Amamantando la vida
Medicamentos y lactancia. ¿Puedo tomarlos?
Casi todos los fármacos se pueden tomar durante la lactancia
Todo medicamento debe ser recetado por un médico. Considerando esta premisa, casi todos los medicamentos se pueden tomar durante la lactancia. No obstante, la mayoría de mujeres suelen recibir información escasa, dispersa y contradictoria, cuando les prescriben un fármaco e indican que están lactando. ¿Por qué sucede esto? Diría que básicamente, a causa de que en el Vademécum (libro que recoge la ficha técnica del fármaco) o en el prospecto del fármaco, la recomendación más habitual es suspender la lactancia, puesto que, la mayoría de estos informes, contemplan de igual manera las contraindicaciones del embarazo con las de la lactancia, aunque, nada tiene que ver el potencial teratógeno de un medicamento con un posible efecto secundario en el lactante. Con ello, las madres se enfrentan a la disyuntiva, entre destetar o dejar de tomar la medicación.
Respecto a ello, es importante valorar que los beneficios de la lactancia materna sobrepasan los potenciales riesgos de exponer al bebé al medicamento, dado que, para que un fármaco sea tóxico para el lactante, tiene que alcanzar determinadas concentraciones, y la mayoría de los medicamentos llegan a la leche en cantidades demasiado pequeñas como para que afecten al lactante.
Para que un fármaco (también algunas plantas, infusiones), que tome la madre, afecte al lactante, estos deben influir disminuyendo la producción de leche o seguir todos y cada uno de los pasos que se detallan a continuación:
En primer lugar, el medicamento en cuestión debe primero pasar a la sangre de la madre, y algunos fármacos son asimilados (metabolizados), antes de que alcancen una concentración en sangre, como es el caso de medicación de administración tópica o inhalada, muchos antiácidos y algunos laxantes. Este tipo de fármacos, no alcanzan concentraciones en sangre materna por falta de absorción, por lo tanto, no pueden llegar a la leche materna.
Además, los medicamentos para llegar de la sangre a la leche, van a encontrarse con una serie de dificultades, necesitan poder unirse a proteínas, tener un peso molecular bajo, ser liposolubles. Por lo que, todos aquellos fármacos que tengan una alta fijación a las proteínas plasmáticas o tienen un peso molecular alto, o son poco liposolubles por su carácter más ácido, no pasaran a la leche.
Como podéis ver los fármacos se encuentran con muchos impedimentos para lograr llegar a la leche, si bien, aquí no termina todo. Si un medicamento llega a la leche materna, antes de decidir dejar de amamantar, debemos de examinar algunos matices. En este sentido, hay que considerar el tiempo máximo de acción del fármaco, es decir el tiempo que necesita el medicamento para alcanzar en el organismo una concentración máxima desde su administración. Este tiempo máximo de acción varia para cada tipo de fármaco, y determina el periodo, en el que se debe evitar amamantar. Por lo tanto, si tomas un fármaco cuyo tiempo máximo de acción es por ejemplo de dos horas, evita amamantar durante este tiempo, de este modo se minimiza la secreción del fármaco a la leche. La recomendación en estos casos, es tomar el medicamento en cuestión, inmediatamente después de amamantar y esperar el tiempo recomendado para volver a ofrecer el pecho.
Además, hay que valorar la semivida de eliminación o tiempo medio de eliminación del fármaco, es decir, el tiempo que tarda la concentración plasmática de una sustancia en reducirse a la mitad. Ésta también va a ser diferente para cada medicación, pudiendo variar desde segundos a días, en consecuencia, cuando más corta sea, más pronto se elimina, o sea, más segura para la lactancia. También hay que tener en cuenta que, para que un medicamento este presente en la leche y tenga efecto en el bebé, éste, primero, debe ser absorbido por su intestino, y algunas sustancias van a ser destruidas en el estómago del bebé y por lo tanto no llegaran a pasar a sangre.
Uso habitual pediátrico
Además, es necesario que el fármaco en cuestión sea una sustancia tóxica para el lactante, es decir que este no la pueda tomar. Y mucha medicación prescrita a la madre es de uso habitual pediátrico, por lo tanto, el riesgo de que el lactante la tome en cantidades subterapéuticas a través de la leche, va a tener un efecto insignificante en el bebé.
He intentado explicar la compatibilidad de los medicamentos con la lactancia de la forma más sencilla posible, y aunque las madres no necesitan conocer todos estos detalles farmacocinéticos, si creo que es importante tener un conocimiento general sobre qué elementos determinan que un medicamente sea compatible o no con la lactancia. Puesto que, dejar de amamantar, por tomar la madre una determinada medicación, sin estar fundamentado su peligro real, supone un riesgo mayor para la salud del lactante, que el peligro que implica, que un pequeñísimo porcentaje de fármaco llegue al lactante.
e-lactancia.org
Ante cualquier duda sobre compatibilidad, dispones de una fuente fiable que te invito a visitar e-lactancia.org, esta maravillosa web, es utilizada por profesionales sanitarios y expertos formados en lactancia materna de todo el mundo, en donde se puede verificar la inocuidad del fármaco, buscar un medicamento alternativo en caso de incompatibilidad con la lactancia o en el peor de los casos, comprobar que está justificado el tener que interrumpirla. Indicaciones que están sustentadas por publicaciones de rigor científico que un grupo de pediatras y farmacéuticos de forma desinteresada nos ofrecen.
En esta web, encontraras la información que necesitas no solo sobre fármacos, sino también otros productos de fitoterapia, homeopatía, cosméticos, contaminantes, procedimientos médicos, así como enfermedades maternas y del lactante, clasificándolo en función del riesgo que supone para la lactancia.
Si lo deseas, puedes enviar tus dudas o sugerencias a la dirección electrónica consultalactancia@larazon.es
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