Sucesos

Matrimonios de conveniencia a 10.000 euros, en Santa Pola

La Policía desarticula un entramado urdido por una abogada y detiene a 129 personas

La Policía Nacional ha desarticulado un complejo entramado que mediante matrimonios de conveniencia conseguía permisos de residencia para extranjeros
La Policía Nacional ha desarticulado un complejo entramado que mediante matrimonios de conveniencia conseguía permisos de residencia para extranjerosPOLICÍA NACIONALPOLICÍA NACIONAL

La Policía Nacional ha detenido a 129 personas tras desarticular un entramado diseñado presuntamente por una abogada y dedicado a la obtención de permisos de residencia para extranjeros en situación irregular mediante la celebración de matrimonios de conveniencia, concertados principalmente en el Juzgado de Paz de Santa Pola (Alicante) y por los que los contrayentes pagaban hasta 10.000 euros.

La Policía Nacional ha informado este miércoles en un comunicado de esta operación, que acaba de culminar tras tres años de investigación y en la que, además, se han detectado hasta “72 matrimonios presuntamente de complacencia, que dieron lugar a 51 permisos de residencia de familiar comunitario supuestamente ilegales de los que se ha solicitado su extinción” a la autoridad judicial.

Se cree que la organización llevaba operando desde 2017 en las provincias de Alicante y Murcia, y su desarticulación se ha realizado en el marco de la operación POLASANTA, iniciada en marzo de 2019.

La supuesta ‘cerebro’ es una abogada afincada en Elche (Alicante), quien supuestamente instruía meticulosamente a los contrayentes para las entrevistas matrimoniales y que figura entre los detenidos.

A través de su gestoría, según han indicado las mismas fuentes, había diseñado presuntamente un complejo entramado criminal en el que participaban distintas personas con funciones diferenciadas y, sin embargo, perfectamente coordinadas.

La finalidad de la trama era conseguir, mediante la celebración de matrimonios de conveniencia entre ciudadanos españoles y extranjeros no comunitarios, la obtención de permisos de residencia de familiar comunitario para estos extranjeros en situación irregular, principalmente originarios de Marruecos y Argelia, a cambio de grandes cantidades de dinero.

Las personas que colaboraban con esa abogada desempeñaban distintas funciones dentro de la organización. Unos hacían labores de captación de contrayentes buscando, por un lado, interesados en regularizar su situación ilegal en España a cambio de pagar una cuantiosa suma de dinero que podría llegar a alcanzar hasta los 10.000 euros y, por otro lado, una pareja de origen español elegida para cada una de estas personas.

A su vez, los intermediarios y los catalogados por los investigadores como “empadronadores” proporcionaban, mediante documentación falsa, la cobertura legal para que se pudiera llevar a cabo la tramitación del matrimonio.

Este apelativo de “empadronadores” se ajustaba a su principal función que estaba encaminada a confeccionar falsos empadronamientos para ellos. Una veces esos documentos eran íntegramente falsos y otras se habrían realizado con el consentimiento de los legítimos propietarios de las viviendas utilizadas para este fin a cambio de dinero.

Incluso, en ocasiones, el entramado falsificaban contratos de arrendamiento, así como autorizaciones de empadronamiento si fuera necesario, siempre en Santa Pola, en cuyo Juzgado de Paz se celebraría finalmente el ficticio enlace, para lo cual la trama contaba con la participación de dos inmobiliarias de esta localidad costera alicantina.

Finalmente, mediante la colaboración de “falsos testigos” como último escalón de participantes en el plan, la propia letrada instruía meticulosamente a los contrayentes y testigos en las distintas fases de todo el proceso, preparándoles sobre la versión que debían sostener para burlar a las diferentes administraciones, advirtiéndoles de que debían crear una versión de su supuesta relación afectiva para que no fuera detectado el fraude en las entrevistas matrimoniales.

Los 129 arrestados -66 hombres y 63 mujeres- son de nacionalidades predominantemente española, marroquí y argelina (también hay varios originarios de Irán, Argentina y Bangladesh), tiene entre 23 y 71 años, y están acusados de los presuntos delitos contra el derecho de los ciudadanos extranjeros, falsedad documental, falso testimonio y pertenencia a grupo criminal.

En los registros, los agentes han intervenido, entre la numerosa documentación presuntamente fraudulenta hallada, contratos de arrendamiento, autorizaciones de empadronamiento y los 51 permisos de residencia de familiar comunitario.