Medio Ambiente

Los agricultores sobre los burros muertos en Castellón: “Hay que limpiar el monte antes de soltar a los animales”

La Unió de Llauradors critica que estos proyectos son “urbanitas” mientras que AVA lamenta el fracaso de la “ideología pseudoecologista”

Huelva.- Organizan una batida por la playa con burros para limpiar la costa de plásticos
Los burros fallecieron por falta de alimentación adecuada, según parece. Imagen de archivolarazonASOCIACIÓN BURRITO FELIZ

La muerte de diez burros en un proyecto piloto de limpieza de montes en el Desierto de Las Palmas (Castellón), ha tenido graves consecuencias, una de las principales, la dimisión del Director General de Medio Ambiente de la Conselleria de Agricultura, después de que la responsable del Departamento, Mireia Mollà, reconociera que había habido errores de diligencia en este proyecto.

El secretario general de La Unió de Llauradors i Ramaders, Carles Peris, asegura que este tipo de proyectos están pensados «con mente urbanita, sin contar con las organizaciones agrarias que están implantadas en el territorio».

Peris afirma que en los planes de este tipo que se han llevado a cabo previamente en la Comunitat Valenciana, con otro tipo de ganado, se ha contado con la supervisión del ganadero y, en aquellos que han funcionado, se ha tenido que realizar previamente una limpieza de la zona. «No se puede pretender que los animales limpien espacios que están excesivamente sucios».

El responsable de la organización agraria asegura que en este caso, en el que han muerto diez de 50 burros que habían sido soltados en el Desierto de Las Palmas para que se alimentaran de la vegetación y limpiaran así el monte para prevenir incendios, «está claro que ha habido una cadena de errores».

«¿De dónde ha salido la idea? ¿dónde está el director del parque natural? Es un pensamiento muy urbano hacer algo así».

Peris señala que es necesario realizar una limpieza previa y llevar a cabo un control para evitar problemas de adaptación de los animales.

Fracaso de la ideología “pseudoecologista”

Por su parte, desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) han señalado que la muerte de estos animales “es el último ejemplo de los fracasos que está acumulando la ideología pseudoecologista que antepone sus ensoñaciones a la realidad del medio rural”.

“Dentro del ala medioambiental de la Conselleria, hay filósofos de salón que no pisan la tierra y decretan ‘blufs’ sin comprobar previamente su eficacia. Nos parece lamentable el sufrimiento e incluso la muerte de burros por una gestión negligente, pero esto no es un caso aislado y lo que nos preocupa en líneas generales es que las soluciones ideológicas fracasan una y otra vez”.

Estas mismas fuentes han lamentado que, en este caso, “han querido que los burros hagan lo que no les tocaba y quienes pensaban que los burros eran la solución para prevenir incendios se equivocaban, ya que la gestión forestal requiere más recursos y estrategias integrales avaladas por la experiencia”.

Desde AVA han señalado otros ejemplos con nefastas consecuencias agrarias y medioambientales, como la estrategia de control contra los cotonets de cítricos y caquis, que “ha fracasado estrepitosamente, debido a la supresión de materias fitosanitarias sin dotar al sector de alternativas que hayan demostrado una contrastada eficacia”. Señalan que los métodos de trampeo masivo y lucha biológica son parte de la solución, pero a día de hoy todavía no dan respuesta por sí solos al problema de estas plagas. Las pérdidas económicas superan esta campaña los 200 millones en cítricos y los 40 millones en caqui.

Apuntan también a la gestión del agua por parte de la administración en el filtro verde del Tancat de la Pipa, en la Albufera, que provocó en 2019 un brote de botulismo que ocasionó la muerte de más de 500 aves. AVA-ASAJA subrayó en su momento que el parque natural de la Albufera no existiría sin la gestión racional del agua que llevan a cabo los agricultores de la zona, mientras que este brote únicamente se produjo en un espacio que se gestiona con criterios estrictamente “ecologistas”.

También en la Albufera, las restricciones a una quema controlada de la paja del arroz han causado en varias temporadas –la última vez hace justo un año– la aparición de aguas negras y la consiguiente mortandad de peces.

Desde AVA-ASAJA apuntan que creen en la transición ecológica, pero “esta no puede imponerse de hoy a mañana”. “La estrategia acertada sería: Hoy deseo, mañana compruebo y, solo una vez tenga los resultados, aplico con las máximas garantías de que funcione”.