DANA

Las grandes riadas de Valencia

El rey Jaime I, en un privilegio que concedió en el año 1272, ordenó fortificarse contra el ímpetu del río Turia

-FOTODELDIA- CATARROJA (VALENCIA), 20/11/2024.- Búsqueda de cuerpos en el barranco del Poyo a su paso por Catarroja, este miércoles, tras tres semanas del paso de la dana. EFE/Kai Försterling
Situación en Valencia tras tres semanas de las riadasKai FörsterlingAgencia EFE

El rey Jaime I en 1272 ya ordenó en un Privilegio que concedió a la Orden de los Dominicos, que instalaron convento junto al Turia - «faciant fortitudinem et munimentium contra impetum Fluvii»- en un Real Provisión de ese mismo año dirigida al Baile, Justicia y Jurados de la ciudad de Valencia – «terram accipere aut levare, nea qua si crescat, posset facere eis damnum»- que se hicieran obra fuertes, fortificaciones, contra el ímpetu del río a fin de evitar que hiciera el menor daño posible.

Nos lo cuenta el historiado dominico Josef Teixidor, (Grao de Valencia, 17 de enero de 1694-Valencia, 29 de octubre de 1775) en su libro «Antigüedades de Valencia» en el capítulo que hace referencia a las «Avenidas memorables de Río Turia», libro fue publicado por la editorial «El Archivo Valentino» de Roque Chabás, en 1896.

El monarca aragonés sabía de las riadas del Turía y el Xúquer por los valencianos musulmanes acostumbrados a sufrirlas y pensaba, ya en su época, en que se adoptaran medidas que si no las evitara, sí la paliara. Y ahí estamos aún, sin fortificarnos contra el ímpetu de nuestros ríos casi como en los remotos tiempos de la Valencia mora.

La primera riada documentada que tenemos de las muchas habidas en la historia de Valencia relata Teixidor fue la reportada por el cronista de la ciudad y reino de Valencia el presbítero doctor Agustín Alcalà (Valljunquera, 1707 - Valencia, 1774). Ocurrió el 28 septiembre 1238. «En la vigilia de sant Michel Arcangel fou vengut tan gros, que derruí e destruhi camps, e enderrocá cases». El 6 de noviembre de 1340, «a las tres de la tarde, fue tan furiosa que la Catedral sacó el Lignum Crucis, i le llevó procesionalmente por las calles». Se creía que las riadas eran consecuencia del enfado de Dios por los pecados de la humanidad y con las procesiones penitenciales se le pretendía aplacarle.

La riada del viernes 17 de agosto de 1358, «arruinó los puentes, derribó cerca de mil casas i perecieron casi quatrocientas personas». El rey don Pedro fue informado de «tan gran diluvi de aigues hi ha vengut, que gran partida dels Murs nous e encara dels vells son enderrocats, y los Valls reblerts».

El 3 de noviembre de 1406, «vingué lo riu de Valencia molt gros, e entrá fins a la Trinitat e pujá laigua sobre laltar, de que feu molt gran dan e mal». El 25 de octubre de 1427, «disapte, vingué lo riu tan gros, que sen portá dues arcades del pont de Serrans, e quatre arcades del Pont del Real: e entrá en la Trinitat e en lo Real».

El 28 de octubre de 1487, día de los santos Apóstoles, después de comer vino muy crecido el río «i derribó dos palancas del puente del mar, i la del portal uevo, i entrando por este portal llegaron las aguas hasta el Publico, i por la calle de Murviedro hasta el Hospital de Clapers: hizo muchísimo daño en la huerta».

El 20 de agosto de 1500, «vino el río tan crecido que rompió la nueva Palanca del portal Nuevo, i llegaron sus aguas hasta el Puente del camino que va a las que llemamos Tendetes de Campanar».

El 27 de septiembre de 1517 fue una de las avenidas «más furiosas». Domingo, a las tres y media de la tarde «es vengut tan gros lo Riu daquesta Ciutat que entrant dins Ciutat, y ha derrocat moltes diverses Cases, y en los Ravals de la Ciutat per lo semblant». El 5 de octubre de 1540 «vingué lo riu de Valencia molt gros, e feu molt dany en les alqueries prop de Valencia, i als molins, y sen portá la madera de la Rambla, y pujá fins en lo cami del Molvedre fns al pont del Molí de don Pedro Sanoguera, y a sent Jolia»

El vienes 19 de marzo de 1546, «vingué lo Riu molt gros e inxitut de aygua, de ques llansá deves lo Monestir de la Verge Maria del Remei fora los murs de Valencia al Portal de la Mar; de que afondrá tant, que arrancá los fonaments del dit Monesir, derrocá la paret del Hort, y la segrestia de la Esglesia, y atroná i e desconjuntá lo Dormidor dels Frares».

El 21 de octubre de 1577, «vingué tan ceixcuda en lo riu de la present Ciutat de Valencia quant james en nostres temps avia sida vista,… aplegá laigua tres plams en alt a la carrera del Real, y a la part de la muralla carejava ab lo cami, y feu danys molt notables».

Siguieron en similares términos los relatos de las riadas de 1651, 1672 y 1680. La última de las riadas que llegó a documentar el cronista Sales fue la de 1731, domingo 16 de septiembre, dos y media de la tarde. Fue un espectáculo para la gente que sin miedo se acercaba al río al ver cómo bajaba d lleno cuando estaba a punto de desbordar. «El Capitán que estaba de guardia en el Real mandó a los soldados que con bayoneta calada desalojasen la mucha gente que havia sobre el Puente».