
Sanidad
Cáncer de próstata: el más común entre hombres en España, conoce cómo prevenirlo
El 11 de junio se celebra el Día Mundial del Cáncer de Próstata, que se cura en más del 90% de los casos con detección precoz

Con más de 32.000 nuevos casos al año, el cáncer de próstata es ya el tumor más frecuente entre los hombres en España. Sin embargo, si se diagnostica en fases tempranas, puede curarse en más del 90% de los casos. Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Próstata, los expertos insisten en la importancia de acudir al urólogo a partir de los 45 años, o antes si hay antecedentes familiares, para realizarse controles periódicos que permitan detectar a tiempo una enfermedad que, en sus primeras fases, puede no presentar síntomas evidentes.
En España existen programas de detección precoz dirigidos a varones a partir de los 45 años. La prueba consiste en un tacto rectal y un análisis de sangre para medir el nivel de PSA (antígeno prostático específico), lo que permite establecer un seguimiento personalizado. “El rendimiento de estas pruebas es equiparable al de los programas de detección de cáncer de mama en mujeres. Cada vez diagnosticamos antes y tratamos mejor, y eso se traduce en más vidas salvadas”, asegura el Dr. Casanova, jefe del Servicio de Urología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO).
Síntomas y diagnóstico
En fases iniciales, los síntomas del cáncer de próstata pueden confundirse con los de la hipertrofia benigna de próstata, que afecta al 25% de los hombres mayores de 50 años. Algunos signos de alarma incluyen dificultad para orinar, urgencia miccional, chorro débil o presencia de sangre en la orina o el semen. En casos avanzados, pueden aparecer dolores óseos debido a metástasis.
La Resonancia Magnética (RM) resulta imprescindible en el diagnóstico inicial, “nos permite clasificar lesiones según su sospecha de malignidad y determinar si es necesaria una biopsia, evitando procedimientos innecesarios”, explica la Dra. Paula Pelechano, médica adjunta del Servicio de Radiodiagnóstico del IVO.
Si se confirma la necesidad de biopsia, se realiza mediante fusión de imagen, una técnica precisa y menos invasiva. “Analizamos cada caso en un Comité Uro-Radio- Anatomopatológico para determinar el mejor abordaje”, añade la Dra. Pelechano.
La biopsia en el diagnóstico del cáncer de próstata
Ante la sospecha clínica y/o radiológica de un cáncer de próstata, es necesario confirmar la existencia del cáncer mediante la biopsia y, una vez confirmado, determinar sus características, como tipo histológico, grado histológico o cantidad de tumor.
“La valoración conjunta de la biopsia y la resonancia permite escoger la opción terapéutica más adecuada a cada paciente y en cada momento de la enfermedad”, explica la Dra. Ana Calatrava, jefa de Servicio de Anatomía Patológica del IVO.
Una posibilidad, actualmente en fase de ensayo clínico, para los pacientes que a priori serían candidatos a tratamiento focal, es confirmar la existencia de cáncer de forma inmediata mediante microscopía confocal, con el fin de hacer el tratamiento en el mismo acto quirúrgico que el diagnóstico.
Factores de riesgo hereditarios
El Dr. José Antonio López Guerrero, jefe del servicio de Biología Molecular del IVO recuerda que, en cierto modo, existe cierta predisposición genética a desarrollar este tipo de cáncer, pero no todos los casos tienen origen hereditario. “Existen dos escenarios a nivel familiar que aumentan el riesgo de padecer un cáncer de próstata: el que se presenta en el contexto de una familia en el que existe una cierta agregación de casos, que es el denominado cáncer de próstata familiar y ocurre en aproximadamente el 20% de los casos; y, por otro lado, tendríamos el cáncer de próstata hereditario, menos frecuente y es el responsable de aproximadamente el 5% de los casos de los cánceres de próstata diagnosticados”. Y matiza: “En comparación con los casos esporádicos, el cáncer de próstata hereditario se caracteriza por un inicio a edad temprana, un comportamiento del cáncer más agresivo con un mayor riesgo de recaída tras la cirugía”.
Tratamientos adaptados a cada paciente
Una vez se confirma el diagnóstico de cáncer de próstata, el primer paso es determinar si el cáncer “está localizado”, explica el Dr. Miguel Ángel Climent, jefe clínico del servicio de Oncología Médica del IVO. Para ello, se utilizan pruebas diagnósticas de extensión como la del TAC, el rastreo óseo y el PET.
En los casos en los que el tumor está localizado en la próstata existen numerosas opciones de tratamiento, que van desde la Vigilancia Activa y la terapia focal (tratamiento dirigido exclusivamente al tumor intraprostático) a tratamientos más radicales como la cirugía o la radioterapia. La elección del tratamiento depende de las características del paciente, como su edad y otras enfermedades que pueda tener, así como del tamaño y la localización del tumor", explica.
La cirugía robótica constituye uno de los mayores avances para el tratamiento quirúrgico radical del cáncer de próstata. En este sentido, el Dr. Álvaro Gómez-Ferrer, jefe clínico del Servicio de Urología del IVO, destaca “la reducción del dolor en la fase postoperatoria y, en general, una recuperación funcional más rápida con estancias hospitalarias más breves”, entre las principales ventajas que ofrece al paciente.
Para el cirujano, proporciona "precisión quirúrgica, visión aumentada en 3D, y una mejor ergonomía", lo que mejora los resultados funcionales de la prostatectomía y minimiza las complicaciones quirúrgicas ofreciendo unos resultados oncológicos excelentes. “También mejora los resultados funcionales como la continencia urinaria o la potencia sexual”, destacan desde el IVO.
Como tratamientos adyuvantes o complementarios la radioterapia presenta para este tipo de cáncer “múltiples aplicaciones”: “en fases tempranas como alternativa a la cirugía, tras una operación si hay recaída, o en enfermedad avanzada para controlar síntomas”, explica la Dra. Yasmina Murria, médica adjunta del Servicio de Oncología Radioterápica del IVO.
La radioterapia tiene un papel fundamental en este tipo de cáncer en diversos escenarios de la enfermedad. En fases tempranas con intención curativa como alternativa a la cirugía, tras una operación si hay recaída, o en enfermedad avanzada para control de síntomas, explica la Dra. Murria.
Gracias a nuevas técnicas como la SBRT, se logran resultados excelentes en menos sesiones, con pocos efectos secundarios. “Es un tratamiento muy preciso, seguro y personalizado”, apunta la Dra. Murria.
Avances e investigación
En fases iniciales del cáncer de próstata, el tratamiento focal, que consiste en tratar exclusivamente la zona afectada dentro de la glándula prostática, se perfila como una alternativa prometedora. Esta técnica permite reducir al mínimo, casi hasta el 0%, efectos secundarios como la impotencia o la incontinencia. Las Guías Europeas de Urología ya avalan su uso fuera del contexto de ensayos clínicos, reconociendo su potencial terapéutico en escenarios seleccionados.
Cuando el cáncer está diseminado los tratamientos hormonales son clave: “A ellos se han sumado nuevos antiandrógenos de última generación, quimioterapia, radioconjugados y fármacos dirigidos a mutaciones concretas”, explica el Dr. Miguel Ángel Climent, jefe clínico de Oncología Médica del IVO. “Estamos viendo resultados muy prometedores. El reto es saber en qué momento usar cada uno de estos tratamientos para obtener el máximo beneficio”, indica.
Respecto a la inmunoterapia, el Dr. Climent es optimista: “Aunque aún no ha mostrado los resultados esperados en este tumor, hay ensayos clínicos en marcha que podrían cambiar el panorama”.
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