Opinión

El “coleccionable de retrasos” del Corredor Mediterráneo que no gustó a la ministra

Sánchez recibió con poco entusiasmo el regalo de los empresarios que reclaman celeridad en las obras

La Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) logró de nuevo esta semana concentrar la atención mediática sobre el estado en el que se encuentran las obras del Corredor Mediterráneo. A estas alturas, lo mínimo que sabe el «ciudadano medio» sobre esta obra es que lleva demasiado tiempo reivindicándose. ¿Por qué todavía no está acabada? Porque durante un tiempo demasiado largo esto de construir una infraestructura que no pasase por el centro de España era algo disparatado. Vamos, un despilfarro.

El acto logró reunir a 1.500 empresarios, tanto de grandísimas empresas como de pymes, de 17 autonomías diferentes. También a tres presidentes autonómicos de diferente signo político. El de la Generalitat, Ximo Puig, el de la Región de Murcia, Fernando López Miras, y por primera vez, lo hacía uno de Cataluña, Pere Aragonés.

Todos lanzaron un mensaje unitario poco habitual al Gobierno central: siempre se puede hacer más y aunque hay avances no hay que dormirse en los laureles, al contrario. Hay que apretar el acelerador que retrasos ya ha habido demasiados.

La presencia de la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, era obligada. Esta vez se presentó con los deberes hechos. Era la segunda vez que subía al escenario de este acto que se celebra anualmente desde hace seis años.

Fue dispuesta a defender su actuación, armada de papeles, y se encontró con que los empresarios le habían preparado un “coleccionable de retrasos” de un Corredor que todavía no encaja. «Un poco antiguo, ¿no?», respondió sin entusiasmo cuando la periodista que le realizó la entrevista, Maribel Vilaplana, le preguntó qué le parecía el regalo.

Tiene derecho la ministra a reivindicar su actuación al frente del Ministerio, pero lo cierto es que hay pocas cosas que celebrar. Que Barcelona y València sigan estando a tres horas en tren es un fracaso del que son responsables todos los que han ocupado su cartera, que sea más rápido utilizar el coche que el tren para ir de València a Alicante y que se tarde lo mismo que en ir en AVE a Madrid, también. Así que mientras esto ocurra la ministra tendrá que asumir que al coleccionable del Corredor le quedan varias entregas.