Arte
El misterio no desvelado de las representaciones pornográficas de la Lonja de Valencia
La sexualidad explícita de ciertas figuras de piedra del monumento valenciano sigue inquietando a los investigadores
Uno de los Patrimonios de la Humanidad más valencianos, nuestra Lonja de la Seda de Valencia, aleja de la vista pero no esconde, representaciones pornográficas a las que no se ha sabido dar una explicación, más allá de conjeturas.
El edificio del siglo XV que diseñara Francesc Baldomar y concluyeran Joan Ivarra y Pere Compte, hace pasar al visitante por un pórtico rodeado por representaciones de los siete pecados capitales mediante alegorías con animales. Así, la tortuga y el caracol representan la pereza, mientras el lobo lo hace de la gula pues un animal que caza incluso cuando no tiene hambre, y siempre se come a sus presas. Los perros representan la envidia pues siempre quieren lo que otros perros tienen, y el orgullo está representado por un león, y así hasta completar los siete pecados capitales, siendo la lujuria representada por una pareja de amantes.
Sin embargo, si alzamos la mirada a las gárgolas y esculturas del segundo piso, la intensidad erótica también sube, y de este modo encontramos a un hombre y a una mujer masturbándose, o, al menos, tocándose gozosamente sus partes.
La Lonja tiene 28 gárgolas y tal y como señala el fotógrafo Manolo Ambou en su blog, "representan el comunicado iconográfico de este inmueble, y hacen referencia a ese mundo del medioevo, inspirado en supersticiones, cuentos tortuosos repletos de crudeza y pecaminosas costumbres".
Poco o nada se ha podido concluir sobre el significado, más allá del explícito, de las mismas. ¿Por qué se esculpieron de ese modo? ¿Qué se quería decir? ¿Acaso son una denuncia de un deterioro de las costumbres o todo lo contrario?
En las fotos que ilustran esta información, realizadas también por el fotógrafo Ambou, se pueden observar personajes extraños, como este ser alado (quizá, un ángel), que introduce su pene en un recipiente con gesto de placer.
No es el único. También la foto principal de este reportaje muestra a una mujer tocándose sus partes íntimas con expresión de placer. La utilidad de las gárgolas, como desagüe de las aguas de lluvias, también contribuye a que estas figuras tengan la boca abierta. Pero casi fruto del humor fallero, esta otra gárgola no necesita abrir la boca para evacuar el agua.
También hay escenas terroríficas y monstruosas, como es el caso de este hombre que reza mientras un monstruo marino le devora.
Las alusiones eróticas son constantes, como es el caso de esta gárgola que parece tener sexo con un animal.
No es el único. La siguiente imagen muestra una escena similar, esta vez con un fraile lujurioso.
Curiosidades del arte, también misterio, de una época medieval, que por desconocida, es apasionante, como el porte y la majestuosidad de la Lonja de Valencia. Si la visita, levante la mirada hacia sus gárgolas.
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