Sociedad

Alarma social en Valencia: se duplica el número de personas que recurren al “kit de supervivencia” de Casa Caridad

“Acuden muchas personas que jamás habían recurrido a las ayudas, lo hacen con vergüenza”

Casa Caridad (Valencia) atendió en 2020 a 2.504 personas de las que cuatro de cada 10 son mujeres
Casa Caridad (Valencia) atendió en 2020 a 2.504 personas de las que cuatro de cada 10 son mujeresCASA CARIDADCASA CARIDAD

El final de la crisis sanitaria llegará mucho antes que el de la crisis social que ha generado. “La situación es cada vez peor. Cada día hay más personas que acuden a nosotros porque necesitan una ayuda directa para mantener sus hogares”. Así lo ha afirmado el presidente de Casa Caridad de Valencia, Luis Miralles, durante una comparecencia en la que ha presentado la memoria del año más difícil para esta ONG.

El primer dato que confirma esta situación es el número de personas que reciben el servicio de distribución de alimentos que se puso en marcha cuando comenzó la pandemia y hubo que cerrar el comedor social del Paseo de la Pechina de Valencia. En 2020 había 600 personas que recogían este kit de supervivencia, en la actualidad son más de 1.200.

Con la declaración del estado de alarma se tuvieron que adaptar nuevos protocolos para evitar la covid, pero también para dar solución a las miles de personas que se quedaron sin trabajo de la noche a la mañana. Año y medio más tarde no se nota la mejoría, al contrario. “Ha aumentado la precariedad de las personas que ya estaban en riesgo de exclusión social, cronificando su estado y, otras que se encontraban en situación estable, se sitúan ahora en la delgada línea de caer en un escenario sin hogar”.

De ahí que Casa Caridad no solo buscase la manera de dar una alternativa mientras el comedor social permanecía cerrada, sino que también articularon, por primera vez en la historia, ayudas económicas directas para evitar que los usuarios se quedasen sin los recursos que aún les permitían vivir en una situación de relativa normalidad. En 2020 destinaron 120.000 euros para pagar alquileres, facturas o servicios médicos.

Los nuevos usuarios de esta ONG son familias con algún miembro en ERTE o sin empleo, autónomos que han reducido sus ingresos o personas mayores. “La crisis de 2008 fue muy dura, pero la de la covid todavía está siendo más complicada”. Miralles ha insistido en que a las puertas de la Casa Caridad llegan personas “con vergüenza”, que jamás habían necesitado una ayuda social y que ahora no saben cómo salir de esta situación. En este sentido, ha remarcado que todo el mundo debe perder el miedo a que se le estigmatice por pedir una ayuda sin la que están condenados a malvivir.

La ONG atendió el año pasado a 2.504 personas, de las que 4 de cada 10 son mujeres y un 14 por ciento menores y, según Miralles, el año 2020 “tuvo claramente dos periodos, antes y después de la declaración del Estado de Alarma”. Por lo que respecta al gasto medio diario fue de 2.843 euros.

En este sentido, ha mostrado su orgullo puesto que Casa Caridad siguió dando servicio, “como lo lleva haciendo los 115 años de su existencia” y aunque tuvo que adaptarse a la situación mantuvo albergadas a 120 personas durante todo el confinamiento, un reto de convivencia que demuestra la profesionalidad de los trabajadores.

La difícil situación ha vuelto a encontrar la solidaridad de los valencianos. Miralles ha agradecido el compromiso de empresas y particulares y ha subrayado que el año 2020 acabó con mas de 4.000 socios y las donaciones aumentaron un 45 por ciento.