Declaración de la Renta

DANA
El presidente Leopoldo Calvo Sotelo se trasladó de inmediato de Madrid a Valencia la misma noche de la «pantanà». En el palacio del Temple se reunió con el gobernador civil, José María Fernández del Río, y el teniente coronel jefe de la comandancia de la Guardia Civil de Valencia, Quintiliano Pérez Monedero. Este explicó que la presa de Tous había reventado, según le informó su teniente de Carlet, testigo de los hechos. Calvo Sotelo con la soberbia que suele caracterizar a los políticos de poco fuelle respondió gritando: «Ese teniente es un burro, las presas no revientan». Quintiliano, con toda serenidad y firmeza dijo: «Mi teniente es un burro, pero la presa de Tous ha reventado, presidente».
Jesús María González Marín, el ingeniero responsable de la presa, en esos momentos estaba pasando por unos los peores momentos de su vida. Las fuertes lluvias caídas se llevaron una compuerta río abajo. La presa estaba calculada para aguantar una avenida de 7.000 metros cúbicos y la reventaron 15.000 metros cúbicos. Desde las diez de la mañana estuvo intentando levantar compuertas, pero no había luz y los equipos autónomos electrógenos no funcionaban. Lo intentó manualmente, tampoco. Reventó la presa y se produjo la primera gran avenida, luego vino la segunda, que fue mayor. Eran las siete y cuarto de la tarde. Fue enjuiciado y condenado por no abrir las compuertas y tildado de asesino por damnificados de la «pantanà».
El 20 de octubre de 1982, a causa de la gota fría y sus abundantes tormentas, la presa de Tous se rompió provocando grandes inundaciones. La comarca de la Ribera fue la más afectada, la lluvia caída durante horas provocó el desbordamiento de los ríos, Albaida, Sellent y Xúquer. En la presa de Tous el agua embalsada había alcanzado límites preocupantes, cubriendo el único grupo electrógeno que quedó inutilizado. Los aliviaderos no se pudieron abrir de forma automática ni manual para intentar rebajar la presión de la presa, que se rompió provocando la pantanada. Hubo 30 muertos y miles de damnificados.
La noche del 19 al 20 de octubre se formó un impresionante complejo convectivo provocando un auténtico diluvio que se prolongó a lo largo del día siguiente. A pesar de ello no hubo alertas ni alarmas oficiales previas y pilló desprevenida a la gente. Las emisoras de radio fueron un importante instrumento de aviso y comunicación. Algunas pudieron desplazarse desde el primer momento a las inmediaciones de Tous en plena noche y narrar desde allí lo increíble.
No existían los teléfonos móviles, lo más tecnológico con que contábamos eran los buscas. Quienes salvaron muchas situaciones difíciles de resolver fueron los radioaficionados, quienes con sus emisoras fueron muchas veces el único medio de comunicarse, algunos de los cuales trasladaron sus emisoras a los Ayuntamientos, pues ni siquiera las Policías Locales tenían equipos. La Guardia Civil llevaba potentes emisoras, que captábamos los periodistas a través de scanners lo que nos facilitó mucho el trabajo.
Las comarcas de la Ribera Alta y Baja fueron socorridas por Guardia Civil, la primera fuerza presente en el escenario de la tragedia y por el ejército, que mandó cientos de efectivos para ayudar a la población a limpiar e intentar recuperar las diferentes poblaciones. Los primeros efectivos en llegar a los lugares más castigados fueron soldados del Regimiento Artillería 17 de la Base Aérea de Manises, las cuales fueron acuarteladas la misma noche de la tragedia, partiendo a las seis de la mañana hacia los pueblos de La Ribera. En este caso no hubo aviso ni alertas, pero la reacción al menos por parte del Ejército fue inmediata. No existía la UME.
En algunos pueblos no se pudo entrar hasta pasada una semana. Se comenzó por limpiar calles y caminos, abrir accesos, restablecer la luz y el agua. No hubo la cantidad de coches de esta DANA en las calles amontonados. Y fue grande la solidaridad de gente de toda España, sobre todo en el aporte de víveres. El Papa Juan Pablo II que estaba en España de viaje apostólico viajó en helicóptero desde Valencia a Alzira para consolar y solidarizarse con los afectados de las riadas.
El Estado que no previó ni predijo la catástrofe, no avisó, luego no quiso pagar los daños. Los afectados tuvieron que litigar, constituirse en Asociación de Damnificados, buscarse abogados para que les defendieran. Acabaron en el Tribunal Supremo tras un complejo proceso judicial donde se condenó al Estado, pero para ello hubo que condenar al ingeniero de la presa de Tous.
