno invierno. El protocolo sanitario para los colegios marca que las clases deben estar ventiladas por mucho frío que haga fuera. A las familias ya se les ha advertido de que los niños deben ir muy abrigados insistiendo en que la ventilación natural es una garantía para frenar la covid. Sin embargo, hay una alternativa. FSIE ha propuesto a la Conselleria de Educación y de Sanidad respectivamente que estudien la implantación de sensores de CO2 o purificadores de airepara hacer frente al posible contagio aéreo.

El sindicato mayoritario en la enseñanza concertada en la Comunitat Valenciana, ha reclamado a Educación que desarrolle un protocolo específico frente a la llegada del invierno en el que se recojan propuestas alternativas a la ventilación para evitar la transmisión aérea y que consiga hacer compatible el clima con la salud. “No podemos en pleno invierno estar ventilando o con las ventanas abiertas sin riesgo de que los alumnos puedan sufrir las consecuencias de las bajas temperaturas, hay que buscar un plan B”.

El sindicato ha señalado que a día de hoy no hay instrucciones concretas ante la llegada del frío y el único recurso que tienen al alcance los profesionales para proteger al grupo de un posible brote por vía aérea es el de la ventilación de las aulas. En este contexto ha recordado que, según la comunidad científica, el riesgo de contagiarse en espacios cerrados es veinte veces superior que al aire libre por lo que “tenemos que adelantarnos a lo que está por venir para que no nos pille desprevenidos. Si no se pueden abrir las ventanas todo lo que quisiéramos habrá que pensar en alternativas seguras”.

Al respecto, el sindicato propone alternativas como la de sensores de CO2, cuyo precio ronda los 35 euros, un sistema que permite saber qué concentración de aire exhalado hay en el ambiente y a partir de ahí cuántas renovaciones de aire por hora se requieren para reducir el riesgo de contagio. Así mismo, existen también purificadores con filtro HEPA que consiguen depurar el aire y limpiarlo de carga viral.