Economía

La brecha salarial anual se sitúa en el 21,61 por ciento en la Comunitat Valenciana

Entre 2015 y 2018 se ha reducido más de cuatro puntos

La autónoma digitalizada reduce la brecha salarial de género en un 4% respecto al resto de trabajadoras.
La autónoma digitalizada reduce la brecha salarial de género en un 4% respecto al resto de trabajadoras.larazon

La brecha salarial anual entre hombres y mujeres se sitúa en el 21,61 por ciento en la Comunitat Valenciana pero entre 2015 y 2018 se ha reducido en más de cuatro puntos, el doble que la media española.

Estas son algunas de las conclusiones del estudio “Desigualdad, brecha salarial y de género en la Comunitat Valenciana 2006-2018. Impacto de la COVID-19” realizado por la Dirección General de Economía Sostenible de la Conselleria de Economía para analizar en profundidad la brecha salarial de género y la desigualdad en el reparto de los salarios.

La brecha salarial anual está fuertemente condicionada por la diferente incidencia de la jornada parcial en mujeres y hombres, y se incrementa en función de la edad, a partir de los 50 años (de 50 a 59 años es del 26,19 por ciento).

Respecto al nivel de estudios alcanzado, a excepción del grupo de trabajadoras diplomadas y licenciadas/graduadas, todos los niveles inferiores de formación (FP, Secundaria, Primaria y no Primaria) muestran una brecha salarial superior al 21,61 por ciento.

Desde el punto de vista de las condiciones laborales superan el 21,61 por ciento de brecha salarial anual los puestos de trabajo no cualificado (34,68 por ciento) y los servicios de salud (31,34 por ciento).

Las mujeres con puestos de responsabilidad cobran un 13,41 por ciento menos que los hombres con responsabilidad, mientras que las mujeres que no ocupan esos cargos cobran un 19,09 por ciento menos, y también destaca negativamente la brecha entre hombres y mujeres con una antigüedad menor a los dos años en la empresa (27,26 por ciento).

El dato positivo es que se ha reducido significativamente la brecha en los contratos de jornada completa hasta situarse en el 8,24 por ciento, y la de tiempo parcial (7,59 por ciento).

Por sectores, la brecha salarial es mayor en aquellos con mayor porcentaje de mujeres a tiempo parcial, concretamente en las actividades administrativas (brecha salarial del 35,35 por ciento); en las empresas dedicadas a actividades profesionales, científicas o técnicas es del 27,76 por ciento; y en el sector industrial, comercio, transporte, información y comunicación, y en las actividades financieras supera el 20 por ciento.

En cuanto al tamaño de las empresas, sigue apreciándose una mayor diferencia salarial anual en las micro y pequeñas empresas (26,59 por ciento), mientras que en las medianas es del 20,09 por ciento y en las grandes del 19,44 por ciento.

Según la titularidad pública o privada, la brecha en el sector público se sitúa en el 11,40 por ciento, y en el sector privado se eleva hasta el 26,26 por ciento.

El informe se ha realizado a partir de los microdatos recolectados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) relativos a las Encuestas de Estructura Salarial correspondientes a las cuatro últimas oleadas cuatrienales (años 2006, 2010, 2014 y 2018) e incluye un apartado donde se estudia el impacto de la pandemia en la brecha y las desigualdades salariales.

Según la Encuesta de Población Activa, durante 2020 la tasa de paro se ha incrementado dos puntos hasta situarse en el 16,4 por ciento, con un incremento en la tasa de paro femenina ligeramente superior y una tasa de temporalidad femenina en el 27 por ciento, mientras que en términos globales esta tasa se ha reducido del 26,8 por ciento hasta el 25 por ciento.

La tasa de parcialidad en las mujeres se situó en 2020 en el 27,4 por ciento, que contrasta con el 8,75 por ciento en los hombres. Por motivos de cuidados, el porcentaje de jornada parcial en mujeres es del 20 por ciento, frente al 4 por ciento en hombres.

Además, el empleo parcial involuntario respecto al total de empleo parcial en la Comunitat Valenciana se sitúa en torno al 50 por ciento.

En este sentido, el estudio destaca que son necesarias políticas públicas que contribuyan a la efectiva igualdad en las tareas de cuidados y domésticas, y cambios en la organización y diseño del trabajo en las empresas.

El informe también apunta a que el incremento del salario mínimo puede ser un instrumento eficaz en la contribución a la reducción de la brecha salarial de género, según recomienda la OIT, ya que las mujeres se encuentran entre las personas trabajadoras peor pagadas.