La propia sentencia del Supremo resumía los datos de la pantanà aportados a la causa por el Centro de Estudios Hidrográficos: «La causa de las inundaciones acaecidas en la cuenca del Júcar los días 20 y 21 de octubre de 1982 fueron unas precipitaciones de intensidad extraordinaria, que superaron los 600 mm. en 48 horas, cifra que puede calificarse de auténticamente excepcional. El volumen de lluvia caída durante esos días en la cuenca del río Júcar aguas abajo de los embalses de Alarcón, Contreras y Forata ha sobrepasado los 3.600 millones de metros cúbicos de agua».
Para el Comité Español de Grandes Presas, la Presa de Tous quedó destruida como consecuencia de su desbordamiento por las aguas. Este desbordamiento se produjo por no haber sido posible accionar las compuertas del aliviadero. Como consecuencia de la destrucción de la presa, a partir de las 19 horas y 13 minutos, se produjo una onda de avenida, cuyo caudal en el tramo inmediatamente agua abajo de la presa, pudo alcanzar una cifra del orden de 15.000 m3/s. La onda de avenida se propagó hacia aguas abajo a una velocidad entre 8 y 5 km/hora, de modo que en la Autopista no se registraron los máximos niveles hasta después de medianoche.
Visita de los Reyes de España
Los Reyes de España visitaron –sin que se produjera ningún incidente- la zona afectada observando los graves daños en la zona geográfica de la cuenca del Río Júcar. La inundación arrasó cultivos agrícolas, industrias, ciudades y pueblos, dejando a una gran cantidad de personas sin vivienda, ni medio de subsistencia, afectando de una forma u otra a una población superior a los 100.000 habitantes.
Hubo múltiples historias trágicas y otras tragicómicas, como el caso de Carcaixent donde en un almacén de naranjas se improvisó un hospital de campaña donde el que puso orden y concierto y lo hizo funcionar fue uno que dijo ser médico sin serlo. Allí estuvo varias semanas organizado la actividad del hospital, atendiendo enfermos y al final fue detenido por la Guardia Civil al firmar un certificado de defunción de uno que se le murió en el centro que regentaba como director. Cometió el error de poner en la causa del éxitus «asfixia por inmersión». Fui testigo de ese hecho y recuerdo que quienes le detuvieron, conocedores de la gran tarea que había desarrollado aquel falso médico al poner orden en aquel caos se merecía más que una denuncia una condecoración.
Cuarenta y dos años después de la pantanà el sentimiento de indefensión de los ribereños permanece ante un río que los árabes bautizaron con el nombre de «Devastador». Se ha hablado de la construcción de nuevas presas de laminación: Estubeny, Montesa y el Marquesat, alzadas sobre los ríos Sellent, Cànyoles y Magre, respectivamente. El Ministerio de Medio Ambiente llegó a cifrar en más de 300 millones de euros la inversión necesaria para acometer todas las obras contempladas en el proyecto.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico adjudicó el estudio de alternativas para reducir el riesgo de inundaciones de la Ribera del Xúquer. Está previsto realizar estudios y proyectos en busca de soluciones a los problemas en la llanura de inundación del Xúquer, de adaptación al riesgo de inundación de edificaciones o instalaciones vulnerables en la zona, para la protección de la población y los bienes, recuperación del espacio fluvial y sus valores naturales, sociales y paisajísticos y la mejora en la gestión de los usos de suelo en la zona indudable y la conectividad ecológica entre los espacios naturales protegidos.
Sobre la zona afectada por la última DANA se han realizado 10 modelos hidrológicos por la Universidad Politécnica, de lo cual tienen conocimiento las Administraciones desde 2007, contenidos en el Plan de Gestión de Riesgos de Inundación de la Rambla del Poyo donde se propone soluciones como un plan de reforestación y construcción de micropresas para reducir el riesgo de riadas destructivas, así como la creación de «corredores» que permitieran desviar el agua de este barranco hacia el nuevo cauce del Turia, de gran capacidad. Este Plan fue totalmente ignorado por gobiernos del PP y PSOE. Hubiera evitado mucho de las desgracias de esta DANA. Hay Obras Hidráulicas pendientes de ejecutar desde el año 2009 y el actual Ministerio de Transición Ecológica ha paralizado cualquier actuación sobre los cauces.
En octubre de 2022 la Confederación Hidrográfica del Júcar organizó unas jornadas con motivo del 4º aniversario de la «pantanà» en Algemesí para explicar lo que se ha hecho desde entonces para disminuir el riesgo de inundaciones. Dos años después, mucho estudio y mucho proyecto, pero el pueblo se ha inundado por completo con esta DANA, al igual que lo ocurrido en el área de influencia del barranco del Poyo.
Declaración de la Renta
Guerra comercial