El pasado fin de semana, en pleno funeral celebrado en el cementerio de Valencia, la fiscal Susana Gisbert vivió una experiencia insólita que ha generado una ola de indignación. Durante el transcurso de la ceremonia, una trabajadora de la funeraria interrumpió a la familia para reclamarles el pago inmediato de 5.000 euros, alegando el "vencimiento" del nicho donde iba a reposar el cuerpo del fallecido.

La exigencia, según relató la propia Gisbert en el programa de actualidad La Mirada Crítica, fue inesperada y completamente fuera de lugar. “Nos dijeron que el nicho había vencido y que, si no pagábamos ese dinero en ese momento, no podían proceder al entierro”, explicó la fiscal, visiblemente afectada.

Según su testimonio, nunca se les notificó previamente sobre ningún impago ni vencimiento. El incidente generó una situación de tensión y malestar en medio del duelo, obligando a la familia a realizar el desembolso exigido para continuar con la ceremonia.

La fiscal ha denunciado públicamente el suceso, calificándolo como una falta de humanidad y una práctica abusiva por parte de la empresa funeraria.