La revista libertaria “Ajoblanco” abre el acceso a los ejemplares de su primera época
La emblemática publicación ofrece sus números, de enorme valor artístico, histórico y periodístico como respuesta al Coronavirus: Contra la pandemia, "Ajoblanco”
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El Coronavirus encierra pero el conocimiento se expande. Se abre la puerta a una biblioteca fenomenal, una publicación única en nuestra historia por forma y contenido. La revista Ajoblanco, emblema de la contracultura española durante el final de los 70, abre su archivo para que todo el mundo pueda consultar sus primeros números, los 56 que se editaron en la primera y más recordada etapa de la publicación, entre los años 1974 y 1980. La revista, que vivió una segunda etapa entra los años 1987 y 1999, vive actualmente su tercera edad tras regresar a la actividad en 2017 de la mano de quien fue su impulsor desde el comienzo, Pepe Ribas. Próximamente se ofrecerán también en ajoblanco.org la versión digital los 20 números extra de la década de los 70 y, en los próximos meses, los números de la segunda etapa de los años 80 y 90.
Según ha anunciado la publicación ya están disponibles completamente digitalizados los primeros números de una revista que sacudió los cimientos de una sociedad tardofranquista con contenidos inéditos en españa, que abarcaban desde la antipsiquiatría, el ecologismo, el colectivismo, el movimiento gay, y dentro de la que se daban multitud de sensibilidades que abarcaban desde el anarquismo al comunismo, pasando por el catalanismo. Pepe Ribas, de hecho, era estudiante de Derecho procedente de familia burguesa pero de ideología anarquista y que reunió a su alrededor a pensadores, poetas, fotógrafos, críticos, ilustradores y figuras inclasificables de la contracultura.
La idea de Pepe Ribas es dar libre acceso a un documento de suma importancia para refrescar la memoria de quienes vivimos esos años y para invitar a los más jóvenes a comprender qué fue la contracultura mediterránea, el underground, las culturas alternativas y los movimientos marginales de los años 70: “Fuimos pioneros en la contracultura, la ecología, el decrecimiento, la reivindicación del arte en la calle y la recuperación de las fiestas populares sin corsés. Pusimos especial interés en la sexualidad libre, la ecología, la antipsiquiatría, el feminismo, los movimientos de liberación homosexual, las comunas, la ocupación, el antimilitarismo, los nuevos formatos cinematográficos, las radios libres, el viaje, las drogas, la nueva poesía y las nuevas formas de vida y de activismo”.
Cuando en junio de 2017 “Ajoblanco” anunció su regreso, Pepe Ribas se mostró profético sin pretenderlo: «No creo en más poder que en la cultura y la educación. Tomar el poder no arregla nada», afirmó en rueda de Prensa. Ribas repasó lo que ha sucedido en España en los últimos años con total pesimismo: «La Movida fue como un chotis, sin contenido político. Después llegó la corrupción, la del PSOE, la del PP... y la de Convergència, no digamos. Luego la burbuja inmobiliaria, y todo junto acabó con la educación. Por eso ahora tenemos que perder el miedo al otro. Se necesita solidaridad», afirmó.
Sin embargo, tan interesante como el contenido informativo resultan las secciones menos “nobles”, como las páginas finales de cada número, ocupadas por los avisos, contactos, viajes e info-ciudades, que a partir de 1976 pasaron a llamarse “La Cloaca”. “Recomendamos su lectura especialmente porque son el termómetro perfecto para medir la intensidad, la vitalidad, la creatividad, la energía y el entusiasmo que derrochábamos aquellos años”. Anunciamos también que en los próximos meses liberaremos también los ejemplares del segundo Ajoblanco (1987 – 2000)