Opinión

Opinión Las raíces y los afectos

Las raíces y los afectos también son las cuatro barras rojas sobre fondo amarillo y la franja azul -como el mar- pegada al asta de nuestra bandera. Y el olor a la flor de azahar.

Entrega del Premios de Las Letras y de las Distinciones al Mérito Cultural en Casa Mediterráneo, en Alicante
Imagen de la playa del Postiguet (Alicante)Agencia EFE

Uno siempre vuelve a las raíces, a los afectos, ese lugar que nos da paz, sosiego, seguridad. Y mis raíces y, por tanto mi serenidad, están en el azul del mar Mediterráneo. Ese que, al despertarme, veía todas las mañanas desde el balcón de un dormitorio con vistas a la playa del Postiguet cuando era casi niña. Una playa en la que mi abuela Matilde tenía todos los veranos alquilada una sombrilla.

Hubo un tiempo, catorce o quince años, en que viví en Madrid, y a día de hoy no sé cómo pude soportar no respirar el mar a diario. Regresé a la patria, todos somos la ciudad en la que nacemos, y busqué y encontré otro balcón con vistas a esa misma bahía. Regresé también al rumor de las olas, el que apaga el ruido mental y ambiental.

Una de las frases que más repito últimamente es que Alicante es un pueblo; el «meu poble», y a mucha honra. Así que, en tiempos de vertebrar el territorio, léase la Comunitat Valenciana -bonito verbo que, según la Real Academia de la Lengua, significa dar consistencia y estructura interna, dar organización y cohesión a lo que corresponda- me encanta que el 9 d’Octubre haya viajado de Valencia a Alicante.

A Casa Mediterráneo para ser exactos, ese edificio que representa la cohesión, y vuelvo al término de moda, de las dos orillas del Mediterráneo. Ahí se entregaron, y por primera vez en la historia del autogobierno, el Premio de las Letras y las Distinciones al Mérito Cultural de la Generalitat Valenciana. Es todo un gesto, sin duda, que ayuda a hacer Comunitat; el próximo año, en vez de Alicante, será otra ciudad, y seguiremos vertebrando. Y así la seneyera quizá sea un poco más nuestra.

Pues eso, que las raíces y los afectos también son las cuatro barras rojas sobre fondo amarillo y la franja azul -como el mar- pegada al asta de nuestra bandera. Y el olor a la flor de azahar.