ARCO 2020 salva los muebles: misión cumplida
La feria echa el cierre sin hacer públicos los datos de ventas y con la sensación de habersuperado el año sin tirar cohetes
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Hace dos años, y coincidiendo con el cierre de la feria, la organización de Arco lanzó un comunicado de prensa en el que la felicidad irradiaba en cada línea de texto: las ventas habían crecido entre un 10 y un 20 %, lo que consecuentemente convertía a aquella convocatoria en la mejor desde el comienzo de la crisis. Este año, sin embargo, el balance realizado por la dirección de Arco evita precisar cifras y tendencias, y se refugia en una táctica gestión de ambigüedades y de generalidades. Las estimaciones porcentuales ceden, esta vez, su lugar a expresiones del tipo de “alto ritmo de ventas”, “madurez y solidez de la cita madrileña” y “calidad de los coleccionistas e invitados”. Esta sustitución de los números por los lugares comunes es indicadora de que, pese a que la mayoría de los expositores hayan podido recuperar la inversión, los resultados obtenidos no son para lanzar las campanas al vuelo. Con casi total seguridad, el volumen de ventas habrá descendido en términos generales. Y el hecho de que la feria se atrinchere tras el “bienquedismo” de las expresiones referidas, incita a que, ante la falta de datos, la imaginación vuele y conjeture un traspiés mayor.
Durante el primer día de apertura de la feria ya se advertía un menor movimiento que en años anteriores: menos reuniones en los stand y galeristas con mayor tiempo para conversar. Un importante expositor nos reconocía que, después del año pasado -el cual fue “la bomba”-, en esta edición se mostraban más cautelosos y con unas expectativas más moderadas. Rodrigo Carreño, de la napolitana Studio Trisorio, afirma que “este año se ha notado que algunos días había menos gente, pero al final se ha remontado y hemos acabado contentos”. Desde Art Nueve, se resume la presencia en Arco 2020 con un categórico “misión cumplida”. Y es que, en efecto, el ambiente que se respira tras el cierre de esta edición es que se ha logrado llegar a la orilla sin daños reseñables. Fer Francés admite haber vendido alguna pieza importante, y estar a la espera de que en los próximos días se cierren algunas operaciones abiertas -como advierte “para los galeristas locales, la feria dura más de una semana. Mayor satisfacción transmite el balance de Iñigo Navarro, para el que ésta ha sido una buena feria, “mejor que la del año pasado”. Como subraya, “cada proyecto es único, y unas veces tiene más resultado que otras”. Salvo excepciones como las ahora reflejadas, 2020 se puede calificar como un año de transición para Arco. Habida cuenta del contexto global en el que nos encontramos -con el coronavirus enfatizando los rigores de la ralentización económica-, bueno será que el conjunto de los expositores se reconozcan en esa “misión cumplida” admitida por alguno de los stand. Lo importante éste año era salvar los muebles.